
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el último en sumarse al documento suscrito por dirigentes y militantes socialistas contra unas declaración "machistas" del vicepresidente regional madrileño Ignacio Aguado, en las que defendía que las cuotas a la hora de elegir equipos hacen daño y aludía expresamente a las exministras Leire Pajín y Bibiana Aído.
Fue en una entrevista en ABC el pasado lunes donde Aguado, para defender la falta de paridad en el nuevo equipo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, dijo no ser partidario de las cuotas, "porque hacen un flaco favor, especialmente a la mujer", apuntando a que la elección de los consejeros fueron "el mérito y la capacidad".
Fue el ejemplo que puso a continuación el que terminó por levantar la polémica, criticada inmediatamente por Ángel Gabilondo, Cristina Narbona, Íñigo Errejón o Inés Sabanés. Según declaró, prefería no "poner 'pajines' o 'aídos' en un gobierno", en alusión a las exministras socialistas Leire Pajín y Bibiana Aído. Y concluyó que "en mi etapa en la empresa privada y, ahora, en la función pública, el último criterio que voy a utilizar para seleccionar a una persona para gestionar el dinero público es su sexo".
El PSOE se levanta contra la "repugnante" afirmación
Treinta exministros socialistas y ahora también Zapatero han firmado un manifiesto en el que sostienen que de la "repugnante afirmación" de Aguado se deduce, por un lado, que "no encuentran a mujeres del PP o de Ciudadanos para hacer una labor apropiada" en las Consejería madrileñas, y, por otro, "un intolerable ataque" a dos compañeras ministras de cuya labor se sienten "profundamente orgullosos".
El texto, en el que instan al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a no permanecer al margen "de este lamentable asunto ni un día más", está firmado por, entre otros, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.
En un comunicado paralaleo, Zapatero ha expresado su "más sincera gratitud" a los firmantes en defensa de dos personas que formaron parte de sus gobiernos, así como su "pleno respaldo" al mismo. "Convertir las discrepancias ideológicas en descalificaciones personales, además de reflejar un escaso talante democrático, me parece particularmente reprochable, y muy injusto en este caso, cuando se envuelve en consideraciones de género", asegura el expresidente.
Además, señala que nunca creyó que se pudiera dudar de que hay "tantas mujeres con mérito y capacidad individual, junto a su compromiso político, como para, al menos, equilibrar la presencia de hombres, con las mismas características, en los Gobiernos".