Ante la globalización del consumo y la deslocalización de todos los procesos, la presencia de productos de toda procedencia en nuestros supermercados es una realidad habitual y a menudo resulta complicado conocer de forma fidedigna el origen de la comida que compramos.
Uno de los ejemplos más claros es el de las fresas, una fruta que se consume cada vez más y en etapas menos propicias para su cultivo. En nuestro caso particular, y dada la cercanía geográfico, un dilema relativamente frecuente es el de saber si las fresas que consumimos son de España o de Marruecos.
La clave para diferenciar unas fresas que proceden de Marruecos reside en el etiquetado de las mismas. En concreto, en su código de barras.
En el código de barras, el código EAN, habrá que fijarse en los primeros números, los que indican la procedencia del producto. Cada país tiene un número y Marruecos, por supuesto, tiene el suyo: el 611.
Así, todas las fresas empaquetadas con el código de barras que empiece por 611 serán las que vengan de Marruecos y habrá que diferenciarlas de las que vengan de España, que empezarán por otro código EAN, el 84.
Detectada hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos
Este pasado lunes, el portal comunitario RASFF (Rapid Alert System Feed and Food) alertó de la presencia de hepatitis A en un lote de fresas procedente de Marruecos.
La presencia de esta enfermedad, según Asaja, se ha dado en niveles por encima del máximo permitido y "puede haber aparecido en el alimento por regar las explotaciones con aguas fecales".