
La detención de Carles Puigdemont el pasado domingo en territorio alemán se llevó a cabo después de semanas de seguimiento y cooperación internacional en una operación que concluyó en Schuby a las 11:19, en su viaje de vuelta de Finlandia a Bélgica. Una de las claves para que el rastreo acabara con éxito fue una baliza colocada en la furgoneta de matrícula belga en la que el expresidente catalán hacía el trayecto hacia Waterloo por tierra. ¿En qué consiste esa tecnología?
También conocida como lapa GPS, se trata de un dispositivo de localización GPS que dispone de una superficie magnética que permite fijarlo en los bajos de un vehículo. Su instalación se realiza en segundos, sin necesidad de tener acceso al interior del vehículo y con una activación inmediata. En la furgoneta de Puigdemont la colocó uno de los investigadores de la Comisaría General de Información que siguieron al expresident en su periplo de vuelta a Bélgica. La ida de Bruselas a Helsinki la hizo el pasado jueves en avión y ahí fueron 12 agentes del Centro Nacional de Inteligencias (CNI) quienes le vigilaron.
Las balizas más modernas pueden tener hasta 1.600 días de autonomía y enviar seis posiciones al día. Funcionan con un sistema de transmisión que incluye GSM, 3G y WIFI y su seguimiento se puede realizar desde cualquier lugar del mundo mediante ordenador o teléfono móvil.
La información que transmiten permite la ubicación del objetivo en tiempo real así como conocer sus recorridos recientes, si entra o sale de zonas prohibidas, si se separa de una ruta establecida... algunas incluso pueden ofrecer la posición en intervalos de 10 segundos.
Estas lapas cuentan con micrófono ambiental que puede activarse a distancia y que permite escuchar conversaciones en el entorno cercano al vehículo, opción que se desconoce si se utilizó en el seguimiento a Puigdemont.
Este tipo de balizas, aparte de ser utilizadas dentro de operativos policiales y/o militares también pueden ser adquiridas por empresas o particulares. Su precio en el mercado libre y regulado varía, pero en general oscila entre los 149 y los 349 euros, como recoge la web de espiamos.com.
La colaboración internacional entre servicios de inteligencia es fundamental en casos de este tipo, con una euroorden de arresto. De hecho, en el momento de la detención de Puigdemont, cuando la furgoneta geolocalizada pisó suelo alemán tras cruzar la frontera de Dinamarca, no participó ningún investigador español. Sí habían advertido previamente a la Policía Federal Alemana (BKA) de la ubicación de Puigdemont. La Policía denuncia a los dos mossos que acompañaban a Puigdemont cuando fue arrestado en Alemania.
El CNI, según fuentes de los servicios de inteligencia a Efe, actuó en base al artículo 1 de la ley reguladora del centro, que establece que su misión es neutralizar el riesgo o amenaza contra la seguridad nacional, la integridad territorial o la estabilidad contra el Estado de derecho.