
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hizo oficial este viernes el lanzamiento de una moción de censura al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la que llama a sumarse a los 350 diputados del Congreso de los Diputados, incluidas las formaciones independentistas, PdeCat y ERC. La moción podría prosperar sin Ciudadanos, con el voto de Unidos Podemos, PNV y los secesionistas, aunque Sánchez ha sido tajante con que no habrá concesiones con estos últimos.
Los socialistas prefieren, no obstante, poner el foco en el partido de Albert Rivera, no solo para evitar incómodos compañeros de viaje; también para obligar a retratarse a Ciudadanos en la "incoherencia" de criticar la corrupción y no desalojar a Rajoy de La Moncloa después de que haya sido acreditada la existencia de la caja B del PP por la sentencia de la Audiencia Nacional. El pulso, de momento, está en el aire, después de que los naranjas ya han advertido de que quieren elecciones y no les basta una moción que coloque al PSOE en el Gobierno con apoyo de Podemos.
El objetivo del órdago de Sánchez es claro: marcar perfil propio ocupando la Moncloa al menos un año; preparar al PSOE para una victoria electoral cómoda en las próximas generales y después convocar elecciones.
El líder socialista no solo quiere desalojar a Rajoy de Moncloa, sino que también se ve gobernando en solitario, aunque por un periodo limitado de tiempo, tras el cual convocaría elecciones. "Antes hay que recuperar la normalidad democrática, limpiar las instituciones y atender las emergencias sociales", explicó Sánchez en una declaración desde Ferraz.
Gobernanza casi imposible
Si bien no se ha querido hablar de plazos ni concretar cuándo convocaría las urnas en caso de sacar adelante la moción, varias fuentes socialistas admiten en privado que tendría que pasar "al menos un año" hasta que Sánchez decida disolver las Cortes. Teniendo en cuenta que dentro de doce meses se celebrarán elecciones autonómicas, locales y europeas, podríamos irnos al último trimestre de 2019 si se quiere evitar que coincidan en el tiempo todas las citas electorales.
El socialista necesita tiempo para alcanzar sus objetivos para ese periodo, entre los que prioriza limpiar las instituciones y poner en marcha una agenda social que atienda las urgencias y desigualdades.
En esa agenda social, de la que no se han precisado más detalles, cabe prever que estarían incluidas medidas como la puesta en marcha de la renta mínima vital; la subida del salario mínimo interprofesional hasta alcanzar los 1.000 euros en 2020; o la aprobación de un nuevo estatuto de los trabajadores que derogue la reforma laboral, así como un plan de choque contra el paro de larga duración y los jóvenes. Esas son, al menos, las principales medidas de corte social de la agenda impulsada por el PSOE que ha ido desgranando en los últimos meses.
No obstante, Sánchez estará en una posición de debilidad en el Congreso, donde ni siquiera es diputado, y tendría que negociar una a una, y con al menos dos formaciones, cada iniciativa, algo que complica mucho la operatividad de lo que queda de legislatura. A eso hay que añadir que cualquier medida que implique un aumento del gasto comprometería la consolidación fiscal en el año en el que España debe salir, por fin, del procedimiento por déficit excesivo que mantiene abierto Bruselas desde 2009.
La moción de Sánchez, firmada por los 84 diputados del grupo parlamentario, fue respaldada de forma unánime por la ejecutiva federal y será ratificada el próximo lunes por el Comité Federal. Todos los presidente autonómicos han apoyado la moción de censura, incluida la delegación andaluza, que no fue informada de la presentación de la moción antes de su registro oficial.
Compromiso con la estabilidad presupuestaria
El Ejecutivo de transición que pretende liderar Pedro Sánchez "será un Gobierno que cumplirá con los compromisos como Estado miembro de la Unión Europea y será un Gobierno con una hoja de ruta clara", aseveró este viernes el secretario general socialista. Sánchez, que recuperó la americana y la corbata azul -la de las grandes ocasiones- puso énfasis en el papel del PSOE como "partido de Gobierno y de Estado", que quiere cumplir los compromisos de consolidación fiscal y reducción del déficit público pactados con Bruselas y que "respeta la soberanía nacional y la integridad territorial". El socialista marcaba así distancias con algunas formaciones, como Podemos o el PDeCat, que han mostrado públicamente su disposición a respaldar la moción, pero cuyas propuestas pueden inquietar a los mercados y a los socios comunitarios. Fuentes socialistas consultadas por elEconomista insisten en que el compromiso del partido con la senda de estabilidad fiscal a la que obliga la pertenencia de España a la UE no ha sido puesto en duda en ningún momento. "Somos un partido serio y queremos cumplir con Europa, siempre lo hemos dicho", explican esas mismas fuentes.