Suena para el Ministerio de Trabajo y lo hace con fuerza. Yolanda Díaz se acerca -esta vez, sí- a la cartera que ahora dirige la socialista Magdalena Valerio. Una aproximación que no pudo ser en la anterior negociación entre el PSOE y Podemos y que acabó con Pablo Iglesias fuera de tal pretensión. Ahora, el reparto se abre de nuevo con la firma del Gobierno de coalición.
Pero, ¿quién es Yolanda Díaz? Nació en Fene, en plena ría de Ferrol y más concretamente en San Valentín, un barrio a dos pasos del astillero de Navantia, la antigua Astano. Cuentan que fue la primera niña del barrio y vivió su infancia jugando entre panfletos revolucionarios ante los últimos coletazos del franquismo.
El ambiente obrero del barrio de San Valentín marcó su manera de ver la vida. La única de tres hermanos e hija de Xesús -o Suso- Díaz, un ferviente militante del PCE y secretario general de CCOO en Galicia, Yolanda contó más de una vez que por su casa solían desfilar camaradas comunistas del mundo de la política y las artes que militaban en la clandestinidad. Como anécdota, recodaba la la gallega a El País, "tenía cuatro años cuando Santiago Carrillo me besó la mano".
Un gesto que le llevaría a afiliarse al partido comunista de Galicia cuando tuvo ocasión. Por sus venas corre también sangre de nacionalismo. Su tío, José -Xosé o Pepe- Díaz, fue diputado del BNG en el Parlamento gallego. Aunque quería ser filóloga, estudió Derecho en Santiago de Compostela e hizo un máster en Relaciones Laborales, una formación que ha ido en línea de su idea de defensa obrera. No es raro verla en manifestaciones del sector naval, Alcoa, Endesa, Reganosa...
Sin dudarlo, dio el salto a Esquerda Unida (Izquierda Unida), partido de la que fue coordinadora general y trampolín para presentarse en 2005 como candidata a la Xunta de Galicia. Una decisión que tuvo un resultado agridulce: no logró malas cifras, pero se quedó fuera del Parlamento gallego.
Díaz volvió a probar suerte, pero esta vez en la esfera local -tras haberlo hecho en 2003-. Se presentó como cabeza de lista de EU a las municipales de Ferrol en 2007. Con los resultados en la mano, ofreció su apoyo a un gobierno formado por el PSOE y el BNG, de tal manera que el socialista Vicente Irisarri, un ingeniero naval y reconocido surfista, ejerció de alcalde y Díaz de teniente alcalde. Sin embargo, esa coalición se rompió un año y poco después y todo terminó como el rosario de la aurora en el municipio gallego.
En 2012 volvió a poner el foco en la política autonómica, pero de otra manera. Se le ocurrió llamar al peculiar Xosé Manuel Beiras, recordado por su hazaña con el zapato, para concurrir juntos (EU -de Díaz- y Anova -de Beiras-) en Alternativa Galega de Esquerda (AGE). Esta formación, con algún partido más pequeño más, logró nueve diputados y una viceportavocía en las elecciones gallegas.

Pero Yolanda aún quería más. En 2015, miró más allá de Galicia y se presentó en noviembre de ese año a las elecciones generales bajo el paraguas de En Marea, con Podemos, Anova y Esquerda Unida dentro. Este partido se hizo con seis diputados e incorporó a Díaz como número dos por la provincia de Coruña.
La irrupción de esta formación trajo la polémica y no terminó de todo el bien. Para las últimas elecciones y, en un intento de mantener a Yolanda en el Congreso, Galicia En Común-Unidas Podemos la llevó de número uno por Pontevedra a pesar de ser una ferrolana muy ferrrolana.... aunque viviendo en Narón (el pueblo de a lado).
En la actualidad, Díaz forma parte de distintas comisiones en el Congreso de los Diputados, entre las que destacan las de asuntos económicos, de empresa e industria. Sin embargo, su papel más relevante se encuentra en la comisión del Pacto de Toledo, que se encuentra buscando una salida rentable al difícil sistema de pensiones español.
El tren a un puesto destacado en Moncloa podría pasar de nuevo. La gallega es íntima amiga de Pablo Iglesias e Irene Montero y una prueba de ello es su presencia en la famosa fotografía de la firma del preacuerdo para un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos.
Además en la anterior negociación entre los dos partidos de izquierdas ya sonó su nombre. Sin embargo, la negativa del PSOE a entregar el Ministerio de Trabajo dinamitó el plan. Ahora, según ha podido saber elEconomista, los socialistas intentarían amarrar de nuevo la cartera y ofrecerían a cambio la secretaría de Empleo o cualquier asunto relacionados con las políticas sociales. Sin embargo, no hay nada cerrado.
Calviño, la otra gallega en liza
Lo que sí parece del todo factible es la permanencia de Nadia Calviño. La gallega no gusta demasiado a los de Podemos, pero es una pieza clave del Gobierno socialista. Fuentes del PSOE aseguran que el futuro Ejecutivo contaría con tres vicepresidencias y una de ellas sería para Calviño.
Las otras dos serían una de asuntos sociales para el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y otra de igualdad, que recaería para la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. Con todo, este esquema también se encuentra supedidato a las negociaciones que mantendrán estos días ambos partidos.