Las modificaciones a la ley educativa LOMCE que plantea el Gobierno pasan por un Bachillerato "más flexible" que en algunos casos se desarrollará en tres años y con el que el Ejecutivo espera reducir el número de no titulados. El nuevo sistema, no exento de polémica, fue presentado este miércoles por la ministra de Educación, Isabel Celaá. ¿En qué consiste?
Según el anteproyecto del Gobierno, el Bachillerato seguirá siendo de dos años, pero con una variante para los estudiantes que hayan finalizado el primer curso con más de dos asignaturas suspensas: no tendrán que repetir el curso completo sino solo las materias pendientes.
Estos repetidores por más de dos asignaturas no podrán matricularse del segundo curso completo. Mientras las repiten, solo podrán matricular alguna materia más del segundo curso si el equipo pedagógico da el visto bueno y siempre que no sea una de que suspendieron en el primer curso.
Para los estudiantes que suspendan hasta dos asignaturas el sistema no cambia: podrán pasar al segundo curso de Bachillerato y recuperar las pendientes.
"El objetivo es que nadie se quede atrás, que todo el mundo consiga sacar el máximo de sus potencialidades" y que "no salgan del sistema personas sin titular, porque es condenar a esas personas a un empleo no digno durante tu vida desde los 14 o 15 años", explicó ayer Celaá en la Comisión de Educación y Formación Profesional del Congreso de los Diputados.
En Primaria, la reforma la divide en ciclos y no en cursos que se podían repetir con la LOMCE, y en Secundaria se permite obtener el título con una materia suspensa.