Renta Fija

La posición deudora de España respecto al mundo niega más recorrido al bono

  • España y Portugal son los países menos solventes de la Unión Europea
  • Su posición externa neta es mucho más desfavorable que de Francia o Italia
El interés de la deuda española está en zona de mínimos. Foto: Getty.
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El elevado porcentaje de deuda que España soporta sobre el PIB, la inestabilidad política y la negativa posición exterior neta respecto al resto del mundo niegan más recorrido a los bonos del país y alejan mejoras de rating por parte de las agencias de calificación, a pesar del nuevo QE anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada y de los distintos riesgos que alejan el dinero de los activos de riesgo y lo arrastran a la renta fija.

El interés que se exige a la deuda de referencia de España -el bono con vencimiento a 10 años- ha caído cerca de 150 puntos básicos en el mercado secundario desde el máximo que registró en octubre de 2018, ligeramente por encima del 1,72%. Ahora se sitúa en el 0,23%, pero llegó a hundirse en el 0,03% el 15 de agosto, su mínimo histórico, al convertirse en un activo refugio por sustitución gracias a las mejores perspectivas de crecimiento respecto a sus socios de la Unión Europea, a la mutualización del riesgo que el mercado ve en el club comunitario y, sobre todo, a la profundización en intereses negativos de los estados que atraen la mayor demanda conservadora, como Alemania o Francia.

Esta tendencia, que ha llevado el coste medio de la deuda que soporta el país al suelo del 2,29%, podría estar agotada. El casi 100% que representa la deuda de España frente al PIB o la inestabilidad política son problemas comunes con otros socios comparables, como Portugal o Italia, y han sido ignorados en los últimos meses, pero la desfavorable posición exterior neta como acreedor/deudor complica especialmente la relación del país con el mercado y los inversores.

El mejor indicador a largo plazo

S&P apuntó en la última revisión del rating de Italia que éste es el indicador más útil para examinar la solvencia de un país, "en lugar de la relación entre la deuda y el PIB". Y destacó que la responsabilidad externa neta del castigado país mediterráneo con el resto del mundo es del 2,5% del PIB, "esencialmente en equilibrio", muy debajo de Francia (21%), Reino Unido (9%), Portugal (99%) o España (75%).

"Estoy de acuerdo con lo que dice S&P para el largo plazo, Italia tiene mayor solvencia que España y Portugal, aunque la carga de su deuda es tan grande que podría crearle mayores problemas a corto plazo", explica Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo Multiciclos Global de Renta 4, quien insiste en que "sería algo equivalente a la diferencia entre solvencia y liquidez".

"Todo ello además es razonable ya que Italia siempre ha tenido una tasa de ahorro elevada y los residentes compraban su deuda pública", continúa el economista, quien considera que, "por eso, a pesar de tener unos déficits enormes, habitualmente, no tenía problemas de balanza por cuenta corriente".

Enrique Lluva: "La capacidad de Italia de autofinanciar gran parte de su deuda pública con ahorro interno es un importante punto de contención a sus diferenciales"

"Esto es importante de cara a la evaluación crediticia del país, pero dada la velocidad en la que se mueven los mercados de deuda y la lentitud en la que esta variable va evolucionando, a corto plazo no veo que esto vaya a tener gran influencia en las primas de riesgo, que se suelen mover por factores mucho más inmediatos como los planes fiscales o los movimientos que hace el BCE", coincide Ángel Talavera, experto de Oxford Economics, quien incide en que "en este sentido la mejora de la prima italiana es posible que continúe dado el cambio de gobierno a uno con una posición menos antagonista con la UE pero dudo mucho que veamos el bono italiano con un interés menor al español".

"La capacidad de Italia de autofinanciar gran parte de su deuda pública con ahorro interno es un importante punto de contención a sus diferenciales; además, añadir que es ahorro familiar ya que los porcentajes de deuda pública que mantiene el sistema financiero son similares a, por ejemplo, los españoles", añade Enrique Lluva, gestor de fondos de renta fija de Imantia Capital.

El Tesoro reduce su objetivo de emisiones de deuda

Una muestra del agotamiento de la deuda española está en que hace un par de semanas, en las inmejorables condiciones de financiación actuales, el Tesoro Público tomó una decisión aparentemente contradictoria: reducir el objetivo de emisiones, desde los 35.000 millones que se fijó enero a los 20.000 millones actuales. Esta cifra está un 40% por debajo respecto a los 34.277 millones de 2018, cuando el coste medio fue del 0,64%, frente al 0,37% actual.

"No es una decisión ineficiente", explicó Elena Aparicio, directora general de la instución, quien reconoció que "es cierto que están bajando los tipos de interés y que se puede pensar: 'oye, aprovéchate y emite más', sin embargo nuestro primer objetivo es reducir la deuda pública con una cartera con una vida más larga, cosa que ya tenemos, y en todo caso hay que ir financiando lo que realmente se necesita, y no más".

Lo que no espera el Tesoro Público es que las agencias de rating mejoren las calificaciones que emiten sobre la deuda española este otoño. "Valoran los fundamentales, valoran el esfuerzo y valoran que estamos en una posición mejor, no obstante, aquí sí que juega en nuestra contra la inestabilidad política", comentó la directora general del Tesoro, quien confesó que "las agencias están teniendo en cuenta varios factores para ser prudentes en general: las tensiones internacionales y cómo se están comportando las grandes economías de nuestro entorno ante las incertidumbres".

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