
La Comisión Europea ha valorado el escenario que dejó el 1-O haciendo un llamamiento a todas las partes en España para que pasen "rápidamente de la confrontación al diálogo" y recordando que "la violencia nunca puede ser un instrumento de la política".
En un comunicado leído por un portavoz ante los medios, Bruselas señala que la cuestión catalana es "un asunto interno" que debe solucionarse "dentro del orden constitucional español", mostrando su confianza en el liderazgo de Mariano Rajoy. "Llamamos a todos los actores relevantes a avanzar ahora muy rápidamente de la confrontación al diálogo. La violencia nunca puede ser un instrumento en política", concluye en relación con las tensiones que se vivieron el domingo en las calles de Cataluña durante la jornada de celebración del referéndum ilegal que dejaron casi 900 heridos según la Generalitat e imágenes que dieron la vuelta al mundo.
La defensa de la soberanía nacional y de la necesidad de asegurar el orden sin el uso de la violencia ha sido repetida este mismo lunes por el presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker y por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, en sendas conversaciones telefónicas que ambos han mantenido con el presidente del Gobierno español.
También recuerda la Comisión Europea en el texto que el voto de este domingo "no fue legal" y que en caso de independencia, Cataluña saldría de la Unión Europea, mensaje que ha repetido en varias ocasiones el propio Juncker. "Si Cataluña vota sí a la independencia lo respetaré pero quedará fuera de la UE al día siguiente".
El comunicado, íntegro:
Según la Constitución española, la votación de ayer en Cataluña no era legal.
Para la Comisión Europea, como reiteró el Presidente Juncker en repetidas ocasiones, se trata de un asunto interno de España que debe ser tratado en consonancia con el orden constitucional de España.
Reiteramos también la posición jurídica de esta Comisión, así como de sus predecesores. Si un referéndum fuese organizado en consonancia con la Constitución española, significaría que el territorio saliente se encontraría fuera de la Unión Europea.
Más allá de los aspectos puramente jurídicos de este asunto, la Comisión considera que se trata de momentos para la unidad y estabilidad, no de división y fragmentación.
Hacemos un llamamiento a todos los actores relevantes para que pasen rápidamente de la confrontación al diálogo. La violencia nunca puede ser un instrumento en la política. Confiamos en que el liderazgo del primer ministro Mariano Rajoy gestione este difícil proceso respetando plenamente la Constitución española y los derechos fundamentales de los ciudadanos consagrados en él.
Desde la barrera pero con preocupación
La preocupación por el tema catalán en Bruselas aumentaba en las últimas semanas a la par que lo hacían las tensiones de fronteras para adentro. El entorno de Juncker en la Comisión Europea ha transmitido con cautela la intranquilidad por las consecuencias que puede conllevar el desafío independentista planteado por el Govern de la Generalitat.
La postura de Bruselas se ha mantenido siempre bajo el guión que establece que es desde España desde donde se tiene que dar solución a la confrontación, recordando igualmente de manera constante que el referéndum planteado era ilegal tras la sentencia el Tribunal Constitucional del 7 de septiembre.
Así, el respeto a la integridad y a la soberanía nacional ha sido el hilo conductor de los mensajes enviados a las partes en conflicto pero sin quitar ojo ni dejar a un lado las advertencias. "Tendremos que estar atentos a la situación y a sus consecuencias, sean cuáles sean", dijo Martin Selmayr, jefe del Gabinete del presidente del Ejecutivo comunitario. En el mismo tono se expresó poco después, a finales de septiembre, el vicepresidente primero de la Comisión Europea y responsable del Estado de derecho, Frans Timmermans, al pedir a "todos los actores públicos nacionales, regionales y locales" respeto al orden constitucional que avala la Unión Europea.
Con el artículo 155 de la Constitución española -el que de ser activado permitiría suspender la autonomía catalana- omnipresente en cada discurso, el tablero político nacional que terminó de colocar el 1-O está preparado para el primer movimiento post-referendum y posiblemente el más importante de este cruce de caminos entre el Gobierno central y el catalán: la declaración unilateral de independencia anunicada por el president Puigdemont para dentro de "unos días".
El recuerdo de que una Cataluña independiente saldría de manera inmediata de la UE ha sido un mensaje también recurrente desde Bruselas en las últimas semanas. Para poder ser aceptado miembro, el país independizado tendría que pasar por todo el proceso de adhesión a la comunidad según la doctrina vigente desde 2004.