
El sistema de salud pública es uno de los bienes intangibles más apreciados por la ciudadanía española. Esta evidencia se puede palpar en el enorme apoyo que desde los balcones se mostraba cada día a las ocho de la tarde durante la pandemia. O mismamente en las últimas manifestaciones públicas en Madrid, Cantabria y otros lugares, acontecidas en los últimos días.
Pese a ello, el colapso que atraviesan obliga a muchas personas a buscar soluciones más inmediatas en los seguros privados. Sin embargo, la búsqueda de un seguro privado no es una tarea fácil y no siempre satisface a sus clientes.
Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado una breve guía con aspectos y recomendaciones a tener en cuenta para elegir bien un seguro sanitario.
Dos tipos de seguros
En primer lugar, OCU considera fundamental saber que existen diferentes tipos de seguros de salud, con diferencias en cuanto a sus coberturas, exclusiones y periodos de carencia, entre otros aspectos. Así, existen, principalmente, seguros de asistencia sanitaria y seguros de reembolso de gastos.
Sobre los seguros de asistencia sanitaria, ofrecen, a cambio del pago de una prima (el precio del seguro), el acceso a un cuadro médico, "un conjunto de profesionales y centros sanitarios concertados con la compañía", aclara la organización. Dentro de este grupo, pueden encontrarse modalidades sin copago o con copago. "El copago permite abaratar el precio del seguro, pues el usuario paga una cantidad que irá normalmente entre 3 y 20 euros por cada servicio médico (consultas, pruebas, etc.), disfrutando de las mismas garantías. Es una modalidad que permite controlar usos excesivos", explican desde OCU.
Además, existen otras aseguradoras que ofrecen la posibilidad de contratar seguros de tipo modular, en los que podemos elegir algunas coberturas mediante módulos. "Por ejemplo, solo atención especializada y pruebas diagnósticas, renunciando a otras como atención primaria u hospitalaria", aclaran. Así, las primas se fijan en función de lo contratado.
En cuanto a los segundos (los seguros de reembolso de gastos), son más caros, pero permiten al asegurado poder asistir a cualquier profesional o centro médico adscrito. Tras la consulta o asistencia sanitaria, los gastos se repercuten a la aseguradora, quien devolverá un porcentaje (normalmente comprendido entre el 70 % y el 90 %), con un límite de gastos anuales. El resto de gastos corren a cuenta del asegurado.
Coberturas, limitaciones y exclusiones
Los seguros de salud cuentan con diversas coberturas, entre las que se encuentran la Asistencia Primaria (Medicina general, Pediatría y Puericultura, servicio de Enfermería o Urgencias), las especialidades médicas (traumatología, digestivo, neurología, etc.), otros servicios asistenciales, como ambulancia, fisioterapia, prótesis o apoyo psicológico, la asistencia hospitalaria o seguro dental.
No obstante, también cuentan con algunas limitaciones. La principal es que estos seguros suelen contener un periodo inicial de carencia en el que, hasta que no transcurre, no se cubren algunas de las prestaciones establecidas en el seguro. Esto, por lo general, suele afectar a intervenciones quirúrgicas, a hospitalizaciones, pruebas diagnósticas complejas (como el TAC), métodos terapéuticos complejos, psicología, radioterapia y quimioterapia, vasectomías y ligaduras de trompas, partos y cesáreas o tratamientos de infertilidad y esterilidad. Dicho periodo suele durar entre seis y ocho meses, y para algunos servicios concretos se puede alargar hasta los 48 meses, según ha identificado OCU. Sin embargo este periodo se suele suprimir o reducir cuando los pacientes vienen de otra compañía.
Otro aspecto relevante es que las compañías pueden optar por no asegurar determinados riesgos. Así, impiden a algunos usuarios el seguro por diferentes causas, como la edad o el estado de salud.
Sobre la edad, cada compañía establece la suya propia. 59 años, 64 años, 66 años, 69 años... Dicho esto, una vez que se ha contratado, no hay una edad máxima de permanencia. Es decir, la aseguradora puede revocar el contrato en cualquier momento de renovación.
Y sobre el estado de salud, las aseguradoras pueden o suelen excluir la cobertura relacionada con enfermedades o dolencias preexistentes, o sea, problemas de salud previos a la contratación del seguro. También, pueden no prestar servicio en aquellas dolencias que se hayan ocultado en el cuestionario previo que los clientes deben rellenar en el momento de la contratación.
5 consejos para elegir bien
Por todo lo expuesto, OCU considera conveniente que los interesados tengan en cuenta una serie de cuestiones antes de contratar un seguro:
- Que haya garantía de renovación por escrito.
- Que las primas futuras no puedan subirse una vez adquirido el contrato.
- Que las promociones de captación no oculten condiciones especiales que perjudiquen al cliente.
- Que los plazos de carencia sean lo más cortos posible.
- Que en caso de fallecimiento de un asegurado, se dejen de cobrar las primas a partir de ese momento (o se devuelvan si las cobran).