Política

Los exministros económicos del PP cierran filas con Soraya Sáenz de Santamaría

La exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Foto: Efe.

Los máximos responsables de las áreas económicas del anterior Gobierno del PP, artífices de la recuperación económica, el reequilibrio en las cuentas públicas y el saneamiento de la economía, tienen claro su posicionamiento de cara al próximo congreso que elegirá al nuevo líder del Partido Popular el próximo mes de julio. La apuesta de la mayoría de ellos es la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, tal como han trasladado fuentes parlamentarias al diario elEconomista. En esa lista están Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, y su secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal; la extitular de Empleo Fátima Báñez; el exministro de Energía Álvaro Nadal; y el exresponsable de la cartera de Fomento Íñigo de la Serna, a quienes muchos veían presentándose él mismo pero que declinó la oferta por su cercanía a la exvicepresidenta.

Las mismas fuentes trasladan que en la pugna por el liderazgo compiten algunas figuras de menos fuste y menos conocidas por el público junto a otras que sí son de primera línea, pero que ninguna de ellas llegó a aglutinar tanto poder en el Ejecutivo ni a tener tanto peso en la acción de Gobierno como Santamaría, la exnúmero dos de Rajoy. "Defienden que se conserve el aparato del partido tal como está concebido", aducen estas fuentes, y consideran que candidatos como Pablo Casado parten de una posición de desventaja por su más limitada trayectoria así como por encontrarse éste desgastado por las últimas sospechas sobre la veracidad de su currículum. En cuanto a María Dolores de Cospedal, un fuerte puntal tanto en el partido como en el Gobierno saliente, explican que no llegó a acaparar tanto poder como Sáenz de Santamaría en el Ejecutivo popular.

Relación de años

La cercanía de los exministros económicos a la todopoderosa exvicepresidenta no es, ni de lejos, nueva. Ya durante la primera legislatura de Mariano Rajoy se formó un grupo de miembros del Gobierno críticos con el trabajo de Santamaría. Allí estaban, entre otros, José Manuel García Margallo, que ostentaba la cartera de Exteriores; Jorge Fernández Díaz, de Interior; Ana Pastor, de Fomento; José Manuel Soria, de Industria; y Miguel Arias Cañete, de Agricultura. A ellos se les sumaron, posteriormente, Isabel García Tejerina, sustituta de Cañete; Rafael Catalá, al frente de Justicia; y Pedro Morenés, extitular de Defensa.

Mientras, más en privado que en público, los exrresponsables de Hacienda, Cristóbal Montoro; y Empleo, Fátima Báñez, mostraban mucha más cercanía a Sáenz de Santamaría. También lo hacían los hermanos Nadal (Álvaro y Alberto), si bien, por aquellos entonces, en posiciones menos notorias de las que ostentaron desde 2016. Todos ellos desde una posición más cercana a la gestión -llamada por algunos tecnocracia- que a la del titular político; más de negociación y trastienda que de batalla ideológica. Esas características, por cierto, desesperaban al llamado G-5, que extendía las críticas sobre la exvicepresidenta y sus ministros cercanos en cuanto le resultaba posible.

Curiosamente, cuando Rajoy revalidó mandato y se enfrentó a la tarea de prorrogar Gobierno, mantuvo ese enfrentamiento disimulado entre las dos facciones de su Consejo de Ministros. Mantuvo a Montoro y a Báñéz y aupó a Álvaro Nadal al Ministerio de Energía y a su hermano Alberto a la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, clave para el Gobierno. Además, y en base al criterio de Soraya Sáenz de Santamaría, se trajo a Madrid, desde Cantabria, a Íñigo de la Serna, quien no ocultó en ningún momento sus preferencias en el seno del Ejecutivo.

Mientras, el expresidente también elevó a Cospedal al Gobierno, concretamente al Ministerio de Defensa, y aunque dejó caer a algunos de sus fieles, la ubicó en compañía de Tejerina o Catalá, cercanos a la también expresidenta de Castilla-La Mancha, y de Dolors Montserrat, al frente de Sanidad y ahora portavoz de la campaña de Cospedal. Ese curioso reparto -desconocido para el gran público pero sabido entre políticos y medios de comunicación- se ha hecho público a lo largo de la última semana.

Recta final para la elección

Con todo, el PP encara la recta final para la designación de un nuevo líder, con el reto de erradicar el fantasma de la corrupción del ataque político de los adversarios, lo que supone lograr el difícil equilibrio entre mantener una estructura consolidada y de peso en el partido con la apariencia indubitable de regeneración. Siete candidatos se han postulado para luchar por el cargo: Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, José Manuel García-Margallo, José Luis Bayo, José Ramón García-Hernández y Elio Cabanes, tras reunir todos ellos los más de 100 avales necesarios para optar a la candidatura. El próximo 5 de julio saldrán de la primera criba los dos más votados, que se disputarán la Presidencia del Partido Popular en el congreso que se celebrará en poco menos de un mes, los días 20 y 21 de julio.

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