Pedro Barato, presidente de la organización de agricultores Asaja y antiguo consejero de Deoleo, es una de las personas que mejor conoce el sector del aceite en España. Niega rotundamente que haya especulación, asegura que la cadena está funcionando con normalidad y achaca la subida de los precios a la caída de la producción por la sequía y una metereología adversa. En su opinión, la subida puede frenarse cuando empiece la nueva campaña en octubre, pero los precios no van a bajar.
¿Qué ha ocurrido con el aceite?
Lo que ha ocurrido es que llevamos dos campañas, la anterior y la que comienza ahora que se han quedado al 50% de una normal, que es de media de 1,4 millones toneladas. Hemos tenido unos costes de producción altísimos y climatología muy adversa. Y no solo por la sequía. También por las olas de calor en los momentos de la floración, las heladas o las lluvias torrenciales. Lo único que puede arreglar la situación es que lloviera con normalidad en las zonas productoras y que se pueda llegar al menos a las 800.000 toneladas.
¿Va a bajar el precio del aceite?
No. Lo único que puede pasar es que cuando empiece la campaña la situación se relaje. Pero cuando hablo de relajarse, lo que estoy diciendo es que no suba.
¿Y seguirá subiendo?
Para bajar desde luego no está. ¿Va a seguir subiendo? No lo sé. Lo que sí que sé es que no va a bajar. Para que la presión se relajara tiene que llover.
¿Y por qué hay países donde se vende más barato que aquí, cuando España es un país productor?
Porque no hay rotación. Ya lo tenían comprado y lo pueden vender a siete u ocho euros. Hay que tener en cuenta que España no solo es el mayor productor del mundo, sino también el mayor consumidor.
"El aceite se está vendiendo a 8,2 euros en el campo, por debajo no sería rentable"
¿Cuánto han subido los costes?
Desde octubre de 2020, los fertilizantes se han encarecido entre un 112 y un 190%, los fitosanitarios un 197%, los combustibles el 104%, la luz un 129%, las semillas más de un 80%... En general, los costes de producción se han duplicado. El virgen extra está ahora en 8,4 euros por litro, pero es que no se puede vender por debajo porque se perdería dinero. Es falso que se esté especulando. Es el producto que menos se encarece del campo a la mesa.
¿Y por qué está cayendo tanto el precio del aceite de girasol?
Aquí la campaña que vamos a tener no va a ser mala, aunque eso es irrisorio. El problema es que está entrando mucho aceite de fuera. Girasol sí que hay, lo que no hay es oliva. Ha pasado lo mismo con los cereales.
¿Hay riesgo de que el consumo de aceite de oliva se desvíe al girasol?
No, no lo creo. Son situaciones puntuales. El aceite de oliva tiene un prestigio que no tienen otras grasas. Es parte de nuestra cultura y de nuestra gastronomía y habrá una normalización. Pero eso no significa que tenga que haber un hundimiento de los precios. Si me cuesta producirlo ocho euros, no puedo venderlo por debajo. No hay especulación, el grueso de la cadena está funcionando con normalidad.
¿Cuánto cuesta producir un litro de aceite de oliva?
Depende del tipo de olivar. No es lo mismo uno intensivo que uno tradicional, pero lo que está claro es que no se puede vender por debajo de ocho euros. Es imposible. Hay que cubrir los costes de producción.
"La cadena está funcionando y no hay nadie que esté especulando con los precios "
La exportación también está cayendo, ¿podemos perder mercados en el exterior?
Los mercados no se pierden por una cuestión de precios, sino porque no tengamos producto. El problema es que no hay aceite. Hace quince años solo se vendía aceite de oliva en 47 países y hoy estamos en más de 172. Aquí estamos acostumbrados al aceite de oliva, pero en Alemania, Francia o Reino Unido no, y hoy sí que se consume. Estamos haciendo ahora campaña en Brasil y en China. Hay un gran potencial y España es el mayor productor mundial.
¿Cómo se puede paliar el problema?
Lo llevo diciendo desde hace mucho, con obras hidráulicas. Necesitamos un plan hidrológico, es la gran asignatura pendiente. Estamos jugando con la alimentación, no solo con el aceite de oliva. El campo necesita soluciones a corto, medio y largo plazo. Necesita un plan económico y estratégico. Las ayudas no han llegado a todo el mundo, la renta agraria ha caído un 8% y hay explotaciones que están cerrando. Además, hay que corregir las cosas que no funcionan con la Política Agraria Común (PAC).
¿Qué habría que corregir?
Para el agricultor profesional es un bazuca en la línea de flotación. Le discrimina, se está condenando a miles de explotaciones. Con la PAC las ayudas solo llegan al 100% hasta las 90 hectáreas, pero a partir de ahí se empieza a discriminar. Si hay alguien que tiene unas 50 hectáreas, aunque tenga otro negocio, recibe el 100%, pero si tienes 200 y no tienes nada más, ya no. Se discrimina.
"Si el Gobierno pretende controlar los precios lo único que conseguirá es hundir al agricultor"
¿Funciona la Ley de la Cadena?
Necesita unos instrumentos jurídicos que sean mucho más beneficiosos para el sector primario. O hay de una vez un apoyo decidido o tendremos problemas porque habrá dependencia del exterior. Hay que tomárselo muy en serio. Dicen que es estratégico, pero el campo solo recibirá un porcentaje mínimo de los fondos europeos.
Están apareciendo muchas ofertas en los supermercados ahora con el aceite...
La Ley lo prohíbe y no creo que se esté haciendo. Desde luego no se debe. Yo creo que la Ley de la Cadena está funcionando. Y se está respetando en todos sus eslabones.
¿Es posible controlar los precios desde el Gobierno, tal y como reclama por ejemplo la vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz?
Si el Gobierno controla los precios al final lo que hace es hundir a los agricultores. Lo que se tiene que hacer es controlar la trazabilidad del producto. Las cosas valen lo que tienen que valer. Hay que gente que posiblemente pueda vender por debajo de ocho euros, pero hay muchísimos olivares que por debajo de ocho euros no son rentables.