
El grupo Ingka, propietario de la mayoría de las tiendas de Ikea, con el 90% de sus ventas, ha anunciado dos nuevas medidas para ayudar a sus empleados a afrontar el alza de precios, entre las que destaca la creación de un fondo social de 10 millones de euros.
Con la intención de ayudar a los trabajadores que lo necesiten y hasta finales del año fiscal, la compañía sueca también duplicará los descuentos que les aplican en la compra de productos de alimentación y dirigidos al ahorro energético, que podrán llegar hasta el 30%.
Desde Ingka han señalado que cada país del grupo ofrecerá su apoyo a un número limitado de colaboradores que puedan necesitar ayuda económica "puntual", por ejemplo, para pagar la factura de la luz.
En concreto, el grupo va a duplicar el descuento a sus empleados en todo el mundo en alimentos básicos y en más de 2.000 productos de decoración del hogar con el foco puesto en el ahorro energético. "Además de duplicar los descuentos en productos básicos como las albóndigas vegetales, el pescado y el marisco y las patatas en las tiendas de alimentación sueca, también nos enfocamos en productos útiles para el ahorro de energía, agua y residuos alimentarios, como los grifos que ahorran agua, las bombillas, las colchas y los electrodomésticos", ha señalado Tolga Öncü, director de operaciones de retail del Grupo Ingka.
Más allá de estas acciones implementadas a nivel global por el grupo Ingka, muchos mercados han llevado a cabo iniciativas locales específicas para ayudar a sus colaboradores como parte de la estrategia global para hacer frente a la crisis energética y al incremento del coste de la vida.
En este sentido, Ikea Ibérica anunciaba en marzo que destinaría una partida de 10 millones de euros para reducir el precio de hasta 130 productos de su catálogo, entre los que se incluían algunas de las referencias de hogar más demandadas en nuestro país como las estructuras para cama Brimnes, las estanterías Billy o los frentes de cocina Veddinge.
Pocos meses después, en junio, la multinacional sueca comenzó a subir los precios de algunos de los productos que vende en España para ajustarlos al incremento de los costes. Ya a finales de 2021, el Grupo Ingka anunció su intención de elevar los precios un 9% de media en 2022 como consecuencia de las presiones inflacionistas que atraviesan los mercados en los que opera.