Política

La 'tranquilidad' del PP apunta con el dedo al PSOE

  • Nada tendrá que aportar el político gallego, insiste su entorno
  • Su ropa, sus movimientos, su voz, su mirada... todo será analizado
Mariano Rajoy | Imagen: Reuters

Rajoy está tranquilo. Su cita con la justicia se enmarca dentro de la normalidad, dice el PP. El presidente acude a la Audiencia Nacional en calidad de testigo de los supuestos tejemanejes en las cuentas de su partido en una etapa negra.

Nada tendrá que aportar el político gallego, insiste su entorno. En 2003, el hoy jefe del Ejecutivo era vicesecretario del Partido Popular y su tarea entonces no pasaba por dirigir campañas electorales, razón por la que, sin embargo, este miércoles se sienta ante un tribunal para recapitular -como quiere la acusación popular- de dónde salieron los 245.492 euros que se destinaron para ganar Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, dos localidades en las que Francisco Correa se movía a sus anchas. Jesús Sepúlveda, marido de Ana Mato, y Guillermo Ortega -la garganta profunda que tanta cefalea ha levantado en Génova 13- eran los candidatos del momento.

Sin embargo, los populares no creen que su líder llegue mañana a la Audiencia por estos menesteres. Que un presidente declare, aunque sea en calidad de testigo, no es un asunto corriente, por mucho que Jospin, Villepin o Bachelet resuelvan el argumentario. Rajoy ocupará portadas de periódicos, aperturas de informativos en radio y televisión, dará alimento al cuerpo de las tertulias. Hablarán de su imagen aquí y fuera de nuestras fronteras. Su ropa, sus movimientos, el tono de su voz, su respiración, el ritmo de sus pasos, su mirada, absolutamente todo será analizado. Y en opinión del PP, esto ocurre porque hay una acusación popular con nombre y apellidos muy claros, además de un objetivo intencionado que se identifica con el Partido Socialista. Así lo entiende al menos la dirección de la formación que dirige Mariano Rajoy, para quien Adade (Asociación de Abogados Demócratas de Europa) es sencillamente lo mismo que el PSOE. Es decir, que quien está detrás de la insistente presencia de Rajoy en los tribunales es este grupo de letrados cuyos integrantes "son miembros del Partido Socialista".

Asimilado ese trance, el PP resta importancia a la falta de agenda oficial del presidente, a quien se la he perdido la pista desde el pasado viernes. No es la primera vez que se ausenta de un Comité, como el del lunes, aunque el de ayer fuera el último del curso político. Persisten en que no ha dedicado a su declaración una preparación tan intensa como algunos quieren creer. Está tranquilo, "hacía tiempo que no se le veía tan tranquilo", añaden. Y habiendo aceptado el llamamiento de la justicia como testigo, "colaborará".

Es previsible que el presidente tire de estatutos y apunte a la exclusiva competencia de los tesoreros. Aún no se sabe si irá acompañado hasta San Fernando. El PP quiere huir del espectáculo. No hará nada para contrarrestar la manifestación de la coordinadora 25-S. Aspira a aguantar el chaparrón y a recordar que sobre ellos solo pesa su participación a título lucrativo. En esa procesión que va por dentro, querrán que se cumpla la copla de Jorge Manrique que decía: "No se engañe nadie, no/ pensando que ha de durar/ lo que espera/ más que duró lo que vio/ porque todo ha de pasar/ por tal manera". Apagado el foco judicial, el viernes llegará el tiempo del balance político. Los datos de la EPA harán el resto.

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