Salud Bienestar

Las infecciones que se contraen en un baño público (y no solo en la taza del váter)

  • Los principales microorganismos que colonizan los aseos son micrococos, estafilococos y estreptococos
  • Los expertos recomiendan lavarse las manos antes y después de entrar a cualquier servicio
  • Solo el 67% de las personas se lavan las manos siempre, según un estudio

Hay personas que prefieren aguantarse las ganas de ir al baño que acudir a un aseo de uso público. Existe la posibilidad de contraer infecciones en este tipo de servicios. Los principales microorganismo que se encuentran colonizando este tipo de aseos son los micrococos, estafilococos y estreptococos, entre otros. No solo se encuentran en la tapa del retrete, sino también pueden estar en los pomos de las puertas, grifos o en la tapa que cubre el rollo de papel higiénico.

La piel es una barrera efectiva contra los gérmenes. Además, los patógenos suelen contagiarse a través de las heridas, boca, nariz u ojos. Por ello, los expertos recomiendan lavarse las manos antes de entrar y salir del baño, una tarea que únicamente el 67% de las personas la llevan a cabo siempre.

La falta de higiene es uno de los principales factores de riesgo para la adquisición de enfermedades infecciosas, según palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si esto se sitúa en un contexto como pueden ser los baños públicos, lugares sensibles, es fácil de entender que todo tipo de ideas de contagio se pasen por la cabeza de la persona pensando que las condiciones de limpieza no son las más adecuadas y que el baño ha sido utilizado por una gran cantidad de individuos, aunque anteriormente haya sido desinfectado.

Existe la posibilidad de contraer algún tipo de enfermedad infecciosa, pero no de contraer enfermedades de transmisión sexual. Muchos piensan que utilizar un inodoro público puede acabar transfiriendo patologías como la gonorrea o la clamidia, junto a una larga lista de otras muchas ETS. Los expertos señalan que no sobreviven por mucho tiempo en las superficies y que, además, para que se produzca el contagio es necesario que las infecciones ingresen en los órganos sexuales.

Entre las posibles afecciones que pueden acechar el cuerpo, después de entrar a un baño público, se encuentran las provocadas por estafilococos, un grupo de bacterias que puede infectar la piel, los huesos y provocar endocarditis. Este tipo de patógenos se proliferan de una persona a otra y pueden encontrarse en cualquier objeto dentro de un baño. Las personas más vulnerables ante ellos son aquellos que ya tienen una enfermedad preexistente como el cáncer, diabetes y VIH, entre otras.

Otra enfermedad que puede contraerse es la provocada por los estreptococos. Un informe de Cleaning and Maintenance Management indica que el 39% de los váteres de uso público albergan el patógeno. Se trata de un grupo de bacterias que suelen instalarse en la garganta y causan enfermedades inflamatorias como la amigdalitis, meningitis y neumonía.

El virus de la gripe puede vivir dos o tres días en cualquier superficie no porosa y algunas cepas, como la gripe aviar, pueden aguantar semanas. El Rhinovirus, causante del resfriado común, ni siquiera sobrevive un día completo. Los expertos recomiendan no tocarse los ojos, nariz y boca después de haber tocado el retrete. Por otra parte, un estudio sobre el Covid 19 muestra evidencias de que este puede contagiarse tanto en baños públicos como privados utilizados ampliamente por pacientes con Coronavirus.

Hay ciertas bacterias y virus cuya presencia es más habitual en los baños públicos debido a que son transmitidas a través de las heces. Un ejemplo de ello son las infecciones por Shigella. La clínica mayo indica que se trata de una infección que puede provocar infecciones intestinales contagiosas. Una persona puede infectarse cuando entra en contacto con estas bacterias, ya sea por el consumo inadecuado de agua no potable, alimentos contaminados o las heces de una persona contagiada, lo cual ocurre cuando se cambian los pañales de un bebé o de un menor. El grupo de menores de cinco años son los que tienen más probabilidades de contagiarse.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que aunque los alimentos contaminados son los primeros causantes de las infecciones por la bacteria Escherichia Coli, el contacto con material fecal también incide el desarrollo de la enfermedad. Los principales síntomas son la diarrea, los calambres abdominales, fiebre y vómitos. También puede contraerse en un baño público el novovirus, causante de la gastroenteritis. La patología se da por el contacto de personas contagiadas o por el consumo de alimentos contaminados, en especial si la persona se encuentra en contacto con objetos infectados como los baños públicos.

Más vale prevenir que curar

Los expertos indican que hay varias maneras de prevenir el contagio en los baños públicos. Uno de los puntos claves es una buena higiene de manos porque favorece a la salubridad del baño público. Además, los centros para el control y prevención de enfermedades recomiendan utilizar agua limpia para higienizar las manos. Hay que enjabonarlas durante al menos 20 segundos para posteriormente enjuagar y secar, una advertencia que no suele seguirse lo que favorece la proliferación de bacterias.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que muchas veces los aseos carecen de jabón y papel lo que complica el adecuado saneamiento. Por ello, aconsejan lavarse las manos y luego usar un desinfectante de manos al salir.

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