
La familia Grífols da la vuelta a su negocio de distribución de vinos. La saga catalana, propiedad de la firma de hemoderivados Grifols, controla desde hace un lustro la cavista Juvé y Camps y, a través de la compañía, dispone de una distribuidora de vinos premium. Hasta ahora únicamente trabajaba para la hostelería, pero acaba de poner en marcha el proyecto Insolity para, por primera vez, vender directamente al cliente particular.
La responsable del proyecto, Audrey Anne Vigne, explica a elEconomista.es que por el momento se pondrán al mercado las referencias que ya se comercializaban a través de Distribuidora de Primeras Marcas a la restauración. "Son vinos que pueden ir desde los 20 o 30 euros hasta los varios miles de euros", señala. Principalmente se tratan de vinos de Burdeos y de Borgoña.
La firma parte de una inversión de 1,5 millones de euros que la compañía realizó en 2019 para modernizar su almacén. Además, tiene otros 300.000 euros para la construcción de una cripta en la que almacenar los productos que los propios clientes ya hayan comprado. Se trataría de un lugar en el que se conservarían en las condiciones ideales de temperatura, luz y humedad.
La compañía intentará evitar la reventa de sus artículos. Por ello, buena parte de la venta -los vinos más caros- es cerrada. Solo se podrán adquirir vinos de cierta categoría a partir de un nivel de gasto que parte de los 2.000 euros por persona.
"La meta de Insolity es alcanzar entre 2 y 3 millones de euros de facturación a cinco años vista", cuantifica Vigne. Se trata de un proyecto pequeño dentro del universo de la distribuidora, que en el ejercicio 2020/2021 -hasta el 30 de junio- tuvo una cifra de negocio de 21,4 millones y unas ganancias de 1,5 millones de euros. En la campaña precedente, la facturación fue de 16,2 millones y los beneficios superaron los 700.000 euros.
Una inversión de Scranton
Juvé y Camps -la matriz de Insolity- es una de las inversiones que la familia Grífols tiene más allá del negocio de los hemoderivados. La controla a través de Scranton Enterprises, de una de las ramas de la saga catalana y varios directivos, una sociedad radicada en los Países Bajos que tiene también el 8,6% de la cotizada española.
Además, la patrimonial suma varias inversiones inmobiliarias, como Be Corp, es el principal accionistas del club de baloncesto Joventut de Badalona, participa en tecnológicas como Wallapop y es la dueña de varios centros de captación de plasma.
En la organización destacan Víctor Grífols i Roura, fundador y presidente de Grifols, Ramon Riera, consejero de la organización, y Tomás Dagá, de Osborne & Clarke -el bufete de cabecera de la familia-.