Renta Fija

La rentabilidad/riesgo de la deuda pincha

La ecuación que compara la inexistente rentabilidad que ofrece el Bund alemán hoy, frente al riesgo de experimentar subidas de su rendimiento, no es nada atractiva en este momento, según opinan los expertos encuestados por elEconomista. Ahora, el apoyo del BCE no es suficiente como para que compense entrar en este activo refugio, ya que el riesgo de perdidas es elevado

La renta fija europea está en un momento delicado. Apoyada en el plan de estímulos del Banco Central Europeo -BCE-, de tipos de interés al 0 por ciento y compras de deuda soberana por valor de 80.000 millones de euros al mes, el precio de los bonos europeos no ha parado de subir en 2016. Además, el sí al Brexit que se conoció el pasado viernes fue la guinda del pastel, y llevó al Bund -bono alemán con vencimiento a 10 años- a marcar ese día un nuevo mínimo histórico en rentabilidad, llegando a cobrar un 0,07 por ciento a quienes lo comprasen en aquel momento.

Y es que, a las pérdidas que está ofreciendo la bolsa en 2016, la volatilidad y el riesgo que existe todavía en la inversión en materias primas, además del inexistente incentivo que ofrecen los depósitos por los bajos tipos de interés, el dinero ha entrado a espuertas en los bonos europeos de calidad. Pero los sustos pueden llegar, un ejemplo de ello es el bono español a 10 años, que rinde un 1,632 por ciento, después de que marcase sus mínimos históricos en términos de rentabilidad en junio en 1,42 por ciento.

Así, la renta fija del Viejo Continente en los niveles actuales ha pasado de ser la alternativa al riesgo para convertirse en un activo que puede ser peligroso para las carteras de los inversores europeos. Así lo cree la mayoría de los expertos encuestados por elEconomista: al ser preguntados si la ecuación rentabilidad/riesgo que ofrece el Bund -el bono de referencia en Europa, sinónimo de seguridad- es atractiva en este momento, el 90 por ciento de ellos considera que no. Las caídas a las que se expone el inversor pueden llegar a alcanzar el 5 por ciento durante los próximos meses, según la mayor parte de expertos que han participado. Incluso, algunos consideran que el descenso en el precio del bund puede ser de entre el 5 y el 10 por ciento. A pesar de que la encuesta se llevó a cabo antes de conocerse la decisión de Gran Bretaña de salir de la UE, y esto podría hacer que a corto plazo los bonos sean atractivos, un mayor desplome en la rentabilidad del Bund todavía empeoraría más la ecuación rentabilidad/riesgo que presenta el bono germano, sinónimo de seguridad incluso dentro de este tipo de activos.

Riesgo de caídas

Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, explica: "Ahora mismo, entrar a comprar bonos europeos es algo que se debería hacer si uno se centra exclusivamente en el trading, para intentar aprovechar los movimientos a corto plazo. Sin embargo, tiene un potencial enorme de que se disparen las rentabilidades y caigan los precios". Y es que parece que comprar deuda ahora tendría sentido para el inversor que crea que la situación económica de Europa va a ser un desastre durante los próximos años. Fuentes del mercado destacan sobre esto que cuando un inversor compra deuda que está ofreciendo rentabilidades negativas, está asumiendo una situación extraordinariamente delicada: o cree que nos dirigimos hacia un escenario de cataclismo o está pagando un precio altísimo por un activo con una expectativa de rentabilidad que le condena a pérdidas.

El riesgo queda reflejado en el comportamiento que experimentó el Bund en abril de 2015: en menos de dos meses, entre el 20 de abril y el 10 de junio, el precio del bono germano cayó más de un 8 por ciento, pasando de ofrecer una rentabilidad cercana al 0,1 por ciento hasta el 1 por ciento. Un buen ejemplo que ilustra esto es que, cuando el bono se acerca al 0 por ciento en rentabilidad, o incluso se adentra en terreno negativo, se asemeja mucho a un muelle muy apretado: cuesta mucho apretarlo más, y si lo sueltas la reacción es inminente.

Bernal añade sobre esto que "mientras el BCE siga comprando bonos todavía puede haber algo de margen para adentrarse en el terreno negativo" -el BCE compra deuda con rentabilidades que no sean inferiores al -0,4 por ciento, donde está establecida la facilidad de depósito, algo que podría llevar a pensar que la deuda alemana podría incluso tocar ese tope-, "pero si se lleva a cabo un análisis plenamente fundamental, cogiendo la curva y mirando los tipos de interés, comprar un bono alemán ahora puede ser una locura". A pesar de ello, el experto destaca que "para quienes piensen que tenemos por delante un estancamiento secular sí puede tener sentido, ya que todavía hay algunos títulos, como es el caso del bono español a 10 años, que aún dan cifras positivas. Sin embargo, tiene un riesgo enorme. Existe una burbuja de renta fija".

Sobre la rentabilidad que todavía podría ofrecer la renta fija alemana, Carlos Fernández, analista de XTB, destaca que "no nos planteamos que el interés en el Bund se adentre con fuerza en la rentabilidad negativa. Con este escenario vemos poco potencial de revalorización del activo. Como mucho, planteamos subidas adicionales en el precio del 4 por ciento". Sin embargo, desde el bróker tampoco esperan que se produzca un rápido movimiento a la baja en los precios: "Con la intervención del BCE no pensamos que se puedan producir tensiones que hagan aumentar el interés del bono, ya que las compras presionarán al precio a la baja. En este contexto, acotamos las posibles caídas en niveles máximos del 5 por ciento".

¿Deuda emergente como alternativa?

Debido a todo lo anterior, la búsqueda de rentabilidad en activos con menos riesgo que la renta variable, pero que ofrezcan más atractivo que los bonos europeos, está a la orden del día. Fuentes del mercado destacan que los inversores están empezando a fijarse en la deuda de países emergentes, como Brasil o Sudáfrica, que ofrecen cupones más atractivos. Sobre esto, Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta4, destaca que "con el 50 por ciento de los bonos soberanos europeos en tipos negativos es normal que se busque rentabilidad en otros activos. La deuda emergente ofrece un diferencial de rentabilidad, pero no exento de riesgo. Ya hemos visto en el pasado cómo sufre esta clase de activos ante subidas de tipos en EEUU. Ahora cada vez hay que asumir más riesgo para lograr rentabilidad".

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