
Según van pasando las horas, tras la dimisión adelantada de Mariano Rajoy, que ha precipitado su sucesión a mediados de julio, dos ideas principales parecen tomar fuerza entre los populares. La primera, que Alberto Núñez Feijóo es uno de los "más claros candidatos" a suceder a Rajoy en el liderazgo del partido (en el PP se habla de clamor por Feijóo y de sus tres mayorías absolutas), y la segunda, que la organización política quiere que haya una única candidatura, a ser posible pilotada por el gallego, en el que tanto María Dolores de Cospedal como Soraya Sáenz de Santamaría sean puntales por su experiencia y nivel de adhesiones. Santamaría, de primera de la clase a última en la lista de sucesores de Rajoy.
Se trata -resumen las voces consultadas por elEconomista- de trabajar "en clave de partido". Porque ahora "toca hacer piña, equipo". En cualquier caso, llegar a julio con una lista unitaria que no rompa al partido, que ha de enfrentarse a un horizonte electoral muy intenso, al menos a dos años vista. Y es que el Partido Popular no es un partido de primarias, y una lista de "consenso e integrada" disiparía las guerras internas que apenas acaban de mostrar sus primeras señales de vida con informaciones de parte.
Respeto a los tiempos
Lo cierto es que ,públicamente y hasta la fecha, Alberto Núñez Feijóo no ha dicho nada -se limitó a manifestar que cuando tenga algo que decir lo hará, y eso no será antes del lunes próximo-. Fuentes del entorno del presidente insisten en que es "muy respetuoso" con los tiempos, máximo si los marca su organización. Sin embargo, otras fuentes populares dan por hecho que el paso lo dará la semana que viene y entonces lo lógico es que el mandatario gallego trabaje por aglutinar en una lista a gente con capacidad y valía, donde es muy posible que se encuentren la exministra de Defensa y la exvicepresidenta. Entre tanto, altos cargos del PP gallego ven a Núñez Feijóo "el mejor situado" ante la sucesión de Rajoy. Y también ven compatible que compagine, al menos temporalmente, la Presidencia de la Xunta con el liderazgo del PP, "porque no hay ninguna norma que lo impida", apuntan.
Así pues, de tomar la decisión de concurrir, el liderazgo y el partido "irán en una misma pieza". Y eso quiere decir que el control de la dirección nacional del partido (que "puede ser completamente nueva", apunta un dirigente del Grupo Popular), y la presidencia quedarán en manos del ganador del congreso. Otra cosa es que Feijóo dé poder a Cospedal dentro del partido, o de que Santamaría, por ejemplo, acabe liderando una lista municipal de primer orden como la de Madrid.
El silencio de Soraya
El miércoles, la primera persona en hablar del triángulo formado por Feijóo, Cospedal y Santamaría, fue la secretaria general del PP. Sin dar pistas, como Feijóo, y sin determinar la posición que adoptará a partir del lunes, Cospedal señaló que tomará una decisión cuando corresponda. Por cierto, que el entorno de Cospedal rechazó el miércoles de plano que la cúpula del Partido Popular haya postulado a su secretaria general para la Alcaldía de Madrid, dejando caer que esa información tiene el objeto de quemar las posibilidades de la castellano-manchega.
De este tercio de varas, donde se han colado en las quinielas los nombres del exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quien no ha dicho esta boca es mía y ni siquiera ha hecho acto de presencia, es la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aunque son unos cuantos los que esperan que dé un paso adelante.
Los Estatutos del PP señalan que los dirigentes que aspiren a suceder a Rajoy tendrán que dar un paso al frente y presentar su precandidatura entre los siete y los 15 días siguientes a que se ponga fecha al cónclave. Se trata de un proceso que prevé una elección a dos vueltas, si existen más de dos aspirantes, donde, primero votan los afiliados y después, los compromisarios.
Los populares desoyen a Aznar
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy afirmó este miércoles que "el centro derecha no hay que reconstruirlo", porque "el partido de centro derecha es el PP", que saca más de cincuenta escaños de ventaja al siguiente, de distinto signo político. Considera, no obstante, que "el PP tendrá que seguir trabajando con intensidad, resolver bien ahora el problema del congreso y elegir un nuevo líder", algo para lo que descarta dar "lecciones ni instrucciones" porque no es su "papel". Por otro lado, el secretario general del grupo de Ciudadanos en el Congreso, Miguel Gutiérrez, rehusó el ofrecimiento del expresidente del Gobierno José María Aznar, para ayudar a unir el centro-derecha español, argumentando que "ya no pinta nada", y afirmó que el PP ha dejado de ser una alternativa de gobierno.