
Sánchez afirmó ayer desde Estados Unidos que en sus interlocutores internacionales ha encontrado "comprensión y reconocimiento" a su intento de resolución política del conflicto y también a "una España democrática y plural" con unos estándares de calidad "de los más altos del mundo". El presidente puntualizó que "el problema es cuando se quiebra la ley, cuando se violenta el orden constitucional", como hizo el Gobierno catalán en septiembre y octubre pasados.
El presidente reiteró que respeta la independencia del poder judicial y su apuesta por el diálogo, desde el que "se pueden hacer muchas cosas", porque "la oposición podrá liderar la crispación", pero "lo que corresponde al Gobierno es gobernar" y, en este caso concreto, "desbloquear la crisis institucional".
Dirigiéndose a la Generalitat de Cataluña, el presidente dijo que hace bien al exigir el diálogo, pero la desafió a exigirse el diálogo con los catalanes no independentistas, que es algo que "falta por ver en el bloque independentista".
Diálogo frente a justicia
El presidente del Gobierno esquivó ayer presentar un recurso al Tribunal Constitucional contra los votos de los presos y huidos del Parlament, posibilidad que abordará una comisión de la cámara autonómica. Pedro Sánchez mantiene el propósito de no judicializar la crisis con Cataluña y por eso elude intervenir en este sentido. En defensa de la ley, ayer, desde Nueva York, pidió al bloque independentista que acate lo que dice la justicia, porque las resoluciones judiciales "podrán gustar más o menos, pero se tendrán que acatar". Así mismo, señaló que nadie en Estados Unidos le había preguntado por el 1-O, más bien "por la dinámica en Cataluña", puntualizó el presidente.
Sánchez también se pronunció en su intervención sobre su próximo viaje a Cuba. Y del mismo afirmó que no sabe aún con qué colectivos se verá cuando viaje a la isla, porque todavía se está diseñando la agenda, de manera que no ha adelantado si se verá con miembros de la oposición al régimen cubano.
"Todos los equipos están trabajando en el diseño de esa agenda", añadió, preguntado en una rueda de prensa en la residencia del embajador español ante la ONU, donde se desplazó con motivo de la semana de líderes de la Asamblea General de la organización.
La Asamblea brindó este martes a Sánchez la oportunidad de reunirse por primera vez con el nuevo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel y aceptar su invitación para convertirse en el primer presidente del Gobierno español que viaje oficialmente a Cuba desde que lo hiciera Felipe González en 1986.
"Gobernar también es desbloquear algunas presencias internacionales que el Gobierno en las últimas décadas no se había planteado, como es la presencia en Cuba después de más de 30 años", dijo desde Estados Unidos.