
El CEO de Agróptimum, pionero del cultivo en España, explica las ventajas que la nueva procesadora tendrá para el desarrollo de este fruto seco en nuestro país. "Queremos que el agricultor tenga seguridad: transparencia total, eficiencia en la recepción, trazabilidad desde el minuto uno", afirma.
Eres de familia de agricultores y has vivido el campo desde pequeño, pero ¿de dónde nace esa fascinación con el pistacho? ¿Cuál fue tu motivación para una apuesta tan clara?
La raíz de todo está en mi historia personal y en mi profundo vínculo con el campo. Soy hijo y nieto de agricultores, y eso te marca. Pero lo que realmente me movió fue la ambición de superarme y de encontrar valor para esas zonas rurales que tanto quiero y que tantas veces han sido olvidadas. El pistacho reunía lo que yo buscaba: un cultivo con futuro, que genera empleo, que permite tecnificación, y que puede dar rentabilidad si se hace bien. Quería demostrar que desde el campo se puede construir un proyecto moderno, sólido y con impacto.
A punto de inaugurar una planta procesadora, ¿qué aprendizajes destacarías de tu experiencia cultivando pistacho desde la semilla hasta el fruto que puedas aportar a este nuevo proyecto?
El mayor aprendizaje ha sido que no hay atajos. La constancia y la perseverancia son esenciales. Todo lo que hacemos tiene que tener una exigencia máxima, una búsqueda continua de la excelencia. También he aprendido que ningún plan vale sin el equipo adecuado: sin personas comprometidas, con talento y con pasión por lo que hacen, los proyectos no avanzan. Y eso es clave ahora que cerramos el círculo: lo importante no es solo la tecnología, sino quién la hace funcionar, quién trata el fruto, quién habla con el agricultor. La profesionalización del campo empieza por las personas.
¿Qué te ha llevado a dar este último paso?
Esta planta es la continuación lógica de una visión que tuve desde el primer día: integrar todo el proceso, desde la planta hasta el pistacho transformado. Sabía que era un camino largo y que cada etapa tenía que asentarse bien para avanzar con solvencia. Hoy damos este paso porque estamos preparados, porque conocemos el producto, porque tenemos la infraestructura, el equipo, y la demanda. Y sobre todo porque sabemos que el agricultor necesita un socio fiable también en esta fase final. La calidad no puede quedarse en el campo, tiene que llegar intacta hasta el consumidor.
¿Cómo planeas trabajar con otros productores locales? ¿Qué tipos de contratos ofreceréis?
Vamos a hacer un tándem ideal con ellos. Compartiremos nuestro conocimiento agronómico y técnico para que sus cultivos sean más productivos y rentables, y al mismo tiempo les garantizaremos un proceso de transformación con estándares muy altos. Queremos que el agricultor tenga seguridad: transparencia total, eficiencia en la recepción, trazabilidad desde el minuto uno. Y por supuesto, precios competitivos. Porque entendemos lo que significa jugarse una cosecha, y nosotros venimos del mismo sitio. Queremos relaciones duraderas, de agricultor a agricultor.
¿Qué ventajas ofrece a un agricultor llevar su cosecha a vuestra procesadora frente a otras opciones en el mercado?
Lo resumiría en una frase: vamos a tratar su fruto como si fuera nuestro. Porque sabemos lo que cuesta sacarlo adelante. Desde la recolección hasta el envasado, cada etapa está pensada para preservar la calidad y para ofrecer un servicio riguroso y profesional. La diferencia está en los detalles: eficiencia en los plazos, claridad en la comunicación, control exhaustivo del proceso y compromiso a largo plazo. Esta planta no nace para ser una más, sino para marcar un nuevo estándar en el sector.
¿Cómo valoras la oportunidad de exportación para el pistacho manchego y qué barreras existen hoy en día?
La oportunidad es enorme. España está produciendo un pistacho de altísima calidad, con controles sanitarios y de trazabilidad muy por encima de lo que exige el mercado internacional. Eso nos da una ventaja competitiva clara. Las barreras que hay hoy no son externas: son internas, y tienen que ver con nuestra capacidad de consolidar volumen y mantener esa calidad constante. Si el campo responde, nosotros nos comprometemos a llevar ese producto tan lejos como haga falta. Y por eso esta planta también es una puerta a Europa, Oriente Medio o Asia. Vamos a salir a competir con lo mejor.
¿Qué consejos le darías a un agricultor que esté pensando en plantar pistacho hoy?Que lo haga, pero que lo haga bien. Que se asesore desde el principio con un equipo técnico que le acompañe en cada decisión. La elección de la planta, la preparación del suelo, el diseño de la finca, el manejo del cultivo… todo cuenta. Y que no lo haga solo. El pistacho no es solo plantar un árbol: es un proyecto a medio plazo que necesita visión y soporte. Nosotros estamos aquí para eso: para ser ese socio técnico, operativo y comercial que le ayude a que su apuesta tenga futuro y resultados reales.