Con motivo de la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución de 1978, algunos de nuestros representantes políticos han dado sus opiniones para los lectores de elEconomista. La división, como un libro de Umberto Eco, sigue siendo entre integrados y defensores de la Constituación, y apocalípticos o críticos con el texto. Estas son las valoraciones de algunos de ellos.
Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular: "En las firmas del Rey Juan Carlos, Fernando Álvarez Miranda -presidente del Congreso- y de Antonio Fontán -presidente del Senado- se encuentran las aspiraciones del español que, como diría Machado, "no es de hoy ni de mañana", sino de siempre; de ese sujeto único e indivisible que es la Nación española, a la que todos pertenecemos. En los 40 años de aquel texto, obra magnífica de generosidad, es más perentorio que nunca afirmar con contundencia la vigencia plena y total de la Constitución de 1978. Sin embargo, "existen hoy fuerzas políticas que, siguiendo enseñanzas de Laclau, quieren hacer de la Constitución y la Transición un inmenso significante vacío o vaciado, como si aquellos años y aquellos esfuerzos no tuvieran nada que ver con el progreso que hoy disfrutamos".
"El gran éxito de la Constitución -mantiene García Egea- es que 40 después, mantiene su vigor. Por mucho que haya quien hoy, por ambiciones desmedidas de poder o por tratar de imponer una agenda ideológica, quiera hacer de la Constitución un borrón en nuestra historia. Por eso, si hoy hubiéramos de reconocer la maternidad de esta España de la que disfrutamos, sin duda alguna, habríamos de reconocérsela a la Constitución. En su marco, España se incorporó a un proyecto europeo, en su marco, derrotó al terrorismo de ETA y logró situarse entre las 10 potencias económicas más importantes del mundo. Por eso, creo que en su marco, España podrá afrontar los retos que el futuro le plantee. En su marco, podrá reformarse si es necesario y llega el caso. En su marco -concluye-, todo es y será posible", sostiene el dirigente.
Ignacio Prendes, vicepresidente de la Cámara del Congreso de los Diputados, y en nombre de Ciudadanos, sostiene que: "No debemos temer una reforma de la Constitución, siempre que se emprenda con la voluntad y el espíritu de amplísimo consenso que concitó la generación del 78. Debemos huir de dos tentaciones: la de sacralizar la Constitución para volverla rígida y frágil como el cristal, y la de creer que es hora de superarla con otro proceso constituyente destinado a contentar a quienes no comparten el espíritu ni los valores de nuestra Carta Magna. La Constitución del 78 ha sido un éxito y goza de plena vigencia. Ahora, una nueva generación debe suscribir los acuerdos y compromisos que permitan otros 40 años de convivencia en democracia y libertad", indica.
Carles Campuzano, como diputado nacional y en representación del PDeCat, expresa sobre la Constitución que "fue una herramienta útil para una transición al régimen democrático y nuestra integración en la Europa política y económica, pero que no ha sabido dar respuesta a las legítimas aspiraciones de Cataluña y los catalanes".
En nombre del PNV, Aitor Esteban incide en que ellos mantienen "la misma posición que hace 40 años". Es decir, "no nos sentimos integrados en la Constitución Española. Actualmente, además, consideramos que hay más desafección que nunca y resulta sorprendente el entusiasmo con el que se quiere celebrar cuando tanto la Constitución como la Transición están siendo más cuestionadas que nunca. Desde nuestro punto de vista -añade-es imprescindible afrontar el hecho nacional vasco y catalán y consideramos que se debe repensar el sistema de garantías".
Para Íñigo Errejón, de Unidos Podemos, "hay para quienes esta Constitución fue un punto final, para mí -señala- es un comienzo. Miro hacia atrás con respeto. No todo se pudo, quedaron cosas pendientes. Pero soy hijo de aquel esfuerzo colectivo para hacer un país democrático", reconoce. Desde Bruselas, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, afirmó ayer "tener un texto constitucional resiliente, capaz de pasar por circunstancias difíciles". Borrell defiende que "no ha habido en nuestra historia otros 40 años tan buenos como estos. Y creo que es algo que merece la pena celebrarlo y explicarlo", remachó, asegurando que está "encantado de participar en actos" que "recuerdan a los españoles que estos 40 años han sido los mejores de nuestra historia moderna desde la batalla de Trafalgar" y para explicar las "virtudes" de la Constitución.