
¿Quién roba en los supermercados y en las tiendas? Lejos de lo que muchos pudieran pensar, no se trata mayoritariamente de personas que atraviesan momentos de necesidad. Ni siquiera los propios empleados, que apenas concentran entre el 10% y el 12% de los hurtos que cada año se realizan en la gran distribución española.
En el 86% de los casos, las empresas afectadas identifican como responsables de estos delitos a personas reincidentes, con un perfil "profesional" y un 48% cita a bandas organizadas. Solo un 38% menciona a individuos que cometen hurtos de forma esporádica. Estos son datos aportados por la patronal del gran consumo, Aecoc, y recabados en colaboración con Deloitte para el Estudio sobre la pérdida en la distribución comercial que se presentó ayer durante el 25º Congreso Aecoc de Prevención de la Pérdida Desconocida.
Este dato quedó ayer reforzado durante el Congreso por los representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que han constatado que el número de denunciados quintuplica hoy al de detenidos, precisamente por la prevalencia de estos perfiles profesionales que en buena medida actúan por encargo y saben que no deben exceder los 400 euros en el valor de lo que sustraen para no incurrir en un delito grave.
Este estudio muestra, además, que las categorías más codiciadas por esta mayoría de ladrones profesionales son, precisamente, las de mayor valor y que cuentan con más posibilidades de colocarse en circuitos informales. Así, en alimentación, las categorías con mayores índices de hurto en nuestro país son las bebidas alcohólicas, las conservas y los chocolates.
En el terreno del textil, el botín favorito está compuesto por los complementos, el calzado, los abrigos o las réplicas de equipaciones oficiales de los clubs de fútbol.
En la sección de electrónica, los principales objetivos de los amigos de lo ajeno son los televisores, los productos relacionados con la telefonía, así como los accesorios para ordenadores y las videoconsolas. La cuarta categoría preferida por los cacos es la de cosmética, con artículos sencillos de esconder y transportar como cremas, perfumes o tintes para el pelo.
Portavoces del Cuerpo Nacional de Policía reconocían ayer que en 2022 el índice de hurtos ya está recuperando los niveles previos a la pandemia. En este sentido, en el tercer trimestre del año, apuntaban a un aumento del 40% en el número de actos delictivos en el comercio español.
Lejos de atribuir este repunte a los efectos de la inflación sobre la renta disponible y los ahorros de las familias, fuentes de la patronal del gran consumo aseguran que esta recuperación de los niveles delictivos era una consecuencia esperada tras el final de las restricciones a la movilidad y los cierres comerciales establecidos durante la pandemia.
Menos impacto
Sin embargo, el estudio presentado por Aecoc confirma que sector de la gran distribución ha logrado reducir un 14% el impacto de estas pérdidas ocasionadas por los hurtos y las ineficiencias administrativas internas de las empresas en la facturación de los comercios desde 2017.
El impacto sobre el comercio español por estos motivos ascendió el año pasado a un total de 1.515 millones de euros, lo que supuso el 0,75% del volumen de negocio del sector. El informe también apunta a un descenso del 30% en el número de delitos comerciales cometidos en 2021 respecto a los registrados en la anterior edición del informe, publicado en 2017. Así, en 2021 se realizaron un total de 490.000 hurtos en la red comercial española. A ellos se les atribuye el 54% de la pérdida desconocida de los comercios.
El otro 45% de pérdida en el comercio procede lo que se denomina pérdidas administrativas, un término que marca la diferencia entre lo que una empresa debe facturar teóricamente por las ventas registradas y lo que realmente obtiene. Entre medias, explican desde Aecoc, pueden darse diversas circunstancias que causen un desfase como errores en los registros del stock en un almacén o fallos de tránsito al realizar recuentos.
Para lograr reducir estas tasas de pérdida, las empresas de la distribución, según pone de manifiesto el estudio de Aecoc, han recurrido mayoritariamente a herramientas para la prevención como los cuadros de mando, los sistemas y los software antifraude, así como la aplicación de analítica avanzada (inteligencia artificial, modelos predictivos, etc.).
El estudio de la patronal de la distribución, sin embargo, pone de manifiesto el desfase entre la penetración del comercio electrónico como canal de venta y la adopción de medidas para evitar el fraude online. Así, el 86% de las empresas consultadas asegura que vende a través de Internet, mientras que un 39% reconocía que no contaba con sistemas para medir el impacto del fraude electrónico sobre sus negocios. Y todo esto a pesar de que el 33% de las compañías reconoció mantener el mismo volumen de fraude online durante el pasado ejercicio.