
La densidad de los huesos, a las tres décadas de vida, empieza a disminuir tanto en hombres como en mujeres. Esta pérdida de densidad ósea se incrementa de manera considerable en las mujeres después de la menopausia, un periodo fisiológico condicionado por cambios hormonales.
Como consecuencia, claro está, los huesos se vuelven más frágiles y más propensos a las fracturas. Con el envejecimiento, las articulaciones también experimentan cambios en el cartílago y en el tejido conjuntivo, haciendo que se vuelvan incluso más rígidas y limitando la amplitud de movimiento.
En profundidad
Por suerte, hay ejercicios que, de realizarse de manera correcta, pueden mejorar la salud y el estado físico, además de cuidar las articulaciones tanto a corto como a largo plazo. De todos ellos, hay uno que se ha viralizado en los últimos meses y que cada vez hay más personas que lo practican en nuestro país: el ciclismo.
Al parecer, montar en bicicleta es una práctica que ayuda a reducir el dolor y el riesgo de lesiones articulares. Sus aspectos positivos parten por ser una actividad física importante, sobre todo a partir de los 40 años, que evita el sobrepeso y todos los problemas cardiovasculares.
Más detalles
Ahora bien, también ayuda a fortalecer los músculos de las piernas -en especial los cuádriceps, isquiotibiales y gemelos- y eliminar la rigidez en las rodillas causadas por el sedentarismo. Por si esto fuera poco, puede mejorar el flujo de oxígeno por el cuerpo, aumentar el colesterol HDL (bueno) y reducir el LDL (malo).
Por último, frena los efectos del envejecimiento y rejuvenece el sistema inmunitario, según una investigación recogida en la revista Aging Cell de la que se hizo eco el diario británico 'The Guardian'. Y es que este ejercicio aeróbico de intensidad muy moderada es uno de los más seguros si se mantiene una postura correcta.
A tener en cuenta
De hecho, se puede realizar varias veces por semana. Ahora bien, es conveniente usar siempre un equipo de seguridad que sea adecuado y practicar este deporte con un ritmo moderado si no estamos acostumbrados, evitando tensar demasiado tiempo los músculos que rodean a los codos y la muñeca.