
Si septiembre es un mes en el que el mercado de emisiones de deuda corporativa se reabre, este año con más motivo. Aunque muchas empresas ya han exprimido los tipos bajos para financiarse en el mercado de capitales a precios históricos, el programa de compras del Banco Central Europeo (BCE), que desde junio incluye bonos de compañías, ha animado a las empresas españolas a financiar más deuda en estos primeros días del mes.
Dos de las mayores cotizadas, Telefónica e Iberdrola, y el ICO lanzaron emisiones ayer para colocar finalmente un total de 2.145 millones de euros -la cifra es aproximada, porque el ICO emitió en dólares-. Estas compañías aprovecharon que, horas antes de la reunión del BCE, la rentabilidad de la deuda española a 10 años tocaba nuevos mínimos históricos, en el 0,90%, pese a que repuntó al cierre de la sesión (ver apoyo).
En dos días, las firmas españolas han financiado en torno a 2.645 millones de euros, ya que estas últimas operaciones llegaron después de que Ferrovial estrenase el miércoles esta ventana de financiación con 500 millones en bonos a 6 años al 0,375%, que entran dentro del radar de compras del BCE.
Ni la emisión de Telefónica ni la de Iberdrola entrarían dentro de este espectro. La operadora ha optado por emitir 1.000 millones a través de obligaciones perpetuas subordinadas rescatables por el emisor a partir del quinto año y medio (marzo de 2022). Es la primera vez que emite deuda híbrida en los dos últimos años, aunque en lo que va de ejercicio ya ha captado unos 6.600 millones de euros en mercado.
Desde la compañía aseguran que esta operación le permite reforzar su balance y contribuiye a cumplir su plan de desapalancamiento. De hecho, esta semana ya remarcó que, con las salidas a bolsa de Telxius y O2, mantiene su compromiso de reducir el endeudamiento hasta las 2,35 veces el próximo año.
Por su parte, Iberdrola ha refinanciado deuda mediante una nueva emisión de bonos verdes; es la tercera vez que utiliza este recurso para financiar proyectos, en este caso para inversiones en parques eólicos de Reino Unido, desde que ella misma lo introdujo en España en 2014.
Aunque esta dos emisiones no estén entre las elegibles por el BCE, también se han beneficiado de los bajos tipos que los inversores exigen ahora a la renta fija. Telefónica ha cerrado la operación con un cupón que alcanzará el 3,75% hasta marzo de 2022. Es el tipo más bajo fijado por la compañía en una emisión de híbridos en euros en su historia.
Ese cupón irá variando, ya que, a partir de ese momento, en el que se abre la opción de rescatar el dinero, irá en aumento. El inversor cobrará el tipo swap interpolado a 5,5 años aplicable más un margen: del 3,858% hasta marzo de 2027; del 4,108% entre 2027 y 2042; y del 4,858% a partir de entonces.
En el caso de la eléctrica, el cupón para la deuda a 9 años se ha situado en el 0,375%. También es el más bajo conseguido por Iberdrola. Para hacerse una idea, supone un fuerte descenso respecto a los bonos verdes a 10 años que colocó el pasado mes de abril, por los que pagó un 1,125%. Mientras, el ICO ha desembolsado un 1,625% por emitir en dólares para diversificar su deuda a un plazo de dos años.
¿Más oportunidades?
Aunque ayer el presidente del BCE, Mario Draghi, no anunció ningún cambio en su programa de estímulos (ver página 19), el mercado espera que tarde o temprano alargue el QE más allá de marzo de 2017. "En nuestra opinión, la implantación de nuevos estímulos es solo cuestión de tiempo", considera Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija minorista de M&G Investments. Por ello, las empresas podrían seguir acudiendo a mercado encontrando tipos históricamente bajos.
"Creemos que los diferenciales de los bonos corporativos a nivel global se estrecharán aún más", opina Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, que coincide en que, tarde o temprano, "la persistencia de las perspectivas de baja inflación en la zona del euro debería llevar al Banco Central Europeo a ampliar los estímulos con posterioridad a marzo de 2017".
De momento, hay 15 emisiones de deuda corporativa española -la mayoría con vencimiento en 10 años- compradas por el BCE que ya generan rentabilidades de al menos un 3% en los últimos tres meses, desde que la institución añadió bonos corporativos al QE.
El bono español toca mínimos... pero no al cierre
Los inversores arrancaron la última jornada comprando deuda soberana española a la espera de la reunión del BCE. Antes del encuentro, la rentabilidad del bono a 10 años llegó a tocar mínimos históricos en el 0,90%, pero más tarde repuntó al 1% para cerrar en el 0,987%. La prima de riesgo llegó a relajarse por debajo de los 100 puntos básicos, para acabar en 105.