Política

Las sospechas en torno a los pueblos con censos electorales inflados: otra arista más de la 'España vacía'

  • Esta práctica se lleva a cabo pensando en las elecciones municipales
  • El INE ha detectado 171 incidencias en 128 pueblos de cara al 26 de mayo
Preparativos para las municipales de 2015 en un colegio electoral. Foto: Reuters

Pasó antes, ocurrió en 2007, en 2011, en 2015 y parece que sucederá en 2019. Cada vez que se acercan unas elecciones municipales aparecen una serie de pueblos con escaso número de habitantes sobre los que se ciernen las sospechas de presentar un censo electoral inflado. De cara a las locales del 26 de mayo son 128 los pueblos que están bajo el foco.

La explicación es sencilla: un puñado de votos puede decantar la alcaldía de un lado o de otro. En plata: no es la primera vez que se empadrona repentinamente a amigos, familiares o deudores de favores en pueblos con decreciente demografía meses antes de las elecciones para que sus votos dejen la Alcaldía en unas manos u otras. Inflar el padrón electoral también puede servir para tener mayor número de concejales o para recibir más subvenciones.

Aunque no todos los casos se dan en la llamada 'España vacía' o 'vaciada' y no todas las zonas de la misma están aquí representadas, la facilidad de que esta situación se dé en poblaciones con pocos habitantes apunta claramente hacia áreas que sufren los estragos de la demografía. Es significativo que las dos comunidades con menor densidad de población, las dos Castillas, tengan al grueso de sus provincias señaladas en este índice. Otro tanto sucede con pueblos de la Cantabria interior, con un envejecimiento de la población bastante acusado desde hace décadas.

Como señala el profesor en Derecho Constitucional de la UCM y miembro de la Comisión de Venecia Rafael Rubio, esta peculiaridad se debe a que en los pueblos de la España rural "un número pequeño de votos marca la diferencia". "En otros puntos de España como en Madrid necesitarías miles de inscritos para que se produzca una alteración con esos efectos", subraya. Es otra arista más de la España interior, en boca de todos los partidos esta campaña, pero con sus quebrantos perennes.

El INE, en alerta

La encargada, en todo caso, de detectar este fenómeno en las poblaciones pequeñas es la Oficina del Censo Electoral, perteneciente al Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo actúa a modo de radar que salta cuando aparece en sus cifras una alteración significativa del censo en los meses previos a una convocatoria electoral. Aunque es una costumbre "que va cayendo en desuso" y que en su momento hizo estar bajo la lupa a 300 poblaciones, explican desde el INE, siempre hay que estar "alerta" porque puede darse el caso.

"No se trata solo de inflar el censo electoral con inscritos de última hora para ganar la Alcaldía. A veces el ardid comienza mucho antes con la figura de la agrupación de electores"

Su mantra es la Instrucción 1/2011, de 24 de marzo, de la Junta Electoral Central (JEC). En este documento se establece el método por el que la unidad del INE detecta a las poblaciones menores de 2.000 habitantes en las que las altas en el censo electoral se desvían en los últimos seis meses de los parámetros dados en el mismo documento. El resultado se cuelga en la web del órgano y es pasto para las impugnaciones pertinentes.

Como expone Rubio, no se trata solo de inflar el censo electoral con inscritos de última hora para ganar la Alcaldía. A veces el ardid -"prácticas siempre coordinadas", incide- comienza mucho antes con la figura de la agrupación de electores: "La agrupación es una plataforma en la que necesitas reunir un determinado tanto por ciento de firmas del censo electoral de la población para avalar tu candidatura y presentarte a las municipales. Esto provoca que, en ocasiones, la cifra de inscritos en el censo electoral aumente de cara a tener las firmas necesarias para presentarse y, ya de paso, aprovechar a esos inscritos para tener más votos en la elección". Este caso, precisa el experto, es propio de grupos independientes que predominan en muchos consistorios españoles, ya que "un partido grande no puede exponerse a esto".

Otro escenario que explica Rubio en la misma línea es el de los comunitarios. Gracias a la reforma de la Constitución en 1992, los ciudadanos de la UE que residan en España pueden presentarse y votar en las municipales. Sin embargo, el hecho de estar empadronados no implica que estén inscritos en el censo electoral. El tener que pasar por este trámite hace que en poblaciones con una marcada presencia de una comunidad de un país europeo el censo electoral pueda experimentar una alteración repentina antes de los comicios. Este supuesto, que puede ser natural, también es corrompible y existe la posibilidad de que haya una agrupación electoral interesada en contar con esos votos y por tanto promover esta inscripción de lo comunitarios en el censo electoral.

Los efectos de estos 'chanchullos', desarrolla Rubio, pueden tener "consecuencias secundarias" y "multiplicarse", llegando a pautar, por ejemplo, la conformación de las diferentes diputaciones provinciales emanadas de las elecciones locales.

La lista citada lista del INE, relativa a las municipales, recoge 171 incidencias de 128 ayuntamientos que no han aportado una explicación o lo han hecho pero ésta no ha sido convincente. Aunque esta lista se pone en conocimiento de la JEC, la decisión final -rectificación del censo electoral si cabe- recae en las Delegaciones Provinciales de la Oficina Electoral.

Aunque las alteraciones detectadas por el INE muchas veces no son perceptibles a simple vista y son fruto de la citada ecuación, sí que hay casos que son directamente llamativos. Un caso puede ser el de Huérmeces (Burgos), que en octubre de 2018 presentaba 134 electores, en noviembre 155 y en diciembre 165. En Riello (León), el censo electoral pasó de 599 personas a 616 entre noviembre y diciembre de 2018. Enix (Almería) pasó de 316 electores en noviembre a 326 en diciembre y en marzo de 2019 en 336.

Igualmente, hay pueblos que acaparan un copioso número de incidencias al darse los casos en entidades locales menores que dependen de ellos. Es lo que ocurre en Los Altos (Burgos), con siete incidencias, y en Merindad de Río Ubierna, en la misma provincia, con cinco casos. A nivel provincial, si bien el reparto de casos es bastante ponderado, la particularidad radica en Burgos con 84 incidencias y en León con 36. Les sigue a distancia Cantabria con 14, Palencia con siete y Guadalajara con cinco. La España de la herida demográfica.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky