Retail - Consumo

Jorge Castelló (Carpisa): "Vivimos una inflación galopante en la carne de vacuno por la falta de animales en el campo"

Jorge Castelló, co CEO de Carpisa Foods en la feria HIP en Madrid.. Foto: Alberto Martín

El especialista en productos de vacuno para grandes cadenas de restauración y grupos de distribución de la importancia de Mercadona, analiza la situación del mercado de la carne y las perspectivas de crecimiento del consumo y de los diferentes ámbitos en los que operan en un contexto marcado aún por los precios altos

Con más de tres décadas de trayectoria en el sector de las hamburguesas, elaborados y precocinados de vacuno, la empresa de Griñón (Madrid) facturó 170 millones de euros en 2023, en plena fase de inflación.

Estamos en época de presentación de resultados. ¿Cómo ha resultado el 2024 para su compañía?

Los resultados aún no son oficiales, pero han sido buenos porque hemos registrado crecimiento, sobre todo en ventas. A nivel estratégico, 2024 ha sido un ejercicio muy positivo porque hemos crecido mucho en nuestra rama de negocio en retail, que era nuestro objetivo estratégico para el año. Antes de la pandemia el 95% de nuestro negocio procedía del foodservice, y a raíz del coronavirus nos dimos cuenta de que teníamos que diversificar y reenfocar la empresa.

¿Qué planes tienen para esta línea de negocio en el presente ejercicio?

Nuestra intención es seguir apostando por este nicho de mercado a través de la segunda generación de nuestras hamburguesas listas para comer de la marca Brooklyn Town. Estamos ya en el 99% de la gran distribución y vamos a potenciar mucho la marca con el lanzamiento de nuevas referencias. Esta va a ser nuestra prioridad para este ejercicio, además de seguir creciendo en retail con la rama de hamburguesas frescas, carne picada, etc.

¿Ha dejado atrás la demanda el largo periodo de inflación?

La inflación en el vacuno no ha parado e incluso ha ido a peor. Desde enero de 2024 a día de hoy, la carne ha aumentado su precio entre un 65% y un 70%. Y en lo que llevamos de año, se ha encarecido ya un 25%. Tenemos una inflación galopante en la carne de vacuno.

¿Y de dónde surge esta situación?

El origen está en las escasez de oferta. No hay animales disponibles porque el campo está vacío y esta situación va a tardar en recuperarse. El año pasado se sacrificaron muchas cabezas de ganado, al igual que durante el periodo de la pandemia, por lo que al campo no le ha dado tiempo renovarse. No se han repuesto los animales sacrificados y habría que invertir muchos recursos para repoblar el campo por los altos precios. A esta escasez, además, se suma una demanda cada vez más alta en el mercado de carne de vacuno.

¿Esta situación mejoraría con una ganadería propia?

No tenemos ganadería propia, pero sí colaboraciones con muchos ganaderos de la zona de Ciudad Rodrigo (Salamanca) donde está ubicado nuestro matadero, en cuya adquisición invertimos más de 13 millones de euros el año pasado. Nosotros apostamos allí por el desarrollo del campo y estamos ayudando al entorno mediante nuestros acuerdos con ganaderos locales.

El consumo crece en paralelo al aumento de la población y recibimos mucha inmigración a la que le gusta la carne

¿Les preocupan factores como el impacto del cambio climático en la escasez de pastos y de animales?

Animales siempre va a haber, pero cada vez serán más caros por las regulaciones de bienestar y todas las normas que nos llegan de Europa que van a aumentar un coste de producción que habrá que repercutir al consumidor final. Además, la población mundial no para de crecer y en el momento en el que China pueda comprar carne de vacuno en Europa, los precios se van a disparar.

¿En qué situación se encuentra su negocio en el extranjero?

Entre un 25% y un 30% del negocio actual de nuestra empresa procede de la exportación. Apostamos muy fuerte por el mercado internacional, pero nos encontramos con la dificultad de los países que compran en dólares y donde la relación de esta moneda respecto al euro nos afecta mucho, al igual que el precio y la oferta de carne en otros continentes. En términos generales nos está yendo bien, pero ahora nuestro problema no es vender, sino tener materia prima.

¿Un problema al que se sumaría la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump?

Nosotros estamos centrados en Europa, África y Oriente Medio y no exportamos nada a Estados Unidos, que es un país donde hay muchas barreras a la importación de carne de vacuno. En cualquier caso, creo que al vacuno en general y a nosotros en particular no nos va a afectar una guerra comercial. Llevamos muchos años trabajando con los países árabes y el enorme mercado halal de Francia. La adquisición del matadero de Ciudad Rodrigo nos ha dado mayor acceso a la materia prima y nos permite ser más competitivos en el segmento halal.

¿Cómo afrontan la creciente competencia de países terceros con menores exigencias de seguridad que en Europa?

Si te refieres al acuerdo con Mercosur, los volúmenes de carne de los que se está hablando supondrían entre el 1% el 2% del consumo en Europa. Falta mucho por leer de ese acuerdo, pero inicialmente no nos va a afectar o lo que puede impactar es tan mínimo que no nos preocupa.

¿Cuál es su estrategia de diferenciación internacional en cualquier caso?

Nosotros apostamos siempre por la calidad y la seguridad alimentaria. Ten en cuenta que tenemos clientes muy grandes en la restauración organizada y en la distribución a nivel internacional que ya se enfrentan a diario a muchos problemas. Nosotros vamos a ofrecerles siempre lo mismo, con la máxima calidad y seguridad alimentaria.

¿Cómo se han adaptado al fenómeno de las carnes vegetales?

En su día tuvimos clientes que nos pedían la hamburguesa vegana y la desarrollamos, pero eso fue un boom que se ha desinflado. Nosotros seguimos enfocados en la carne vacuno.

¿Cuáles son las tendencias imperantes en el consumo de carne de vacuno?

El consumo está creciendo en paralelo al aumento de población. Recibimos mucha inmigración a la que le gusta mucho la carne. La hamburguesa sigue de moda y no para de crecer gracias a fenómenos como la smash burger y van saliendo tendencias nuevas, como las hamburguesas de carne madurada. El sector se tiene que adaptar a las nuevas generaciones.

¿Qué es el lo que reclama el mercado?

Nosotros trabajamos con operadores de restauración organizada y de distribución. Tenemos un laboratorio, The Beef Lab Kitchen, donde trabajamos junto a las marcas y sus chefs en nuevos desarrollos, recetas y formatos. Traemos a gente de fuera muchas veces a este centro, lo que amplía la visión que tenemos aquí en España. Muchas de las demandas se enfocan en productos listos para comer y precocinados, mientras que otros buscan nuevas recetas, carne madurada, más innovación en hamburguesas con nuevos ingredientes, otras razas o mezclas de cortes.

El sector cárcnico vive un momento de concentración en grandes grupos. ¿Les afectan de alguna manera estos movimientos?

Estos grandes grupos, sobre todo, trabajan en porcino y en pollo, unas proteínas totalmente diferentes a la del vacuno. Un vaca tarda varios años en criarse, pero un pollo lo hace en días y un cerdo en meses. Los ciclos de producción son totalmente diferentes y es complicado que haya grandes grupos de vacuno. Asimismo, mientras en el pollo y el cerdo es mucho más fácil tener acceso a la materia prima, en el vacuno es más complicado.

¿No se les ha pasado por la cabeza entrar en esta carrera por convertirse en un campeón internacional de la carne?

Tanto mi socio y yo, estamos siempre abiertos a oportunidades y a seguir creciendo, con compras o como sea. Estamos abiertos a todos los mercados y si hay oportunidades en el exterior, acudiremos porque somos jóvenes y tenemos muchas ganas de seguir creciendo.

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