
La vicepresidenta del Gobierno Valenciano, Mónica Oltra, atiende a elEconomista a las puertas de las elecciones generales del 10 de noviembre, unos comicios que, a juicio de la líder de Compromís, son una muestra de "impotencia política". A los mismos su coalición concurre de la mano de Más País, la formación que lidera Íñigo Errejón y en la que, según asegura, nunca cambiarán las reivindicaciones de su partido ante temas importantes como la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana. Precisamente esta cuestión suscita una de sus principales críticas al Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez, a quien afea un balance "decepcionante" en lo que refiere a "los problemas territoriales fundamentales" en sus 17 meses como presidente.
¿Quién tiene la culpa de los recortes que tiene que hacer el 'Consell'?
Un sistema de financiación injusto. A mí no me gusta hablar en términos de culpa, en todo caso se trata de una responsabilidad, una responsabilidad colectiva de gobiernos de España del PP y del PSOE que han mantenido un sistema que objetivamente es injusto y sobre el que reconocen que es injusto. Somos una anomalía democrática. Somos el único territorio pobre -con la renta per cápita por debajo de la media- que paga, cuando lo deseable sería que, como con el IRPF, sean los que más tienen quienes paguen más. Nunca ha habido voluntad política de hacer un sistema justo y sufrimos las consecuencias de esta situación.
Por lo que respecta a los recortes en el presupuesto de este año ¿Debió reaccionar antes el 'Consell' ante la caída de los presupuestos de Sánchez, que iban a ser más generosos con la Comunitat?
Yo creo que la incidencia de los presupuestos es menor. A nosotros lo que nos lastra son dos cosas fundamentales, la falta de financiación, como comentaba, porque entre una persona que vive en Cantabria y una que vive aquí hay 800 euros de diferencia en financiación por habitante, que serían 4.000 millones más anuales en nuestro presupuesto con los que podríamos ir a déficit cero; y después la deuda. Tenemos una deuda insostenible para un territorio como el nuestro. Lo que tenemos que pagar en el servicio de la deuda es casi tan elevado como lo que invertimos en educación, y una cuarta o quinta parte del presupuesto de una autonomía no se puede ir a pagar la deuda.
En menor medida, también hemos sufrido la falta de inversiones, y el proyecto de presupuestos de Pedro Sánchez sí se acercaba bastante en la inversión a nuestro peso poblacional. Pero, como digo, la incidencia es menor. Al margen de las inversiones nos beneficiaban determinadas partidas como la participación del Estado en la dependencia, que está en un 12% cuando debería aportar la mitad, e iba a subir, y el ajuste del déficit, que nos habría permitido una mayor holgura presupuestaria. Pero lo que más nos lastra es la infrafinanciación y la deuda.

¿Para qué sirve un presidente incapaz de aprobar unos presupuestos o un candidato incapaz de formar Gobierno?
(Suspira) Formulada así la pregunta, la verdad es que casi lleva a la respuesta... No parece muy útil así planteado. Quizá a él le sirva para aprender que, cuando se tiene la mayoría del Parlamento y no se consiguen los votos, seguramente algo tienes que cambiar. En el fondo, convocar elecciones nuevamente es una señal de impotencia de la política que no nos podemos permitir, porque debilita la democracia. No le podemos decir a la gente que ha votado mal y que vuelva a votar. La gente siempre vota bien porque vota lo que quiere, lo que piensa.
¿Qué balance hace de los 17 meses de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España? ¿En qué ha mejorado la vida de los valencianos?
Yo creo que, al menos en los términos de lo que estamos hablando, de solucionar problemas territoriales fundamentales como el sistema de financiación o aplicar reformas para afianzar el Estado de las Autonomías -para que sea más federal-... no ha habido cambios en estos 17 meses. Por ser justa, los meses que estuvo Carmen Montón al frente de Sanidad sí notamos, en el área que yo gestiono, aspectos como la reparación en la cantidad correspondiente a la 'cruz' de la declaración del IRPF en la que la Comunitat salía perjudicada, o que encarriló el tema de las cotizaciones de las cuidadoras en el ámbito familiar. Pero es lo único que yo puedo destacar.

¿Y qué le parece que no haya habido cambios relevantes en esos "problemas territoriales fundamentales" por parte de un Gobierno que desalojó a Rajoy con esas promesas?
Es decepcionante, sobre todo. Ahora bien, yo soy una mujer esperanzada. Yo espero que cambie el escenario y podamos avanzar cuando haya un gobierno que no haya salido de una moción de censura, un gobierno que -veremos qué pasa el 10 de noviembre- a mi juicio debería ser plural, similar al del Botànic o al de otras autonomías donde sí se han alcanzado acuerdos que son muy buenos ejemplos. No es necesario inventar la gaseosa.
Sánchez pasó de pedir una reforma inmediata de la financiación autonómica a darla por imposible al alcanzar el poder. Y ahora de prometerla en un año a los cuatro que se dio de plazo en el pasado mitin de Valencia. ¿Ve una traición a la Comunitat en los bandazos que está dando en el tema más importante que afecta a la autonomía?
En general, cuando uno se desdice de lo que ha prometido o hace lo contrario, al primero que se traiciona es a uno mismo. Pero a mí no me gusta hablar en términos de traición en política. Sí creo que es profundamente dañino para la democracia, porque la gente pierde la confianza en la política y se debilita la democracia, y es entonces cuando experimentos como los de la extrema derecha van ganando fuerza. Cuando uno promete una cosa en política la ha de hacer, y si no la ha podido hacer tiene que explicar por qué. La gente lo que no entiende es que se digan abiertamente cosas en una campaña que el político sabe que no va a cumplir.
Sobre los cuatro años, nosotros ya hemos dicho que no podemos esperar tanto tiempo, y que, en cualquier caso, mientras esperamos se han de buscar soluciones singulares para la Comunitat, como por ejemplo la regularización de la deuda. Todas las comunidades tienen que mejorar, pero las que estamos peor no podemos esperar tanto, y esta es la que peor está.

¿Cómo afectaría a la Comunitat seguir cuatro años más así?
No quiero ni imaginarlo, esto no aguanta más. La deuda nos lastra muchísimo. Hablamos de financiación y deuda, pero estamos hablando del dinero que nos queda para garantizar derechos, para pagar la sanidad, la educación, la dependencia, la gestión forestal, la creación de empleo, etc. Estamos hablando de que no podemos garantizar los derechos que están en la Constitución porque estamos maltratados en materia de financiación, porque no se nos devuelve lo que nos corresponde del dinero que pagan los valencianos a través de los impuestos que recauda el Estado.
¿Defiende el presidente Ximo Puig con la suficiente fuerza los intereses de la Comunitat en estos temas ante Pedro Sánchez?
Yo creo que sí, el primero que salió a decir que no podíamos esperar cuatro años fue el presidente.
El día del mitin no le dijo nada... ¿Tiene su socio de gobierno un problema de discurso?
Bueno, supongo que el día del mitin era más difícil. No sé, cada uno tiene que mirar por lo suyo, yo puedo hablar por Compromís, que siempre ha defendido que lo que valía para Montoro vale para Montero.

¿Y cuál será la posición de Errejón ante esta cuestión? Vaya que le ocurra a Compromís lo mismo tras aliarse con Más Madrid...
Eso sí que no ocurrirá. Sea cual sea la postura de Más País o de los partidos que concurren en esa alianza, en Compromís vamos a seguir defendiendo lo mismo, a quienes viven en esta tierra. Esa es nuestra razón de ser. Si Errejón, para ser presidente, dependiera de nuestros votos, desde luego que tendría que comprometerse con el trato justo en la financiación valenciana.
¿Ve estético que el presidente Puig tenga acciones en el principal diario de Castellón, en el que pone publicidad y del que cobra dividendos?
Este es un tema que ya se ha explicado, y no solo el presidente, también el director del IVF en relación a la quita relacionada con estas acciones que, por cierto, proviene de una operación en tiempos del PP cuando se vincularon unos activos sanos -la deuda de El Periódico Mediterráneo- con otros que no lo eran. En cualquier caso, esas líneas las ha de medir cada uno dónde las pone, creo que es un tema personal sobre unas acciones que tiene desde mucho antes de ser presidente de la Generalitat.
¿Cuándo habilitaron al IVF para hacer grandes quitas sabía usted que ya estaba en marcha la que iba a beneficiar al grupo del presidente?
Esta operación no se votó en el pleno del 'Consell', votamos un reglamento general. No la conocía, porque se decidió a nivel técnico en el IVF.

¿Qué pensaron al conocer después por boca del director del IVF, Manuel Illueca, que Ximo Puig sí se había interesado previamente?
Cuando se publicó el tema vino Illueca a hablar conmigo a petición suya y me explicó todo lo que había pasado, y no tengo nada que decir sobre el asunto. Me explicó que técnicamente no había otra solución.
Al margen de la quita, ¿cómo ve el mero hecho de que un político tenga acciones en un periódico? ¿Las vendería si fueran suyas?
Yo solo tengo acciones del Valencia Club de Fútbol, y no tantas como para poder influir en nada (risas). No me he visto en esa tesitura.
¿Qué le parece que la publicidad oficial de la Generalitat en los medios de comunicación la contrate exclusivamente Presidencia?
Me parece poco funcional. Lo que provoca es que en el órgano gestor de esta responsabilidad se genere un embudo, porque todas las consellerias tenemos que acudir al mismo sitio, cuando podíamos gestionarlo nosotros, que además somos quienes mejor sabemos el espacio adecuado en el que se han de publicitar nuestras cuestiones. Igual estaría bien, por ejemplo, que con la Renta Valenciana de Inclusión elijamos nosotros que se anuncie en un periódico gratuito y no en uno de pago, para que llegue mejor a nuestro público. Entre otras cosas porque la publicidad institucional ha de servir para informar, no para hacerse autobombo de lo que uno hace.

El TSJCV dice que el proyecto de Intu se tumbó con una memoria ambiental "no consistente" que "no se ajustaba a derecho". ¿Pesaron más los argumentos ideológicos que los jurídicos?
Esta administración, al menos desde que gobierna el Botànic, se rige por criterios objetivos y, en este caso, la decisión de paralizar el proyecto se hizo en base a informes técnicos. Siempre se ha dicho que si la empresa presenta un proyecto que se ajuste a la legalidad se estudiará y se le dará curso.
En todo caso, el Pacte del Botànic apuesta por un crecimiento sostenible donde el territorio y el medio ambiente deben preservarse porque nos jugamos el futuro de nuestros hijos e hijas. Aquí estamos acostumbrados a proyectos que nos iban a sacar de pobres, pero han resultado fallidos y han sembrado el territorio con obras a medio hacer. Hay que tener en cuenta, además, que consultoras como Aguirre Newman, advierten de la saturación de centros comerciales en nuestro territorio y conviene tener este dato en cuenta.
La empresa reclama 300 millones en una causa paralela...
Aún cabe posibilidad de recurso, por lo tanto, no hay que aventurarse y especular sobre las reclamaciones de indemnizaciones.
En la misma línea, Compromís está cuestionando la inversión de 1.000 millones prevista por MSC para la ampliación del Puerto de Valencia
La cantidad de inversión no es un argumento para que un proyecto deba salir adelante. Hay que analizar bien qué va a suponer esa inversión, que supondrá una privatización del espacio público y que puede tener un impacto brutal en la ciudad. En Compromís consideramos que se debe hacer una nueva Declaración de Impacto Ambiental, que no vale con la de 2007.
