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2020, el año en que se digitalizó la educación por la crisis del coronavirus

  • La crisis abierta por el Covid-19 ha supuesto un reto para el sector educativo
Un joven estudiando en casa
Madrid

La crisis global del coronavirus se ha convertido en lo que el filósofo y ensayista libanés Nassim Taleb llamó un 'cisne negro': un acontecimiento "altamente improbable" con un enorme impacto en la sociedad. Desde diferentes puntos de vista -sanitario principalmente, económico sin duda-, el impacto es negativo. Sin embargo, en ocasiones, estas circunstancias propician cambios que de otra manera se hubiesen alargado en el tiempo o dejado en el aire. La crisis abierta por el Covid-19 ha supuesto un reto para el sector educativo. Colegios, universidades y escuelas de negocio han tenido que adaptar sus sistemas al entorno digital, algunas, las más innovadoras, con más acierto y facilidad que otras. Las instituciones han comprobado en su propia piel que el elearning ha pasado de ser una opción a una obligación.

Sin clase presencial

Comprendiendo los riesgos de la propagación del coronavirus, universidades como la de Londres o la de Buckingham, con un gran número de estudiantes extranjeros en sus aulas, cancelaron las ceremonias de graduación para aquellos estudiantes que finalizaron sus estudios en diciembre antes de las prohibiciones gubernamentales. Además, también fueron suspendidas grandes conferencias académicas.

El University of Chicago Booth School of Business en EEUU ha modificó su programa, de manera que los estudiantes que debían asistir a clases en su campus de Hong Kong han sido acogidos en Londres. La Universidad de Stanford también al otro lado del charco ha cancelado todas las clases presenciales durante el resto del semestre y permitirá a los alumnos hacer los exámenes desde casa.

Algunas de las principales universidades del mundo adaptaron sus prácticas al ecosistema online para gestionar las ausencias de los estudiantes y no frenar su desarrollo educativo. Joanna Newman, académica de prestigio y secretaria general de la Asociación de Universidades de la Commonwealth, explicó en Financial Times, al comienzo de la pandemia, que la forma de actuar tiene que cambiar para no sufrir un caos igual en el futuro. La experta hablaba en concreto del caso de Australia, muy expuesto al inicio de la crisis al coronavirus debido a los 200.000 estudiantes universitarios chinos que permanecían en el país, donde muchas instituciones se vieron en la obligación de adaptarse a la educación a distancia para aquellos alumnos que se encontraban en el extranjero o permanecían en cuarentena en sus casas.

La crisis abierta por el Covid-19 ha supuesto un reto para el sector educativo

Esta adaptación no ha sido sencilla, no al menos para aquellas instituciones que estaban rezagadas en la carrera de digitalización. Para otros organismos educativos el cambio ha sido mucho menos dramático. En cuanto un alumno dio positivo en las pruebas del coronavirus, la escuela de negocios Esade decidió impartir sus clases a través de Internet en sus Campus de Sant Cugat. La misma medida fue tomada en Madrid.

En Milán, la prestigiosa Politecnico di Milano también canceló todas las clases presenciales. En su lugar, comenzó a utilizar Flexa, su plataforma de Inteligencia Artificial, ideada con el fin de ampliar la experiencia de los estudiantes, para distribuir el material didáctico a los alumnos. En la londinense King's College de Londres, donde un estudiante dio positivo por coronavirus, decidieron, desde ese mismo instante, celebrar conferencias online. Prohibieron la presencia de dos personas en la misma aula a la vez.

La pandemia cambiará integralmente un sistema, el educativo, que ha permanecido prácticamente inalterable durante las tres últimas revoluciones industriales. Este cisne negro ha pillado con el pie cambiado a aquellas organizaciones aún verdes en cuanto a transformación digital y ha mostrado la agilidad de las que ya piensan en una realidad dominada por Internet. Después de esta crisis, nada volverá a ser igual que antes en el sector educativo.

Sin hacer trampas

Si todos los mecanismos y procesos de la educación tradicional se trasladasen al ámbito digital, es probable que surja una duda: ¿cómo evitamos que los alumnos copien en los exámenes? En paralelo al auge del online learning han cobrado relevancia empresas que han desarrollado herramientas de e-proctoring, es decir, de vigilancia. En caso de querer continuar realizando los típicos exámenes a todos los alumnos, la tecnología pone herramientas al servicio del profesorado para evitar posibles plagios.

El objetivo de la universidad es extender la educación cada vez a más miembros

Los productos que ya están en el mercado son cada vez más sofisticados y asequibles debido a la competencia y los avances tecnológicos. Hay quien confía en que los sistemas de vigilancia del futuro empleen inteligencia artificial y reconocimiento biométrico (de iris, en concreto). Estas herramientas monitorizan a los estudiantes individualmente, por lo que la vigilancia será más sofisticada y eficaz.

Sin embargo, desde el ámbito educativo estadounidense hay quienes están preocupados por estas herramientas. Algunos, por las capacidades de esta tecnología; otros, por la privacidad de los estudiantes; y un tercer grupo, por ambos. Kathy Austin, vicepresidenta de la Texas Tech University asegura en Inside Higher Ed que "los servicios de vigilancia online hacen un mejor trabajo que la supervisión en persona, pero el respeto por los derechos y la privacidad de los estudiantes es prioritario antes de que se desplieguen estas tecnologías".

Diane Horton, coordinadora de monitorización y gerente de servicios online de la Universidad de Carolina del Norte, asegura que esta tecnología de vigilancia ha permitido a la institución ampliar su oferta de cursos online. "El objetivo de la Universidad es extender la educación cada vez a más miembros", señala Horton, al tiempo que indica que la edad media de los estudiantes está aumentando, por lo que estos necesitan mayor flexibilidad en cuanto a horarios y exámenes. Gracias a la tecnología se pueden seguir haciendo estas habituales pruebas desde casa.

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