Renta variable

'elMonitor' se apunta un 3,75% de rentabilidad con el dividendo de Engie

En grupo energético Engie comenzó la semana repartiendo una retribución de 0,5 euros por acción a sus inversores. Una cifra en la que desde la estrategia de elEconomista se confiaba para intentar maquillar el desplome en bolsa que acumula en lo que va de año.

La firma francesa ha caído más de un 18,5% desde que comenzara el 2016 y, además, en lo que llevamos del mes de mayo ha cerrado todas sus sesiones en negativo. Una presión bajista que la compañía lleva sufriendo desde que anunciara un recorte del dividendo pagadero en 2017 y en 2018 al considerar desde Engie que la cifra que venía pagando era "insostenible". El día 9 de mayo el grupo ha hecho entrega de su retribución semestral, que en este caso ha sido de 50 céntimos de euro. Con esto, elMonitor se ha beneficiado de un 3,75% de rentabilidad.

Ese día, el 5 de abril, la energética alcanzó mínimos históricos, hasta la zona los 13 euros. Desde entonces apenas ha recuperado algo más del 1,5% y ahora se encuentra cotizando en la zona de los 13,3 euros. Tras ese anuncio, varias firmas de inversión rebajaron su optimismo respecto a la compañía francesa, pese a lo cual, ahora sitúan su potencial en el 22%.

El negocio de las materias primas no ha pasado desapercibido para la empresa, erosionando su negocio. Por esto, en los últimos años Engie ha apostado fuerte por las energías alternativas, aunque menos competitivas ahora ante los bajos precios del gas, del carbón o del crudo. Aumentando, así, la contribución de los servicios de energía, operaciones de tuberías y la energía solar y eólica hasta un 85% del negocio frente al alrededor del 50% el año pasado.

A finales del año pasado, la energía solar representó sólo el 1% de capacidad de generación de Engie, incluso después de la adquisición de SolaireDirect, el mayor operador de parques solares de Francia. Mientras, el 4% dedicado a la energía eólica fue eclipsado por el 56% del gas natural. A esto se le suma un 17% de la energía hidráulica y un 13% del carbón.

En este 2016, y continuando con su intento de enfocar su negocio hacia las energías verdes, Engie ha llevado a cabo algunas adquisiciones de empresas, mientras se ha desecho de otras. La energética francesa se ha hecho con seis parques eólicos de New Caledonian por 18 millones de euros o con la compañía Maia Eolis. Por el contrario, durante este año ha vendido su participación en las centrales térmicas Paiton y Meenakshi.

Engie (GSZ.PA)se ha propuesto el reto de convencer a los inversores de que la empresa puede recuperar terreno frente a Iberdrola y Enel SpA, compañías que han sido más rápidas en abrazar las energías renovables. En el Top 100 de las green utilities, ambas se encuentran en el tercer y sexto puesto respectivamente, mientras que la francesa ocupaba en 2015 la posición 29.

"Hay cierto escepticismo", aseguran los analistas de Bryan Garnier de París. "La compañía ha decepcionado a un buen número de inversores en los últimos cinco o seis años con la promesa de aumento de los ingresos sin entregar mucho". "Engie tendrá que cambiar su cultura para adaptarse a los nuevos mercados y para estar más cerca de los clientes", añaden.

Pero el grupo francés parece decidido a replantear su negocio. En los próximos tres años, venderá por un importe de unos 15.000 millones de euros sus negocios relacionados con el carbón y el petróleo en previsión del final de las energías fósiles en este siglo. "El cambio climático lo transforma todo" y las energías fósiles serán progresivamente sustituidas por energías renovables sin emisiones de CO2, declaraba estos días la recién nombrada directora general de Engie, Isabelle Kocher, quien añadió que "la energía sin carbono y la tecnología digital son los dos pulmones de Engie para el futuro".

La compañía perdió el pasado año 4.600 millones de euros y en los tres primeros meses de 2016 su facturación cayó un 14,3%, hasta los 18.900 millones de euros, en el que tradicionalmente es su mejor trimestre del año. La nueva responsable de Engie reconoció que las nuevas medidas implicarán una pérdida de empleos en algunas instalaciones, pero consideró que se crearán en otros, a la vez que quiere "simplificar y acelerar el funcionamiento de la empresa, así como suprimir la estructura piramidal del grupo para adaptarla a un nuevo entorno". El grupo tiene una plantilla de 155.000 personas en todo el mundo.

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