
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha presentado al Consejo de Ministros la esperada Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), un documento que plantea seis desafíos a toda la cadena, para conseguir un sistema sostenible y competitivo.
El primero y más importante de estos desafíos, tal y como ha venido recordando su impulsor en los últimos meses, es el del "abastecimiento estratégico", un concepto que persigue asegurar la disponibilidad y estabilidad de alimentos ante crisis como la de Ucrania, así como impulsar políticas comerciales que garanticen la competitividad del sector agroalimentario.
El segundo objetivo de la estrategia es conseguir "sistemas alimentarios sostenibles", con el foco en actuaciones dirigidas a integrar la sostenibilidad en ámbitos clave, como las compras públicas y la gestión responsable de los de envases, así como con el fomento de la circularidad y la bioeconomía para aprovechar subproductos.
El "fortalecimiento de las áreas rurales y costeras" es el tercer objetivo que persigue la estrategia a través de la mejora de la competitividad con formación, apoyo económico, políticas rurales sostenibles y el relevo generacional en el sector.
El cuarto reto, según el ministerio, pasa por una "alimentación saludable" y la protección de la dieta española para que sea accesible a toda la población, con medidas como campañas de sensibilización y una mayor educación en materia de alimentación en los colegios.
La "innovación y tecnología en alimentación" es el quinto pilar de la ENA y con él se apuesta por el desarrollo de la digitalización en los modelos de producción, el impulso de la generación y transferencia de conocimientos entre los agentes de la cadena alimentaria y de una regulación que favorezca la innovación.
Y el sexto desafío pasa por mejorar la "información alimentaria al consumidor" a través de etiquetado y de la se expone en los canales de compra y puntos de venta para garantizar la veracidad de todos los mensajes en torno a los alimentos.