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Los expertos reivindican el carácter estratégico del regadío y reclaman más inversiones hidráulicas

  • Una publicación de Cajamar aborda la situación actual y los retos de futuro de este sistema de producción
  • Luis Planas defiende que el regadío contribuye a garantizar la autonomía y seguridad alimentaria
Jaime Lamo de Espinosa, Luis Planas, Eduardo Baamonde y Alberto Garrido
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El cambio climático obliga a invertir más en infraestructuras que permitan mejorar el regadío y por garantizar así la seguridad alimentaria de la población mundial, según han destacado este miércoles los expertos en agricultura Jaime Lamo de Espinosa y Alberto Garrido durante la presentación de un exhaustivo informe de Cajamar sobre la situación de este sistema de cultivo en el que han participado una decena de expertos.

La sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en Madrid ha acogido la presentación del nuevo libro de Cajamar 'Regadío y seguridad alimentaria. La situación en España', coordinado por los catedráticos Jaime Lamo de Espinosa y Alberto Garrido. En el acto han intervenido, además, el ministro Luis Planas, y el presidente de Cajamar Eduardo Baamonde, quien han destacado la importancia de avanzar en la modernización y mejora de las estructuras de regadío en nuestro país, lo que requiere más inversiones y "alejarlo del debate político territorial y del ruido". En este sentido, han recordado "el carácter estratégico del regadío tanto para el territorio y la economía agroalimentaria como para el ámbito urbano y el turismo" al tiempo que han señalado también que "el regadío es compatible con los objetivos ambientales que una sociedad avanzada desea ver cumplidos".

En la publicación, en la que han participado una decena de especialistas en economía del agua, sostenibilidad, tecnología hídrica, política agraria y marco legal, se revisa la complejidad actual del regadío español a partir de los datos estadísticos disponibles, y se plantean con argumentos científicos las cuestiones clave para el debate político y social en torno a la gestión del agua en la agricultura.

Para ello, los autores han trabajado de manera retrospectiva para contextualizar la modernización que ha experimentado el regadío en España en las últimas décadas y su impacto en el mundo rural. Un sistema multifuncional donde el control del agua, la agronomía, la genética y la tecnología han permitido un mayor aprovechamiento del agua para producir más alimentos y generar más valor, incidiendo de forma directa en la mejora de las condiciones de vida y la renta de los agricultores.

En el caso concreto del regadío en nuestro país, Jaime Lamo y Alberto Garrido explican que no es difícil imaginar cómo sería el paisaje y el mundo rural español si no existiese el regadío. "Lo que no es tan obvio es imaginar cuán limitadas y costosas serían nuestras dietas y cómo de difícil sería alimentarnos de manera saludable. La producción agraria vegetal estaría al albur de la climatología, y solo podrían subsistir explotaciones de gran escala, basadas en producciones de cereal, leguminosas y barbecho, olivar, viñedo y almendros de muy bajo y volátil rendimiento. El sector agroalimentario solo tendría una fracción del tamaño que tiene actualmente y España se vería obligada a importar cada año el triple de lo que importa ahora sin tener apenas capacidad de exportación".

Lamo de Espinosa ha reclamado mejorar el aprovechamiento de las aguas residuales, muchas más inversiones para reforzar la capacidad de almacenamiento hídrico con más presas y embalses, reducir el coste del agua desalada para uso agrario y hacer un uso más eficiente de este vital recurso.

"Un mundo sin hambre será de riego o no será"

"En nuestro caso se impone una nueva gobernanza del agua que compense el estrés hídrico sin luchas territoriales, un gran pacto nacional del agua y más obras hidráulicas", ha subrayado el experto, para quien la dimensión alimentaria debe ser prioritaria frente a las políticas verdes o de mitigación climática.

"Un mundo sin hambre es nuestro principal objetivo y el agua es el principal instrumento. Un mundo sin hambre será de riego o no será", ha advertido Lamo de Espinosa.

El catedrático de la UPM Alberto Garrido, coordinador también del informe, ha recordado que todos los países del mundo que pueden están invirtiendo en infraestructuras hidráulicas y aumentando la expansión del regadío, pues entienden "que la aportación de agua es un elemento de seguridad para los productores y una manera de ser más eficientes".

Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado la importancia de llevar a cabo una gestión más eficiente del agua, un elemento fundamental para el desarrollo sostenible de la agricultura en un contexto de cambio climático. Según ha recalcado, publicaciones como la que se ha presentado hoy reflejan la necesidad de seguir consolidando esta forma de producción, en línea con las demandas del conjunto de la sociedad.

En su intervención, Planas ha subrayado que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacion trabaja con el convencimiento de que la modernización de regadíos contribuye a garantizar la autonomía y seguridad alimentaria, al producir más alimentos con un uso más racional de los recursos naturales.

El ministro ha asegurado que un regadío eficiente, además de ofrecer mayor rentabilidad a los productores de alimentos, dinamiza otros sectores de la economía, fija población en los territorios rurales y produce beneficios medioambientales. En este sentido ha insistido en que el regadío, el relevo generacional y la innovación y la digitalización forman un triángulo fundamental para asegurar el futuro de la agricultura.

Análisis integral

El objetivo final de la publicación es mostrar con datos objetivos la realidad actual del regadío en su intrínseca unión a la producción de alimentos, recorriendo su evolución y proyectándola al futuro, señalan sus autores. De este modo, el contenido de la obra, que supera las 300 páginas, se estructura en ocho capítulos monográficos que tienen en común como punto de partida la vinculación del regadío con el incremento de la productividad de la agricultura española, imprescindible para alimentar a una población cada vez más amplia y asegurar el abastecimiento. Asimismo, se plantean los nuevos retos que trae consigo la adaptación de nuestro sistema productivo, de las infraestructuras hidráulicas y de la gestión del agua a las consecuencias del cambio climático, con la prolongación de episodios de sequía severa como el que vivimos actualmente. De otra parte, se analiza el impacto del trasvase Tajo-Segura y su situación actual como infraestructura estratégica para el futuro. Y, por último, se plantean las dependencias y los puntos en común de la nueva Política Agraria Común y la política de regadíos de nuestro país.

Los coordinadores de la publicación son dos de los mayores especialistas de nuestro país en economía agraria, y ambos han dedicado buena parte de su trayectoria docente e investigadora y decenas de artículos y libros a la cuestión del regadío desde su labor en la Universidad Politécnica de Madrid.

Jaime Lamo de Espinosa ha sido catedrático de Economía y Política Agraria en las Universidades Politécnicas de Valencia y Madrid y Catedrático 'Jean Monnet' de Economía por la Comisión Europea. En su etapa como ministro de Agricultura entre 1978 y 1982 negoció con Bruselas el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea e impulsó la primera Ley de Seguros Agrarios. Premio Rey Juan Carlos I de Economía, también ha dirigido la 'Revista de Estudios Agro-Sociales y Pesqueros' y 'Vida Rural'.

Por su parte, Alberto Garrido es catedrático de Economía y Política Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid y su actual vicerrector de Calidad y Eficiencia, tras haber dirigido durante cuatro años el Centro de Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM). Asimismo, desde 2016 es director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín. Su investigación se ha centrado en el análisis de la sostenibilidad de la agricultura y las políticas del agua y los recursos naturales. Es autor de 14 libros y 50 artículos en revistas científicas de impacto, además de haber dirigido 13 tesis doctorales.

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