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Picaya, la fruta que no lo es encuentra su sitio en Canarias

  • La planta de la picaya o pitaya es un cactus que se cultiva ya ampliamente en Tenerife o La Palma
  • Las autoridades canarias animan a su cultivo y matizan que puede realizarse de dos maneras: por semillas y por esquejes
  • A falta de murciélagos, en Canarias son los propios cultivadores quienes polinizan sus picayas por las noches
Varias picayas o pitayas

Se llama picaya, pitaya, pithaya o pitahaya, aunque acumula muchos nombres según la región del mundo, entre ellos también pitires, tapa de cuadril, fruta del dragón -aunque no es una fruta- o rougan en China, donde es muy popular y se consume desde hace siglos.

La picaya, como otras opciones tropicales, se ha asentado en diferentes puntos de España, como Alicante y Murcia, aunque es en Canarias donde el cultivo está deparando mejores experiencias.

El kilo de picaya en España ha estado a unos cinco euros, aunque es más habitual que supere los 10 euros el kilo en la fruterías. Eso sí, la picaya no es una fruta, sino un cáctus. Por su género se la conoce como Hylocereus o Selenicereus. Se trata de una planta cactácea muy resistente a las sequías cuyo cultivo en Canarias está en auge, especialmente en la isla de La Palma.

Canarias tiene un clima privilegiado para casi todo, también para el cultivo de la picaya, que se exporta hasta en el 90% de los casos, aunque la producción también se destina al mercado nacional, tanto en Canarias como en el resto de España. Canarias es un excelente escenario para cultivar picaya y reúne todas las condiciones para exportarla.

Qué es la picaya

La picaya procede originariamente de América, aunque se ha adaptado bien a otras regiones que, como Canarias, cumplen las condiciones meteorológicas y climatológicas necesarias, especialmente a China y Taiwán, donde se consume en grandes cantidades.

Estéticamente, las piezas de picaya tienen un tamaño considerable, aunque no suelen superar los 10 centímetros de largo y los 6 de ancho. Es una 'fruta' con escamas y espinas duras fáciles de quitar y según la variedad, pueden ser de color amarillo, verde o rosa, que es el más popular.

Su interior es blanco con pepitas negras en la mayoría de los casos, aunque también adquiere tono rojizo o anaranjado según la variedad. Su sabor es dulce, suave y sabroso, aunque hay personas que lo encuentran un tanto soso y lo comparan con otro producto popular en los postres chinos como son los lichis, con los que en realidad no guardan relación.

Cultivo en Canarias

Las autoridades canarias animan al cultivo de picaya y matizan que puede realizarse de dos maneras: cultivo por semillas y por esquejes. Ambos son igual de válidos y efectivos, aunque cultivar por esquejes es más rápido. Eso sí, el esqueje deberá proceder de una picaya con al menos dos años de edad. Este esqueje debe dejarse entre 4 y 5 días a la sombra y después meterlo con cuidado en la tierra a unos 25 centímetros de profundidad.

El cultivo por esquejes puede hacerse en un terreno y también en una maceta sin problemas, aunque si se realiza en una maceta o jardinera la planta deberá después ser trasplantada. Si se realiza un cultivo de picaya por esquejes en un terreno, este deberá tener una buena exposición al sol y, sobre todo, debe preservarse de las bajas temperaturas y posibles heladas.

La mejor tierra para realizar el cultivo es la mezcla de sustrato para cactus, que debe ser bastante arenosa para que drene mejor. La planta de la picaya es como un cactus y en unos cuatro meses obtendremos resultados con la planta. Eso sí, no debe regarse en exceso y tampoco permanecer durante todo el día al sol. La picaya prefiere los terrenos áridos, sin mucha agua, a la humedad. Así que noha de regarse hasta que el suelo esté completamente seco.

Los productores hacen de murciélagos

Días cálidos y noches suaves es la fórmula perfecta para que la planta de la pitaya crezca en buenas condiciones. En Canarias, las picayas se plantan durante los meses de invierno y así, tras cuatro meses de desarrollo, en verano el fruto logrará su máximo esplendor.

La picaya o pitaya presenta la curiosidad de que se abre una sola vez, en las horas nocturnas y se autofecunda, pero también puede cruzarse, siendo los murciélagos los mejores polinizadores en su medio natural.

Pese a ello, en Canarias son los propios cultivadores quienes se encargan de polinizar sus picayas por las noches, no los murciélagos, y de preservar luego el fruto hasta su recolección. entre cuatro y ocho meses después, según las temperaturas.

La Palma, la isla de la picaya

Picayas se cultivan en todas las islas de Canarias en mayor o menor medida, aunque destacan Tenerife y, sobre todo, La Palma como mayores productoras. Su cultivo en la isla palmera ha experimentado una progresión enorme en los últimos tiempos y este año La Palma prevé un aumento del 60% las exportaciones.

En la isla de Tenerife, La superficie actual dedicada a la pitaya es de casi 30.000 metros cuadrados en de excelente calidad y limpia de residuos con el fin de no alterar los beneficios y propiedades que esta fruta posee. Además tienen la posibilidad de aumentar la superficie de cultivo de picaya según la demanda del mercado.

La variedad preferida en La Palma es la Undatus y la campaña 2024 de la pitaya finaliza ahora, a finales de octubre o principios de noviembre.

Diversificar cultivos

El Cabildo de La Palma trabaja con los productores insulares para diversificar los cultivos predominantes en el sector primario, una labor que se desarrolla con diversas entidades, como la Asociación de Productores de Pitaya de La Palma, que nació en 2019 y es quien punta ese crecimiento del 60% en las exportaciones para este mismo año.

"La Palma está predominada por el plátano y, en menor medida, por el aguacate, pero es cierto que en los últimos años se ha visto la necesidad de ser menos dependientes de estos cultivos y apostar por una diversificación del sector primario y por otros productos más modestos, como es este caso", explica el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Alberto Paz.

Es más, la mayor parte de la producción de picaya de La Palma tiene un curioso destino: la República Checa, que se lleva el 90% de la producción de los adheridos a la Asociación de productores Pitapalma, mientras que el 10% restante se destina tanto a Canarias como al resto de España.

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