Europa necesitaba buenas noticias tras una semana de vértigo. Sobre todo cuando ya se escuchan los primeros cañonazos de una guerra comercial con EEUU. Por eso, las instituciones comunitarias apenas tardaron en saludar el cambio de gobierno sin altibajos en España. Madrid ha dejado de ser el niño problemático de la clase, y lleva tiempo recogiendo felicitaciones por ser el socio que más crece entre los grandes. Pero ya nada se da por seguro en una época tan inestable, con Italia todavía dando sacudidas. Por lo que el cambio de testigo sin sorpresas fue bien recibido.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, expresó su confianza en que España continuará contribuyendo a una Europa "más fuerte, más unida y más justa". "Tengo plena confianza en su compromiso con el proyecto europeo en el que España desempeña un papel muy importante" le escribió en la carta de felicitación.
La portavoz comunitaria Mina Andreeva añadió que el Ejecutivo comunitario había tomado nota de la promesa de Sánchez de no modificar el presupuesto español, un elemento "importante" al valorar las curvas que podrían llegar en el camino al aterrizar un nuevo gobierno.
La portavoz comentó que Juncker le trasladó su invitación para reunirse en la próxima ocasión que tengan, aunque todavía no han fijado ninguna fecha.
El respeto con los compromisos europeos, incluido el cumplimiento de las reglas fiscales, forman parte de los objetivos que anunció Sánchez en el Parlamento. Por eso, la visita a Bruselas probablemente llegará antes de que acuda a la cumbre del 28 y 29 de junio. El primer encuentro de Sánchez con sus colegas europeos no será sencilla, ya que tendrán que lidiar con el asunto migratorio, el Brexit o la reforma de la eurozona.
El timonel de la cita, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también le extendió sus felicitaciones, recordándole la "desafiante" época que encara Europa. "La unidad europea es más necesaria que nunca", avisó el polaco.
Las felicitaciones protocolarias de Tusk y Juncker dirigidas a Sánchez coincidieron con sus mensajes destinados al nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Sin embargo, en sus palabras no resultaba complicado adivinar la preocupación que despierta el Ejecutivo populista de Roma, en claro contraste con Sánchez. "Creo firmemente que nuestra comunidad solamente florecerá cuando se base en un diálogo respetuoso y en una cooperación leal, para la cual daré lo mejor de mí para asegurarlo", escribió Tusk en la carta a los populistas, tras una semana de tensiones entre la maquinaria comunitaria y el Movimiento 5 Estrellas y la Liga.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, le recordó a Sánchez la invitación que había cursado al Gobierno español para explicar ante los eurodiputados sus ideas sobre el futuro de la UE. La Eurocámara había reservado el pleno de diciembre a España para desmenuzar su visión.
Bienvenida de Moscovici
Las palabras más calurosas procedieron de sus compañeros de filas. El comisario de Asuntos Económicos, el socialista francés Pierre Moscovici, admitió que esperaba con ganas empezar a trabajar juntos para "avanzar reformas económicas progresivas y políticas fiscales 'inteligentes' para España y el resto de la eurozona". La llegada de un nuevo Ejecutivo socialista en Europa, en un mapa dominado por el centro-derecha y los partidos liberales, cayó como un inesperado regalo para esta familia política. Su presidente, Sergei Stanishev, se congratuló de que sus filas "se están haciendo más fuertes". "Sin confianza en la corrupción o en la austeridad, pero en una Europa más progresista", escribió el búlgaro en Twitter.