
Agua para todo y para todos. Esta frase puede resumir a la perfección la demanda de Cataluña en materia hídrica con el fin de acabar con la sequía, que se prolonga durante cerca de 40 meses en esta comunidad. Y el empresario catalán ha alzado la voz porque "sin agua, no hay agricultura, no hay empresas", afirma Baldiri Ros, president de l'Institut Agrícola Català de Sant Isidre i vicepresident de Foment del Treball.
En este contexto de falta de recursos hídricos y de limitaciones en su uso, los empresarios catalanes han propuesto un plan "racional y constructivo" –añade Ros-, que esté basado sobre una serie de premisas como la formalización de un mercado del agua que dé garantía de suministro a precios asumibles.
Además, debe contemplar "una institucionalidad con un regulador único, un marco financiero, un mecanismo coordinador y un marco de ejecución de infraestructuras hídricas con seguridad jurídica, modernización y tecnificación", incide el president.
Esta es la base para trabajar en materia hidráulica a corto, medio y largo plazo para evitar que se adopten medidas o soluciones coyunturales fruto de la urgencia en lugar de "sólidas y de futuro", señala Ros para quien la volatilidad climática, la gestión política deficiente y la falta de criterio han hecho que este recurso tan escaso sea un problema para el que es preciso plantear medidas.
Son acciones totalmente necesarias porque el agua "es la principal palanca de crecimiento, de la productividad y de la competitividad en todos los sectores" y no solo en el agrícola, aunque en este último es clave. "El agua es el pilar, a través de las diferentes tecnologías de regadío, la regulación mecánica y química, sobre el que descansa el aumento de la producción agrícola en las últimas décadas". Un motivo por el que ha incidido en que es necesario cambiar la concepción de la política hidráulica para pasar del "razonamiento lineal al circular porque el agua es una materia prima natural que se comporta como un ciclo".
Ros, quien ha denunciado que se señalen sectores de actividad por su consumo de agua sin hacer un balance neto, ha insistido en la necesidad de ese marco regulador estable y que permita la sostenibilidad económica de las infraestructuras necesarias para favorecer el ciclo integral del agua "aprovechando hasta la última gota". "El agua –añade- debe ser un verdadero mercado en el que sea fácil identificar la cantidad de recurso y cuánto se gasta, es decir la oferta y la demanda, y un sistema con un marco legislativo estable con precios eficientes que refleje el verdadero precio del agua. Es imprescindible para un buen uso".
Esto a su vez pasa por exigir la "asignación de los derechos de propiedad y un marco regulador que permita la sostenibilidad económica y medioambiental de las compañías del sector", asevera el president, quien también apunta a la colaboración público y privada como otro factor clave.
En la misma línea se pronuncia Josep Sánchez Llibre, president de Foment del Treball en la jornada 'Aigua per a tot i per a tots', celebrada en Barcelona. "El agua se ha convertido en el principal problema y reto para nuestro país. Mantener el abastecimiento y la calidad del agua a los sectores agrarios, ganaderos, industrias y servicios es la ocupación en las próximas semanas y meses". Y para ello, considera que se deben plantear inversiones para garantizar el suministro de agua, que han estado paralizadas, al igual que la planificación de obras hidráulicas que no se ha ejecutado.
La "receta" internacional para tener agua
Las propuestas de los empresarios catalanes tienen similitudes con medidas que se han planteado en otras zonas como Israel o California y que han sido analizadas en esta jornada. En el caso del primero, el país israelí, la clave de su éxito en la gestión del agua y evitar la dependencia de las precipitaciones es un marco legislativo estable, que tan apenas ha cambiado en los últimos 60 años, y con un hito importante en 1959 con la 'Water law' por la que todos los recursos relacionados con el agua pasaron a ser públicos.
Israel también ha apostado por la educación de la población –se inculca que ahorrar agua es bueno desde niños-, para reducir el consumo de este recurso hídrico al mínimo (un 18% menos de su uso en áreas urbanas por esta advertencia).
Las infraestructuras son otro eje. De hecho, el mayor megaproyecto en esta línea data de 1947. Todo se ha acompañado de una apuesta tecnológica dentro de la que uno de los pilares fundamentales son unos "sofisticados monitores para transmitir por satélite cada mes y ver si hay algo erróneo en cada casa para solucionarlo", explica Itamar Glazer, director científico del Institut Vocalnic de Israel. En el caso de la agricultura, se implanta el riego de precisión.
Además, en el país se ha optado por otras alternativas como la desalación –se proveen 2.000 millones de metros cúbicos al año y dan facilidades para la utilización de esta agua-, así como por la reutilización del recurso, ya que más del 90% del agua se reutiliza.
Otras medidas como la creación de un ecosistema de empresas y multinacionales en áreas como semillas y fertilizantes, así como de startups para el desarrollo de tecnología, que también se aplica al agua es otra de las claves de este país en el que se apuesta por variedades más resistentes y que precisan menos recursos hídricos. Israel impulsa a su vez la agricultura intensiva poniendo el foco en las necesidades del granjero para que funcione correctamente.
En el caso de California, donde la agricultura tiene un especial peso y el 80% del agua se usa para este sector, una de las claves es la construcción de infraestructuras, lo que ha permitido llevar el agua desde el norte a otras áreas como el centro y sur.
Además, California, que dispone de 1.500 presas, cuenta con un sistema descentralizado con más de 1.000 distritos de riego (son los dueños de las presas), más de 3.000 agencias urbanas y alrededor de 200 agencias para la gestión subterránea. En el ámbito legal, los derechos de agua marcan la gestión. "El derecho de agua es privado y ligado a la tierra y propiedad. Se basa en cuando se pidió ese derecho de agua", Alvar Escriva-Bou, ingeniero valenciano y profesor de la Universidad de Los Ángeles California (UCLA).
En California también han desarrollado el mercado del agua, que en realidad son tres: arrendamiento (en el corto plazo), transferencias (se adaptan a cambios geográficos) y contratos de opciones (seguros frente a sequías).
"El mercado añade flexibilidad y permite reasignar recursos. Mueve alrededor de 2.000 hectómetros cúbicos al año en distintos contratos", añade Escriva-Bou, quien señala que estas medidas les permiten hacer frente a dos importantes retos: la sobreexplotación de acuíferos (se está tratando de convertirlos en pozos subterráneos) y la variabilidad climática. En materia agrícola, se está trabajando en reconvertir este uso de la tierra dando incentivos para otras utilidades como la energía solar, forraje o expansión de zonas ambientales.