Salud Bienestar

Grifols destrona a la familia de la cúpula y Glanzmann toma el mando

  • Se trata del tercer cambio en menos de un año

Últimamente no pasa un trimestre sin turbulencias en la cúpula directiva de Grifols. Esta mañana se produjo la última ciclogénesis en los altares de la farmacéutica catalana y, quizá, sea de las más llamativas que se han producido en los últimos tiempos. La compañía decidió destituir de los cargos de CEO solidario a Víctor y Raimon Grifols y dar plenos poderes a Thomas Glanzmann, quien a su recién estrenado puesto de presidente sumará a partir de ahora la de consejero delegado en solitario.

Con carácter inmediato, Glanzmann será el responsable de las decisiones empresariales de Grifols, al tiempo que creará e implementará las estrategias de la compañía a corto y largo plazo con el equipo directivo. Por su parte, Víctor Grifols, hijo del presidente de honor de la compañía, se convertirá en el Director de Operaciones, centrándose en la gestión del día a día de la empresa. La pérdida del puesto de consejero delegado, sin embargo, no le priva de seguir siendo miembro del Consejo de Administración de la farmacéutica.

Raimon Grifols, actual vicepresidente de la compañía, además de sus funciones en el Consejo de Administración asumirá el cargo de director general corporativo, centrándose en optimizar el valor de las filiales y asociaciones corporativas de Grifols, así como en liderar las principales iniciativas corporativas.

Se trata del tercer cambio en la cúpula de la farmacéutica en menos de un año. Primero se produjo la salida del histórico cabeza de familia, Víctor Grifols, de las funciones ejecutivas y fue sustituido por Steven Mayer. Sin embargo, tras 144 días, la compañía sufrió otro cambio en la timón del barco al abandonar Mayer su puesto. Fue entonces cuando se produjo la llegada de Glanzmann, que ahora, además de presidente, tendrá la responsabilidad máxima de la compañía.

La salida de Mayer se produjo, además, después de comunicar Grifols el mayor plan de contención de gastos de su historia. En él se explicitaba el cierre de varios centros de donación de plasma (la materia prima que utiliza la farmacéutica un muchos de sus medicamentos) así como 2.100 despidos, de los que la inmensa mayoría se han producido en Estados Unidos. 

En un comunicado, la compañía explica que estos cambios persiguen un objetivo fundamental: acelerar la ejecución del plan estratégico de Grifols. "Estos nombramientos se enmarcan en el contexto de reestructuración ya iniciado por la compañía con la creación de las unidades de negocio. En febrero de 2023 Grifols anunció un completo plan de mejoras operativas impulsando medidas para aumentar su competitividad, reducir su base de costes y mejorar su eficiencia y eficacia organizativa. Posteriormente, la compañía estableció la figura del presidente ejecutivo para centralizar la toma de decisiones más estratégicas ante un entorno complejo y cambiante. Hace dos meses creó el SELT (Senior Excecutive Leadership Team) y ahora acomete los cambios funcionales anunciados en su cúpula directiva", dicen.

La deuda como telón de fondo

Todos los terremotos que se han visto en la farmacéutica en los últimos tiempos están relacionados con el gran talón de Aquiles de la compañía: la deuda. En los resultados anuales, presentados hace tres meses, la cifra ascendía a 9191,3 millones, número que supera en siete veces el ebitda de la farmacéutica. 

Uno de los grandes acicates de la deuda del grupo fue la entrada del Fondo Soberano de Singapur en la compañía, que los Grifols vendieron como una inyección de capital pero el auditor les rectificó para hacerlo constar como pasivo. Además, tal y como adelantó este medio, ahora el foso asiático ha decidido desinvertir en la primera ventana que tenía para ello y la cotizada catalana deberá abonar 47,2 millones.

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