El PP no está escatimando esfuerzos para ganar visibilidad en la campaña electoral del 21D. En el cruce del ecuador de la campaña, y, desde que comenzara el día 5 de diciembre, el Ejecutivo español ha estado presente en Cataluña prácticamente a diario a través de sus ministros, pero también del presidente, Mariano Rajoy, que acudió el pasado viernes a un acto político en Lleida junto a Xavier García Albiol y que hoy visita las bodegas de Freixenet en Sant Sadurní de Anoia.
Uno de los puntos álgidos del despliegue se produjo ayer, con la presencia en un mismo día de Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, y Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, que se dobló. Por la mañana, realizó un acto en la patronal de grandes empresas catalanas, Foment del Treball, en el que criticó la falta de pluralidad del independentismo y su poca claridad sobre si volverá a utilizar la "unilateralidad" para imponer la independencia.
Posteriormente, la vicepresidenta participó en un acto en Reus, en el que rechazó el boicot a los productos catalanes y pidió el voto para el PP para frenar el independentismo en Cataluña. "No se hace daño a los independentistas boicoteando a toda Cataluña; como se hace daño a los independentistas es hablando de la Cataluña abierta, libre y plural, defendiendo a esos catalanes a los que han tratado de acallar cuando no les interesaba, y como se hace boicot (a los independentistas) es votando al PP el próximo 21D", señaló la vicepresidenta. Justo el martes, el PP presentó en el Congreso una propuesta para frenar el boicot a los productos catalanes. El PP, ante el auge de Ciudadanos, está enfocando su campaña pidiendo el voto útil para combatir el independentismo y poniendo en valor que es el partido que gobierna en España y que esto ofrece ventajas competitivas. De hecho, la mayoría de los actos públicos en los que participan los ministros tienen un enfoque económico y gran parte de las medidas del programa están pensadas para el mundo empresarial, seriamente damnificado por los efectos de la fuga de empresas; con una especial incidencia en los estímulos fiscales.
Mariano Rajoy ya apuntó este giro durante la precampaña cuando, en la entrega de los premios anuales de Foment el 22 de noviembre, pidió a los empresarios que no se llevaran más compañías de Cataluña y les prometió que el Estado les respaldaría. Santamaría, junto con Luis de Guindos, también arrancó su campaña de apoyo a Cataluña en un acto con el mundo económico catalán el fin de semana del 24 y 25 de noviembre; concretamente en los Encuentros de Economía en S'Agaró, organizados por la Cámara de Comercio de Barcelona. La conferencia de ayer martes de Álvaro Nadal también se realizó bajo el paraguas de esta institución.
Más presencia institucional
Además del gran peso de las propuestas económicas que figuran en el programa del PP, la otra promesa es impulsar que el Estado gane visibilidad en la comunidad, incluso con la mudanza de algún organismo. Son numerosas las voces que critican que el gobierno de Mariano Rajoy ha abandonado Cataluña durante años y que esto ha provocado una parte de la desafección social que ha impulsado el independentismo. Ahora, el PP parece que trata de ir dando pasos adelante en su propuesta de que España esté más representada en Cataluña y María Dolores de Cospedal gana peso en esta estrategia.
La ministra de Defensa, además de celebrar la festividad de la Inmaculada en el acuartelamiento del ejército de Infantería del Bruch en Barcelona, está previsto que participe en más actos. En principio, este jueves presenciará el ejercicio militar Eagle Eye en Tarragona.