
El grupo agroalimentario BonÀrea cerró el pasado ejercicio con una facturación de 2.720 millones de euros, ligeramente por debajo de los 2.822 millones obtenidos en 2022. La corporación con sede en Guissona (Lleida) no logró superar la barrera psicológica de los 3.000 millones de euros, aunque mejoró su beneficio un 17%, hasta los 81,3 millones.
La actividad de BonÀrea está formada por las líneas de negocio de alimentación humana, alimentación animal, ingeniería y energía, y sanidad animal y servicios agropecuarios.
El consejero delegado del grupo, Ramon Alsina, ha valorado positivamente los resultados obtenidos en un "contexto socioeconómico muy complejo". "Gracias a un plan de inversiones estratégicas, hemos reforzado nuestro modelo único de economía circular, basado en la integración vertical completa, ampliando nuestra red de establecimientos, mejorando la eficiencia y la sostenibilidad de nuestros procesos, generando nuevas oportunidades de futuro para el mundo rural", ha declarado.
Principales inversiones
Entre dichas inversiones se halla la plataforma agroalimentaria en Épila (Zaragoza), enfocada a la elaboración de pienso para mascotas y que se pondrá en marcha a finales de 2025. En cuanto a su red de súpers, la corporación prevé inaugurar 23 establecimientos este año para consolidar su presencia en Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja. Actualmente cuenta con 574 tiendas y emplea a un total de 6.337 personas.
Durante el último año, el grupo ha invertido 126 millones de euros en mejorar sus instalaciones y dimensionar su red comercial. En el último lustro, el montante destinado a inversiones ha superado los 600 millones de euros.
Divisiones de negocio
El negocio de alimentación humana fue el motor de crecimiento de la compañía. Los súpers de BonÀrea se anotaron unos ingresos de 1.447 millones de euros, un 9,8% más que en el período anterior. En la división de foodservice (canel horeca), BonÀrea creció un 5% en ventas hasta los 265 millones de euros.
Pero el resto de áreas achicaron su facturación. La actividad de alimentación animal tuvo un giro de 534 millones de euros y una producción de 1,29 millones de toneladas. La línea de ingeniería y energía, donde se incluyen 62 gasolineras, fue una de las que más sufrió debido al encarecimiento del carburante. En sanidad animal y servicios agropecuarios se alcanzaron 20,4 millones de euros en ventas, mientras que en suministro de ganado o venta en vivo se obtuvieron 58 millones.
"Factores como la volatilidad de los precios de las materias primas, una producción de pienso menor y la bajada media de los precios y volumen de litros en las gasolineras han impactado la facturación global de la corporación", ha reconocido el grupo.