
El arándano es una fruta que nace de forma silvestre en los márgenes de los caminos. Madura entre los meses de verano y otoño, aunque puede encontrarse todo el año gracias a los cultivos de invernadero. Tiene propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias y asépticas, mejora el funcionamiento del aparato circulatorio y es diurético. Sin duda, estamos ante uno de los alimentos más importantes para nuestro organismo.
Otro beneficio que puede ofrecernos el arándano es que podría ser un aliado frente al envejecimiento, concretamente el alzhéimer, según una investigación realizada por MDPI, un editorial académica de revistas científicas. En este estudio se ha demostrado mejoras en el rendimiento de la memoria a largo plazo con suplementos de arándanos en adultos mayores con deterioro cognitivo leve.
Además, se ha observado una mejora de la perfusión cerebral y del flujo sanguíneo cerebral regional durante el desempeño de tareas cognitivas después de varias semanas de suplementación con arándanos.
"Nuestros resultados corroboran estudios previos en animales y preliminares en humanos y apoyan la idea de que los arándanos pueden tener un beneficio real en la mejora de la memoria y la función cognitiva en algunos adultos mayores", señala el doctor Robert Krikorian, líder del estudio.
Tal y como informa la doctora Marcos en ABC, "la cantidad que se debería ingerir para notar sus posibles efectos beneficiosos no está clara ni mucho menos. Hay estudios en animales de experimentación y algunos en humanos, sobre todo lo que tiene que ver con infecciones del tracto urinario, pero no hay conclusiones tajantes de su utilidad, porque dependerá de la cantidad ingerida y el tiempo de consumo".
Más beneficios para el organismo
Las bacterias intestinales podrían beneficiarse del consumo de arándanos, según una investigación de la Universidad de Massachusetts Amherst en EEUU, en la que muestra cómo los carbohidratos presentes en esta fruta consiguen estimular el desarrollo de algunas bacterias intestinales beneficiosas para el organismo.
"La investigación destaca que lo que comemos no sólo alimenta, también tiene un efecto sobre el microbioma y en los intestinos", señala Sela, quien recuerda que los científicos alimentarios están cada vez más interesados en estos beneficios, que son menos evidentes de los alimentos.
Se piensa que hay tantas bacterias en el cuerpo como células humana por tanto, "así que básicamente estamos comiendo por dos. Estas bacterias intestinales son extremadamente importantes para nosotros, realmente son muy importantes", señala.