Política

Los días más inciertos de la Unión Europea

  • El euroescepticismo y el rechazo al proyecto común de los europeo afloran
Foto: Archivo

Mientras los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea estaban anoche cenando en Sofía, la capital búlgara que alberga este encuentro informal, dos noticias pésimas para los países de este club recorrían las redacciones y precisaban el análisis urgente de los especialistas. El anfitrión de la reunión, Boiko Borisov, daba por terminado el ágape cuando las rotativas de los principales diarios del continente ya habían imprimido los titulares, dos hechos relevantes que se suman al rosario de obstáculos que la UE tiene que sortear en los últimos tiempos, Brexit incluido.

De un lado, el borrador de intenciones de la incipiente e increíble coalición del Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte en Italia, un documento ahora desmentido que recoge la propuesta de salida del euro del gigante transalpino. Primer golpe. El populismo antisistema de extrema izquierda se suma al de extrema derecha para unir sus fuerzas en un punto que les une, aunque no el único: el euroescepticismo y el rechazo al proyecto común de los europeos.

El segundo y no menos preocupante asunto tiene origen a mil quinientos kilómetros de Roma, en la estos días soleada capital comunitaria, Bruselas. La justicia de los belgas pone la conocida excusa del defecto de forma para dar respuesta negativa a una orden de entrega, esa figura ya desprestigiada y fallida que ha tenido tantos años engañada a la opinión pública del Viejo Continente. Creíamos que había armonía de sistemas judiciales y que ningún presunto delincuente podría esconderse en un país socio con total impunidad, y con la huida de los independentistas catalanes hemos despertado del sueño.

La justicia belga ha juzgado a la justicia española, como también lo está haciendo la alemana representada en el tribunal local de ese land impronunciable que vive a caballo entre el país teutón y la vecina Dinamarca. Como también lo han hecho los queridos colegas semi indocumentados que han hablado de represión, y que han influido en la ciudadanía europea en contra de un Estado de Derecho plenamente democrático como es el español. Y la sentencia que ha coronado ese juicio es que los sospechosos de haber vulnerado las leyes en España no van a ser entregados por un defecto formal.

Los hechos judiciales que inicialmente parecían ser suficientes para enmendar las ilegalidades y provocaciones están ahora en proceso de cuestionamiento por algo que los españoles jamás habríamos pensado que podría perjudicarnos como país: por la pertenencia a la Unión Europea, que corre rauda y veloz hacia su autodestrucción.

Pleno de poderes tras su coronación, el nuevo presidente Torra ha dejado escrito en el aire su ciclo político en sus dos primeras acciones después de ser investido: el viaje a Berlín y la asistencia a una concentración de apoyo a los dirigentes secesionistas en prisión preventiva, en la que participaron unos pocos cientos de personas.

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