
El pasado 2 de abril, el llamado Día de la Liberación en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció aranceles al resto del mundo, ha marcado un punto de inflexión en la exportación española hacia este país. De acuerdo con los datos recogidos en el último Informe Mensual de Comercio Exterior, que acaba de hacer público el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, las ventas de productos españoles al mercado norteamericano descendieron ese mes de abril un 13,8%, el primero tras el anuncio, hasta los 1.367 millones de euros.
El sector de los bienes de equipo, que es el más exportaciones lleva a cabo, alcanzó unas ventas de 421,9 millones, lo que supone un 12,8% menos respecto al mismo mes del año pasado. Pero mucho peor aún ha sido la evolución para la industria alimentaria, el segundo en importancia, que redujo sus exportaciones a EEUU un 24,7%, hasta únicamente 249 millones de euros.

Aunque en el sector recuerdan que hay tener en cuenta que en los últimos meses se había producido un aumento de los envíos realizados a Estados Unidos para sortear precisamente la imposición de los aranceles, la preocupación es creciente, especialmente ahora tras el enfrentamiento por la negativa de Pedro Sánchez a aumentar el gasto en defensa, tal y como exige la OTAN. "Lo peor que podría pasar es que se impusieran unos aranceles a España superiores al resto", aseguran.
Vino y aceite
Los principales productos alimentarios españoles exportados a EEUU son el aceite de oliva y el vino. En el primer caso, las ventas se elevaron en el último año, en concreto, a 1.013 millones de euros y en el segundo 334 millones más, lo que convierte al mercado norteamericano en uno de los más importantes en términos de valor en 2024 en ambos casos.
La situación, en cualquier caso, es diferente según el producto del que se trate. Frente a lo que ocurre con el vino, para lo que sí que hay una producción local, EEUU apenas tiene capacidad para producir aceite y, según denuncian en el sector, los aranceles solo servirán para encarecer el producto en un momento en el que todas las instituciones están apuntando a la necesidad de incrementar su consumo para mantener una dieta saludable. De momento, y ante lo que pueda pasar en las próximas semanas, las empresas alimentarias, con las bodegas y aceiteras a la cabeza, están buscando ya mercados alternativos, algo que no es nada fácil.
José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), advierte de hecho que "no hay alternativas posibles" y el Comité Europeo de Empresas de Vino (CEEV). Para evitar la batalla comercial, la patronal que agrupa a las grandes organizaciones nacionales, ha solicitado ya a la Comisión Europea recuperar el tratado de libre comercio alcanzado en 2008 -el denominado wine agreement- y eliminar todos los aranceles al vino y a las demás bebidas alcohólicas procedentes de EEUU.
A la espera de la decisión que tome Trump, que llegó a amenazar con un arancel de hasta el 200%, Europa grava ahora con una tasa de 15,4 euros por hectólitro al vino norteamericano mientras que la tasa estadounidense al europeo se situaba en 5,78 euros.
Las bodegas urgen a implantar el acuerdo con Mercosur
La Federación Española del Vino (FEV) y el resto de asociaciones integradas en el Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) han reclamado a la Comisión Europea que adopte cuanto antes el texto legal del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur e iniciar el proceso de ratificación sin demora. En este sentido, el director general de la FEV, José Luis Benítez, ha apuntado que "ante a la inestabilidad global que nos rodea y que no deja de aumentar, debemos ser ágiles y profundizar en la diversificación de mercados como una herramienta clave para asegurar la competitividad de nuestras empresas. Y, en ese sentido, el acuerdo con Mercosur es fundamental para acercarnos a un mercado con enorme potencial para el vino español como es Brasil".
La presidenta del CEEV, Marzia Varvaglione, ha destacado también que el sector vitivinícola mundial se enfrenta a una perspectiva de declive estructural a largo plazo del consumo, especialmente en los mercados tradicionales, y por eso "este acuerdo desempeña un papel fundamental en la diversificación de nuestras exportaciones para garantizar nuestra sostenibilidad económica a largo plazo.
"Necesitamos este acuerdo, y es hora de que la Comisión adopte el texto legal", ha concluido. "Hace meses que tanto la FEV como las demás asociaciones de bodegas europeas estamos apoyando firmemente un acuerdo que mejorará significativamente el acceso a los mercados del Mercosur mediante la reducción de aranceles, la agilización de los procedimientos de importación y la protección de las Indicaciones Geográficas (IG) europeas", dice.