Política

Rajoy batallará por los restos de tres provincias para frenar un caos en el PP

  • Moncloa hace un simulacro del escrutinio y dice que el proceso es seguro
  • Santamaría: ERC y PDeCat tienen la piel muy fina y la lengua gruesa
Mariano Rajoy, en un acto en Barcelona este lunes. Foto: Reuters.

El PP es consciente de lo mucho que se juega en estas elecciones catalanas del 21D, aunque en su discurso abunde la postura generosa de una campaña en positivo, de Estado, no partidista y a largo plazo, donde lo que importa es que los constitucionalistas sumen más que el bloque independentista, señalan.

El PP no quiere entrar a valorar públicamente las encuestas. Mantiene que los sondeos nunca les han dado buenos resultados en Cataluña. Sin embargo, batallarán las pocas horas que les quedan hasta el final de campaña para evitar que los restos en tres provincias acaben en manos de la CUP, PDeCAT y de ERC. Se trata de Girona, donde por unos votos el escaño del PP puede caer del lado de la CUP. El segundo caso es el de Lleida. Un puñado de votos puede decantar que el diputado sea bien del Partido Popular, bien de PDeCAT. Y por último, Tarragona, donde los populares podrían ceder por unos cuantas papeletas de menos -según la Ley D'Hont, que penaliza a los partidos minoritarios-, otro escaño de más favorable para ERC.

De ahí que, en la recta final, el PP evalúe la magnitud de estos tres escaños y tampoco juzgue conveniente que se repitan las elecciones ante una situación de ingobernabilidad. Apelan al voto útil y a la táctica argumental del artículo 155, esperando mejorar los resultados, pero sin atreverse a hacer predicciones ni a decir si por debajo de 11 escaños -los actuales- se puede considerar un fracaso para los intereses del Partido Popular en Cataluña. Porque a nivel nacional -sostiene hoy Génova- no tienen miedo, afirmó ayer Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP.

La vigilancia de Santamaría

La vicepresidenta del Gobierno confirmó ayer desde el Senado haber hecho un simulacro del escrutinio de las elecciones catalanas de este jueves, y que el mismo se hizo sin incidencias, calificando de "infundadas las dudas que han tratado de sembrar algunos que prefieren cuestionar el proceso por lo que deparen las urnas", dijo Santamaría.

Según la vicepresidenta, la primera obligación del nuevo Govern que salga el 21D será cumplir la ley tras el "fake del procés" que los separatistas llevaron con fanatismo casi religioso hasta el punto de que hicieron creer a algunos catalanes que vivían en una república independiente, cuando sus gobernantes sabían que era imposible e inviable, aseveró.

Santamaría también censuró que ERC y PDeCAT se molesten por estar "descabezados", y sin embargo llamen al resto fachas o descerebrados . Lo que demuestra -dijo la vicepresidenta- que tienen "una piel muy fina y una lengua gruesa".

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