
Las miradas de PharmaMar están puestas en 2025. Ese es el año marcado en rojo en el calendario de la farmacéutica para impulsar sus ingresos y para ello esperan que su antitumoral Zepzelca haya conquistado los mercados. La consecución de estos objetivos está aparejada a la inversión de 200 millones de euros en investigación y desarrollo, de los que el 70%, según aseguran fuentes de la firma a este medio, se los llevará el nuevo fármaco estrella de la compañía.
Son varios los ensayos clínicos que rodean a este medicamento. PharmaMar está inmerso en uno para conseguir la aprobación en Europa, donde se usa bajo el modelo de uso compasivo. Los resultados del mismo, además, servirán para apuntalar la autorización en Estados Unidos, donde de momento disfruta de una autorización parcial que ya da réditos económicos.
Pero no es lo único que tiene en el tintero la farmacéutica. PharmaMar quiere ampliar las indicaciones de Zepzelca, que de momento se usa para el cáncer de pulmón. La compañía ha lanzado un ensayo clínico para que el medicamento se pueda utilizar también en un subtipo de sarcoma que se encuentra en Fase I/II. Para ello se ha embarcado junto a su socio Jazz Pharmaceutical que, por otro lado, también trabaja con la multinacional Roche para demostrar que Zepzelca se puede usar como primera opción de tratamiento en cáncer de pulmón. De hecho, de este último ensayo se esperan resultados para el mes de octubre y pueden ser presentados en el Congreso Europeo de Oncología (ESMO), que se celebrará en Madrid.
Para sufragar todos estos proyectos, desde la compañía aseguran que tienen caja suficiente gracias al acuerdo con Jazz Pharmaceutical, bajo el cual esta farmacéutica explota el fármaco en Estados Unidos. Aquel contrato ascendía a 1.000 millones de dólares, pero a Pharmamar le queda aún mucho por recibir porque el pago estaba condicionado a la consecución de hitos regulatorios y comerciales. Según confirman fuentes de la compañía, restan por recibir 700 millones.
Pero mientras llega 2025 y los ensayos clínicos dan sus frutos, PharmaMar también tiene en mente acometer operaciones. La intención de la compañía es peinar el mercado para encontrar un medicamento por debajo del radar de los gigantes farmacéuticos, es decir, con rangos de ventas de entre 60 y 180 millones de euros. La condición que también se marca la compañía es que sea un fármaco del negocio principal del grupo, es decir, oncológico. La compañía podría incluso tirar de deuda parte de la operación tras haberla reducido a la mitad desde 2016.
Por otro lado, la filial de Pharmamar, Sylentis, puede dar buenas noticias en el medio plazo. La firma ultima el desarrollo de un medicamento oftalmológico que podrá dar un impulso a los ingresos generales de grupo. La fecha que se marcan los directivos de la farmacéutica es el año que viene y será un fármaco que competirá con grandes multinacionales, como pueden ser Novartis o Bayer. Esta filial es la que queda en el grupo madrileño desde que hace unos meses anunciara que echaba el cierre de Genómica, la subsidiraria de diagnóstico.