
Esta semana se estrena en los cines la que está llamada a ser el gran éxito del año de Disney. Lilo & Stitch vuelven a la gran pantalla 20 años después de su debut original y con una legión de fans más amplia que nunca. Los peluches, juguetes, camisetas, pijamas, mochilas y un sinfín de productos inundan las tiendas que cautivan a pequeños y grandes. Las ventas del extraterrestre azul han pasado de 200 millones de dólares anuales en 2019 a facturar el año pasado más de 2.600 millones de dólares, según las cuentas de la compañía recogidas por The Wall Street Journal. Lilo & Stitch es ahora una de las 10 licencias más rentables de la Casa de Mickey Mouse y las perspectivas son que aumente en los próximos tiempos su éxito.
Nunca antes Stitch, Angela, Lilo y Nani habían tenido tanto seguimiento y el resurgir de la franquicia es uno de los mayores éxitos del entretenimiento de los últimos años. Cómo el tierno Experimento 626 pasó de ser un personaje de segunda en la primera década de este siglo a convertirse en un gigante en la actualidad ha sido un trabajo de años por parte de Disney, expandiendo la mascota azul que todo el mundo adora a través de un despliegue físico y digital estudiado.
No repetir el error de 'Frozen'
La cinta original, publicada en 2002, cuenta la historia del Experimento 626, un personaje alienígena creado para sembrar el caos, que huye y acaba por accidente aterrizando en las islas de Hawái. Allí, Lilo, una huérfana de 6 años, adopta al monstruo azul con el nombre de Stitch como si fuese su propio perro. Poco a poco, Stitch se integra en la pequeña familia de Lilo y Nani, su hermana mayor, mientras lidia con el mundo que se le presenta. A lo largo de toda la cinta se hace mención al concepto de "ohana", que significa familia, tanto de sangre como elegida.
A lo largo de los años siguientes, Disney amplió el universo con películas y series lanzadas directamente a través de su canal de televisión. En el plano audiovisual, el recorrido de Lilo & Stitch no tuvo demasiado eco. Sin embargo, el desarrollo de una línea de productos con la estampa de Stitch o Angela, un personaje femenino introducido en las secuelas, así como su presencia constante en los parques temáticos de la Casa del Ratón fueron calando poco a poco en el público, que no olvidó del todo la marca.
Su llegada a Disney+ en 2019 y el incremento de contenidos en las redes sociales comenzó a levantar la nostalgia y la popularidad en las generaciones que vieron las películas y series de niños y adolescentes. "Las redes sociales han ayudado a impulsar la popularidad general de Stitch entre la generación Z", reconoció Nigel Cook, vicepresidente de Comercialización de Marca y Retail de Disney en EMEA, en una entrevista para Toys World. En la plataforma de vídeo, la franquicia ya iguala en horas de reproducción a La Sirenita.
Éxito antes del estreno... y después
El avance de la marca animó a Disney a preparar una versión live action de la cinta de 2002. Así, el monstruo azul es la última víctima de su política de relanzar viejas franquicias modernizadas con personajes de carne y hueso, animación digital integrada y con cambios ligeros de las tramas originales. Para evitar el error que cometieron con Frozen, cuando los padres se quejaron de no encontrar suficientes vestidos de Elsa en las tiendas, Disney ha potenciado la división retail.
Como explica Wall Street Journal, ahora Stitch se encuentra en todo tipo de productos: desde collares para perros hasta turbantes para el pelo, pasando por una copa con forma de piña. Todos esos productos son vistos por niños pequeños que a lo mejor no están familiarizados con las películas originales, pero que les resulta llamativo el personaje azul o su compañera rosa. "La combinación de ternura y encanto travieso de Stitch tiene un atractivo universal que cautiva a fans de todas las edades", es la explicación que ofrece Gil Archer, vicepresidenta de la división de productos 'hardlines' de Disney en EMEA, en la entrevista con Toys World.
Las previsiones para esta semana es que sea un bombazo en la taquilla y desbanque incluso a la última cinta de la saga Mission: Impossible, que también llega a las salas estos días. Solo en Norteamérica se espera que recaude más de 150 millones de dólares en los primeros días (su producción costó 100 millones) y sea un éxito financiero que le haga olvidar el fracaso catastrófico de la reedición de Blancanieves. La puesta a punto de toda la maquinaria de productos físicos garantizan que Disney siga haciendo caja con el carismático monstruo azul una vez niños y adultos salgan del cine.