
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) ha presentado su primera Memoria de Sostenibilidad para dar cuenta del compromiso que mantiene la industria con el desarrollo sostenible y su responsabilidad con el entorno.
Desde el año 2014, la industria ha reducido en un 8,2% sus emisiones y ha mejorado su eficiencia energética en un 13,4%, además de haber reducido en hasta un 20% el consumo hídrico, lo que equivale a un ahorro de 14 millones de m3 de agua. Asimismo, ya en 2019 el 9,2% del total de la energía consumida en el sector procedía de fuentes renovables.
Los elaboradores de alimentos y bebidas españoles, además enfocan gran parte de sus estrategias en avanzar hacia un modelo de economía circular. Por ejemplo, desde el año 2014 se ha reducido la generación de residuos en un 10,3%, lo que equivale a un ahorro de más de 721.000 toneladas. Por otro lado, tres de cada cuatro empresas aprovechan los subproductos que se generan en sus procesos productivos y cuatro de cada cinco cuentan con acuerdos para la donación de excedentes alimentarios.
La industria de alimentación y bebidas, por sus características, tiene capacidad para impactar de forma positiva en todos y cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas contemplados en la Agenda 2030. De hecho, es el quinto sector con mayor número de empresas comprometidas con los ODS, con un porcentaje del 89%.
Normativa de residuos
No obstante, el director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo, ha estimado que medidas legislativas como el real decreto de envases abocarían al cierre de 2.400 compañías, más del 7% del total de la industria, principalmente pymes y empresas ubicadas en el medio rural. Por ello ha vuelto a tender la mano al Ejecutivo para "avanzar coordinados en la búsqueda de modelos cada vez más eficientes y sostenibles, pero siempre sin perjudicar la competitividad de las empresas".
El director general de FIAB ha señalado que la actual redacción de dichas medidas legislativas obligaría a inversiones "inesperadas e inasumibles" por la industria, que se elevarían a 6.270 millones de euros para adaptarse a los nuevos objetivos de reutilización y hacer frente a la reducción del 50% de botellas de bebidas de plástico de un solo uso a 2030.
Esto, unido al incremento del coste de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), de 490 millones de euros, y al impuesto al plástico, de 300 millones de euros, representaría para el sector un impacto de más de 7.000 millones de euros.