Sin despacho todavía en Génova 13, por lo acelerado de los acontecimientos, Alberto Nadal, secretario de Economía y Empleo de la nueva dirección del Partido Popular de Pablo Casado, exsecretario de Estado, responsable hasta hace dos meses de los Presupuestos Generales, está convencido de que Pedro Sánchez tendrá problemas para consensuar las Cuentas Públicas de 2019. "Más gasto, más déficit público y más impuestos con igual crecimiento económico", como anuncian los socialistas, no parece ser la receta de la prosperidad. Por eso, advierte este gran conocedor de la Administración, técnico Comercial y economista del Estado, "el que promete grandes resultados económicos, con un volantazo, se está equivocando".
¿Cree que el ritmo aún bueno de creación de empleo puede cambiar si el Gobierno de Pedro Sánchez toca la reforma laboral?
Las cifras que hemos visto siguen mostrando que España es capaz de crear empleo a ritmos importantes como consecuencia de las políticas económicas de los últimos años. De una situación de contracción, durante la crisis, hemos pasado a una situación absolutamente contraria, en la que las empresas exportan, se gana competitividad, se permite la recuperación de empleo y que se mejoren los salarios. Pero estas cifras también nos están diciendo que se crea un poquito menos de lo que se creaba antes. Y es que la economía española está perdiendo un poco de impulso. No se puede vivir indefinidamente de la inercia y del pasado. Hay que hacer más cosas. Y el incremento del gasto público, más déficit, más impuestos y subir costes energéticos es el camino contrario si queremos dar un impulso al PIB. El gran reto de la economía española es conseguir una década continua de crecimiento. Si lo consiguiéramos nos acercaríamos a la situación que viven las mejores economías de toda la Unión Europea.
El Ejecutivo presentará de nuevo la senda fiscal que no ha sido capaz de sacar adelante. ¿Qué hará el PP?
Sánchez nos ha anunciado que va a incumplir el objetivo de déficit, que en principio nosotros teníamos fijado en el 2,2%, frente al 2,7 que proponen ellos. Y, ¿por qué el 2,2? Porque en algún momento los tipos de interés subirán y hay que ganar margen. Tenemos que abordar gastos crecientes en pensiones y sanidad y es necesario reducir el desvío presupuestario para aumentar la credibilidad de la economía española. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez insiste en el 2,7%, cuando la cifra de crecimiento no va a ser superior, sino la misma que dibujaba el PP. Por tanto, nuestra postura es clara. No estamos de acuerdo. Flexibilizar los objetivos y añadir más gasto público y más impuestos no es el camino.
¿Y ustedes bloquearán que se tramite un Presupuesto si Moncloa opta por presentarlo con la senda fiscal que fijaron ustedes?
La obligación del Ejecutivo, según la Ley de Estabilidad, es la de presentar de nuevo los objetivos en un mes. Sin el respaldo parlamentario pertinente, cualquier intento de aprobar Cuentas está cojo, porque carece del elemento central, la fijación del objetivo de déficit. A partir de ahí se determina el estado de ingresos y de gastos. Lo cierto es que, para que este objetivo pudiera salir adelante, tiene que haber un cambio en la posición que ha presentado el Gobierno recientemente. Moncloa debería tener como objetivo central una senda fiscal razonable, no procurar más gastos por encima de lo que crece la economía, y no subir los impuestos.
¿Pero cree que el Gobierno tiene tanto margen para subir el gasto, con 84 diputados?
Tiene muy poco margen. Y aún así, lo único que nos está planteando el Gobierno es eso, subir el gasto por encima de lo que crece la economía. No podemos estar de acuerdo en ningún caso.
¿Descartan apoyar alguna de las subidas de impuestos anunciadas por la ministra de Hacienda?
Hay algunas figuras tributarias que se pueden analizar, sobre todo aquellas en las que la UE tiende a una futura armonización. Pero, en líneas generales, no estamos de acuerdo con una subida de impuestos para un aumento masivo del gasto. Es una política rotundamente contraria a la nuestra. Insisto, queremos ganar espacio para rebajar la presión fiscal. El objetivo de la economía española es la creación de empleo. Y para crear empleo, debemos ganar competitividad empresarial y reducir la imposición sobre el trabajo. Éste es el eje central. Hay que ser eficiente en los gastos y administrar bien los recursos, y que los trabajadores tengan el menor número de impuestos posible.
Pero el PP tampoco puede por sí solo frenar todas esas iniciativas...
Para modificar el marco tributario es preciso aprobar leyes en el Parlamento, y para eso se necesita una mayoría que el Gobierno tiene que demostrar que posee en la Cámara. Desde luego no va a contar con los votos del Partido Popular para subir los impuestos.
¿Qué le parece la posible subida de Sociedades a la gran empresa?
Quiero ver cuál es la propuesta del Partido Socialista. Nos han hablado de un conjunto de medidas tributarias muy poco concretas, muy poco claras, no sabemos qué pretenden con ellas, ni qué se va a recaudar. En líneas generales, un incremento sobre Sociedades disminuye la inversión y disminuye el empleo.
¿Cual de todos los tributos que está avanzando el Ministerio de Hacienda sería más perjudicial para la economía española?
Cualquier imposición sobre el sector bancario tendrá consecuencias, ya que se encarecerá crédito. A su vez, cualquier imposición sobre los hidrocarburos, en un país como España, que lleva sus productos a gran distancia, a Europa, erosiona nuestra competitividad y encarecerá el coste del transporte. Y más: incrementar las cotizaciones sociales frena la creación de empleo. Y es que todo impuesto tiene elementos negativos que deben ser analizados cuidadosamente. Especialmente perjudiciales me parecen aquellos impuestos que afecten al transporte, a la capacidad de movimiento de personas y servicios dentro de España y fuera, y también los que afecten a la imposición sobre el trabajo.
¿Qué recorrido le queda a Sánchez en Moncloa si no puede aprobar el techo de gasto, objetivos de déficit, Presupuestos o impuestos?
Este Gobierno llega a Moncloa a través de una moción, y desde entonces, ¿qué ha pasado? Pues que se ha bloqueado el techo de gasto y que tenemos problemas donde antes no existían, con la inmigración o el sector del taxi. No se ha arreglado ningún problema. Es más, se han creado nuevos, y no se ha tomado ni una sola medida de política económica. Aunque es mejor no tomar ninguna antes que aprobar iniciativas equivocadas. Pero lo cierto es que si no hacemos nada, si el PSOE no hace nada, viviremos del impulso de las políticas económicas del Gobierno de Mariano Rajoy. Y ese impulso se irá perdiendo, lentamente. Hasta ahora lo que se nos han propuesto ha sido incremento del gasto, de los costes, más dificultades para las empresas y para la contratación, mayores regulaciones.
¿Cuál es su receta?
España tiene que mejorar continuamente su competitividad, y mejorar nuestra capacidad exportadora. Los salarios tienen que ir creciendo a medida que aumenta el crecimiento y el empleo. Las pensiones, claro que tienen que subir, pero al ritmo del crecimiento de la economía. Hay que mantener la estabilidad de precios, la estabilidad presupuestaria. Tienes que dar más certidumbre a los inversores internacionales, a las empresas nacionales, más confianza a las familias para que compren coches o viviendas, tienes que invertir en educación y en talento. Pero para eso hay que administrar recursos y que las administraciones absorban la menor presión fiscal posible.
¿Es compatible mantener el Estado de Bienestar y bajar el impuesto de Sociedades al 10%, como propuso Pablo Casado antes de ser elegido presidente del PP?
Hay una serie de gastos que son ineludibles, el primero el pago de la deuda pública, que nos cuesta 30.000 millones que ojalá fueran menos. Es la herencia de una crisis económica que todo el mundo sabe de donde ha salido. Lo siguiente, las pensiones, es un gasto que está ahí y que debe ser atendido por encima de cualquier otro aspecto, ya que los mayores tienen derecho a cobrar lo ganado con años de esfuerzo. Después hay que garantizar la subida de los salarios públicos, la seguridad, la defensa, la justicia, la sanidad, la educación y las inversiones que resultan críticas a nivel país. Así es como se hace un Presupuesto, y si con todo ello consigues que el gasto vaya por debajo de lo que crece la economía, al final te sitúas en los niveles de países responsables que no tienen altos niveles de gasto. Es lo que vino haciendo el Gobierno del PP y ahora esa política está en riesgo.
Habla de ir a menos gasto. ¿Fue un error, en este sentido, volver a vincular las pensiones al IPC?
No. No hemos hecho un pacto de pensiones para subirlas con el IPC. Lo que se hizo fue establecer el crecimiento del 1,6% para el gasto en pensiones para este año y el próximo. Hay que definir un nuevo marco para las pensiones del futuro en el que seamos capaces de mantener el poder adquisitivo de los jubilados a través del crecimiento y la creación de empleo.
Sin embargo, el pacto del PP con el PNV de hace unos meses fue un golpe a su propia reforma en este ámbito, la de 2013...
La reforma de 2013 atendía a las circunstancias de entonces. Pero con el crecimiento económico se abre un nuevo debate, el de cómo repartir los frutos del crecimiento, y pensionistas y empleados públicos deben participar de esos frutos. Éste es lo que se tiene que debatir en el Pacto de Toledo entre todas las fuerzas políticas.
¿Hasta cuándo puede vivir Pedro Sánchez de las rentas?
Espero que el Gobierno tenga sensatez y no destruya la obra del PP. Sería razonable que fuéramos muy conscientes de los años que puede llevar reconstruir una economía, y el poco tiempo que puede llevar destruirla. Un ejemplo es la credibilidad. Mejorar un escalón en el rating cuesta años. Bajarlo, unos pocos meses. La vigencia del crecimiento económico dependerá de lo que se haga.
Hablando de lo que pueda hacer Sánchez, ¿qué cree que hará en Cataluña? Ha hablado de grandes infraestructuras. ¿Piensa que son las mismas que ya reflejaron en sus Presupuestos?
A un gobierno autonómico, que siempre que ha podido se ha apartado de la Constitución y no ha asistido a los Consejos de Política Fiscal y Financiera, no se le puede dar un trato preferente y bilateral como le ha dado el Gobierno de la nación este miércoles. Una cosa es abrir el diálogo, y otra bien distinta es que, ante comportamientos que en nada se asemejan a la lealtad institucional, se responda con un trato privilegiado. A partir de ahí, lo que hayan hablado tiene que ser transparente y atender al principio de legalidad. Y respecto a las inversiones públicas, mucho me extrañaría que fueran muy distintas a los planes que ya teníamos.
Si el PP vuelve al poder, ¿habrá financiación autonómica?
Sí, si hay voluntad por las partes. Pero hay que acordar un sistema transparente, justo y con parámetros objetivos. También hay que analizar quiénes son las autonomías que mejor gestionan. Ésas deben marcar la pauta a las demás.
El PSOE ha pronunciado el término reestructuración, y también lo hizo el ministro Montoro. ¿No cree que sentaría un mal precedente llevarla a cabo?
Bueno, es que hay analizar cuál es la causa de la deuda. Es decir, si la autonomía en concreto tenía motivos para acumular esa deuda o no. Hay regiones que no han sido eficientes y otras que siempre han intentado cumplir con los compromisos fiscales. Hay que ir con cuidado y no desincentivar a aquellas que han venido respetando las reglas de estabilidad.
Señor Nadal, ¿hay dinero en las arcas del Estado para tanta promesa? Más fondos para autonomías, sanidad universal, migración o revertir los recortes que al Gobierno del Partido Popular le imputan?
No. No hay dinero para todo lo que Pedro Sánchez ha prometido. Prometer es fácil, pero para cumplir hay que contar con recursos, y se está prometiendo por encima de los recursos existentes, salvo que se recurra a la vieja receta del déficit y la deuda, que ya sabemos a donde nos lleva. Con un crecimiento de la economía española como el que tenemos estos años, los recursos adicionales de las Administraciones, incluyendo la Seguridad Social, de 24.000 a 25.000 millones de euros cada año. Y una parte la tenemos que destinar a pensiones. Solo por el envejecimiento de la población, dedicaremos 4.000 millones. Y a eso, hay que añadir lo que crezcan las jubilaciones por la evolución de la economía. Hablamos en total de entre 6.000 y 7.000 millones de euros al año para este capítulo. Además hay que mejorar los salarios públicos, tenemos que mejorar las políticas de inversión, las de educación... Las comunidades autónomas deben percibir la parte que les corresponde y, deberíamos ir reduciendo el déficit público en el entorno de un punto anual, unos 10.000 millones de euros, como hacíamos nosotros. Atendíamos al crecimiento de pensiones, y mejorábamos un poco más los servicios públicos y la inversión en infraestructuras. A todos estos sectores les hubiera gustado recibir más, pero era hasta donde se podía llegar. Ahora bien, si rompemos estos equilibrios y gastamos más, frenaremos el crecimiento y la creación de empleo.