Cuando parecía que teníamos todo controlado en lo que respecta a gastronomía italiana, un restaurante de Getafe demuestra que estamos muy lejos de conocer todos los secretos de la rica culinaria transalpina con la incorporación a su carta de la pizza fritta.
Esta receta, digna de los más fanáticos de la pizza, la acaba de presentar La Burratina, la marca especializada en cocina napolitana de los dueños de Brasayleña, LEW Brand, y se sirve en su Trattoria – Pizzería del centro comercial Nassica de Getafe (Madrid).
Esta especialidad de la cocina callejera de la bulliciosa capital del sur de Italia es una verdadera desconocida fuera de Nápoles que, según explican los responsables de La Burratina, surgió de la crisis provocada en el país tras la Segunda Guerra Mundial y de la destrucción de la mayor parte de los famosos hornos de leña en la ciudad, que propició la proliferación de puestos donde se servían las pizzas fritas.
Como muchos ya habrán adivinado, esta pizza fritta se prepara como un calzone y en el restaurante madrileño se sirve relleno de ingredientes menos humildes que en su origen de posguerra como salsa de tomate San Marzano DOP, pimienta negra, queso ricota, salami dulce napolitano, albóndigas, albahaca fresca, etc. y, tras plegarla y cerrarla, se fríe en abundante aceite de oliva, proporcionando una masa más gruesa, crujiente por fuera y esponjosa por dentro.
Al igual que el resto de las pizzas de La Burratina, la fritta se elabora con masa madre y harina italiana doble cero de fuerza sometida a un proceso de fermentación de 48 horas, la mitad de las cuales son dedicadas a su maduración y también se prepara su horno de leña de 2.500 kilos elaborado con piedra volcánica del Vesubio traída desde Nápoles y construido en el propio restaurante.
