La decisión de Yvon Chouinard, fundador de Patagonia, de transferir el 98% de la compañía a Holdfast Collective, una organización sin ánimo de lucro, es toda una declaración de su compromiso con el medio ambiente. Asimismo, también es una buena forma de ahorrarse cientos de millones de dólares en impuestos.
Hay que empezar explicando el tipo de estructura elegida por el expropietario de la empresa de ropa deportiva para realizar el traspaso del 98% de la compañía a Holdfast Collective. En concreto, han optado por una organización 501(c)(4), una entidad sin ánimo de lucro exenta de pagar impuestos que puede hacer contribuciones políticas ilimitadas. Debido a esto último, los donantes no pueden desgravarse lo aportado del tributo sobre la renta. Es decir, Chouinard no ha obtenido ninguna deducción fiscal por esta transferencia.
En cuanto al 2% restante -las acciones con derecho a voto-, se ha trasladado al Patagonia Purpose Trust. Se trata de un fideicomiso creado con el objetivo de "consagrar el propósito y los valores de la compañía", según señalaba el propio Chouinard a The New York Times. Dicha estructura legal estará supervisada por los miembros de familia, así como por sus asesores. Por esta donación, Chouinard tendrá que pagar 17,5 millones de dólares en impuestos.
Sin embargo, la cosa cambia cuando se analizan las otras opciones que podría haber elegido Chouinard. Si en lugar de traspasar la compañía a una organización 501(c)(4), su fundador hubiera optado por dejársela a uno de sus hijos adultos, a la operación se le habría aplicado un gravamen del 40%. Teniendo en cuenta que la empresa vale 3.000 millones de dólares, el antiguo propietario de Patagonia habría tenido que pagar al gobierno de EEUU más de 1.000 millones de dólares en impuestos sobre el patrimonio y las donaciones.
Aunque menos impactante, la suma que hubiera tenido que pagar si hubiera decidido vender la compañía tampoco es nada desdeñable. En este supuesto, Chouinard habría tenido que desembolsar 700 millones de dólares en concepto de impuestos federales sobre las ganancias de capital, según calcula Bloomberg y recoge Fortune.
El fundador de Patagonia no es el único que ha elegido donar su empresa a 501(c)(4). Sin ir más lejos, Barre Seid, un magnate de la industria manufacturera, hizo lo mismo el año pasado. En su caso, la organización sin ánimo de lucro elegida vendió la compañía traspasada por más de 1.600 millones de dólares, una operación por la que el multimillonario no tuvo que pagar ni un céntimo en impuestos. La diferencia entre Chouinard y Seid es que la decisión de este último está sirviendo para financiar el negacionismo climático.