
Liquidez, crecimiento, políticas fiscales y monetarias dirigidas con mano de hierro y un 'carry trade' favorable son los principales puntos a favor de los bonos de países BRIC.
¿Le preocupan los niveles que están alcanzando los títulos de deuda de los países occidentales? No es para menos, dado que refugios triple AAA como el T-Note de EEUU o el bund alemán marcaron este verano mínimos históricos y repuntan desde entonces. Quien quiera invertir en renta fija debe conjugar una difícil ecuación entre seguridad y riesgo, pues si quiere seguridad no va a obtener ninguna rentabilidad, y si quiere rentabilidad, el riesgo que hay que asumir se antoja excesivo. Pero, por suerte, hay una opción intermedia: invertir en deuda emitida por países emergentes.
Entre las pegas habituales que se suelen poner a este tipo de bonos figuran la escasez de liquidez, tamaño reducido y, en casos como el ruso, un proceso de liberalización que aún está en desarrollo. No obstante, algunos de estos peros ya se están empezando a difuminar, como explica Sasha Evers, director para Iberia de la firma BNY Mellon: "Las emisiones de estos países en divisa local son más líquidas [que en los desarrollados] y muestran un mercado de mayor tamaño. Los países, si pueden, prefieren emitir en divisa local para cubrirse del riesgo contra el dólar y así reducir su nivel de endeudamiento". Respecto a los bonos emergentes denominados en dólares, más habituales en los últimos años, el experto explica que la deuda de este tipo tiene dos componentes, por un lado el diferencial con el bono americano -que, al igual que la prima de riesgo en Europa, mire el riesgo de impago de un país, tomando como referencia a la deuda soberana de EEUU- y, por otro, el propio comportamiento del bono. Evers señala que hasta un 45% de los países emergentes que emiten deuda en dólares se ubica en Latinoamérica, y que la rentabilidad de los índices que siguen este tipo de emisiones se sitúa en una media del 6%, por lo que considera que "el diferencial es atractivo, pero existe riesgo si, por ejemplo, el crecimiento en EEUU mejora y la rentabilidad del bono cae".
Múltiples argumentos a favor
Una vez desmitificados los contras, la tarea de examinar los pros de este tipo de activos de renta fija resulta más fácil, dado el alto grado de aceptación que tiene la deuda emergente entre bancos de inversión y gestoras de fondos. Por ejemplo, la opinión de Herny Stipp, gestor del fondo sobre deuda emergente de Threadneedle, refleja con claridad el posicionamiento del sector: "Los fundamentales del mercado emergente permanecen en general más fuertes que los de países del mundo desarrollado. Los balances son más robustos, las políticas fiscales y monetarias son mucho más apropiadas, la gestión de las reservas en divisa extranjera es responsable y el crecimiento es fuerte".
Empecemos por este último punto. Según reflejan las proyecciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), este tipo de naciones en vías de desarrollo tienen una razón poderosa para desviar hacia sus arcas el dinero de los inversores: que la emisión de títulos está respaldado con crecimiento. De hecho, en el último informe realizado por el FMI y publicado esta semana refleja que, aunque sólo hayan mejorado las previsiones del crecimiento de China para 2013, los denominados países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) rebosan salud. Con una mención especial para Brasil, la gran decepción del grupo en 2012: según las estimaciones del organismo internacional, este ejercicio su PIB crecerá a un ritmo del 1,5%, y la tasa se incrementará hasta el 4% en 2013.
Precisamente Brasil era noticia el pasado miércoles, al tomar su banco central la decisión de recortar sus tipos de interés a un nuevo mínimo histórico del 7,25%. Por otra parte, la opinión generalizada entre los expertos es que el Banco Central de China adoptará nuevas medidas -se apunta principalmente hacia una caída en el coeficiente de caja de los bancos- después del congreso del Partido Comunista Chino. Eso sí, estas medidas previsiblemente estarán más orientadas a ajustar la transición de la economía china desde la exportación hacia el consumo interno, por lo que el gestor de M&G Mike Riddell aconseja al inversor no perder de vista "el considerable riesgo adicional a largo plazo para la deuda emergente que supone el inevitable reequilibrio económico de la segunda economía mundial".
En cualquier caso, esta reflexión nos lleva a otro de los puntos citados por el gestor de Threadneedle: las políticas divergentes entre bancos centrales emergentes y desarrollados. "La ventaja de los bancos centrales de países emergentes es que no tienen todos los cartuchos gastados, todavía tienen la habilidad de usar la política monetaria de forma más efectiva", corrobora Sasha Evers. "Brasil tiene el lujo de poder bajar del 10,5 al 7,25% porque tiene flexibilidad monetaria y, aunque baje, en la inversión a largo plazo también hay un componente de carry trade", completa el experto.
Rentabilidades de doble dígito
Una vez más, la mejor forma de acceder a este tipo de activos para el inversor a pie de calle es a través de la gama de fondos de deuda emergente -en este caso, por popularidad, optamos por los que están denominados en dólares estadounidenses- disponibles a la venta en España. Gracias a la diversificación de la cartera, los diez mejores lucen vigorosas rentabilidades de doble dígito tanto en el año como anualizadas a tres años, por lo que la generación de alfa consigue batir claramente a las principales referencias de deuda por separado: el bono brasileño a una década rinde un 2,6%; el chino, en torno al 3,5%; mientras que las referencias india y rusa a diez años superan el 8%.
Entre estos diez productos de inversión ganadores en lo que va de año sobresale el BNPP L1 Bond World Emg C C, comercializado por la gestora de BNP Paribas y con una calificación de tres estrellas Morningstar sobre cinco, sin ser además de los fondos con mayor patrimonio de la lista. Este fondo se anota una rentabilidad en 2012 superior al 18% gracias a su exposición a deuda rusa y brasileña, aunque los títulos que más ponderan en su cartera son de otros emergentes como México o Filipinas. El fondo tiene una comisión de gestión del 1,5 por ciento y no impone una inversión mínima al comprador.
El segundo fondo con mejor comportamiento en lo que va de año es el ING (L) Renta Fd EM Dbt HC P USD Acc, con un avance del 17,64% al que se le ha de añadir una rentabilidad anualizada a tres años cercana al 18 por ciento y de alrededor del 12% anualizada a cinco años. Este fondo de ING Investment Management luce la mejor calificación de Morningstar, cinco estrellas. Este fondo cuenta con la peculiaridad de estar expuesto también a treasuries estadounidenses, que ponderan un 5,86 por ciento en su cartera, en la que también incluyen activos de deuda rusa, indonesia, brasileña, polaca y peruana.
En tercera posición nos encontramos al Pioneer Fds Emerg Mkts Bd I USD ND, de la firma Pioneer, creado en 2010 y que también luce tres estrellas Morningstar. El secreto de este producto para conseguir un rendimiento cercano al 17% en el año consiste en la combinación de papel ruso y brasileño con títulos más exóticos, como deuda emitida por Islas Caimán y Costa de Marfil, así como títulos corporativos de Petróleos de Venezuela, que ponderan un 2,2% en su cartera.
Aquí es necesario hacer un último inciso: a diferencia de lo que ocurre en el mundo desarrollado, donde se está encontrando más valor y seguridad en las emisiones de empresas que en las realizadas por ciertos gobiernos, la deuda corporativa emitida por empresas de países emergentes todavía se encuentra a años luz -salvo honrosas excepciones, por supuesto- de la deuda gubernamental de estos países. Desde Pioneer aportan un ejemplo: "Alrededor del 70% -ó 2 billones de euros- de los tres billones que supone el mercado de deuda corporativa emergente está centrado en moneda local, por lo que todavía pocos gestores internacionales van a incluir corporativos en divisa local en sus fondos".