Industrias Lácteas Asturianas, la empresa propietaria de las marca Remy Picot, Polesa y Vaquita, cerró el último ejercicio con una volumen de facturación de 864,7 millones de euros, lo que supone un 10% menos respecto a los ingresos de 960,9 millones alcanzados un año antes.
El resultado después de impuestos fue de 6,7 millones, menos de la mitad respecto a los 16,8 millones alcanzados un año antes. En el informe anual de cuentas publicado ayer en el Registro Mercantil, la compañía asegura, no obstante, que ha seguido "aumentado su presencia en la Península Ibérica (España y Portugal) sin renunciar a su clara vocación internacional".
En el último año, del total de los ingresos de la sociedad matriz, el 60,9% corresponden a productos industriales; el 38,1% a los productos de consumo de retail y hostelería comercializados por red comercial propia, y el 1% restante la venta de electricidad de la planta de cogeneración existente en la localidad de Navia (Astruias). Aproximadamente la mitad de la producción se destina al mercado nacional, representado las exportaciones en el año 2023 el 51,7% de los ingresos, frente al 46,7% en 2022.
La compañía asegura en su informe que "se pretende conseguir un crecimiento de forma sostenible, mejorando de forma constante nuestros procesos industriales para impulsarnos de manera más global, más digital, y más innovadora". Según dice, todo ello está basado en "nuevas herramientas de automatización, una arquitectura optimizada de datos, la aplicación de la inteligencia artificial en nuestros servicios, y un sistema de control de gestión que nos permita medir para mejorar".