La grave situación que atraviesa La Naval de Sestao, en pleno proceso de liquidación, se ha complicado si cabe un poco más, al descartar definitivamente el armador Van Oor terminar su barco en el astillero vizcaíno. El Gobierno vasco solo entrará en el capital de la compañía si llega un inversor privado.
Esta era la última esperanza de la Naval para continuar con actividad y lograr más fácilmente que un inversor privado llegara a la empresa.
Sin embargo, desde el Gobierno vasco no tiran la toalla todavía. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, señaló ayer que existen 'herramientas suficientes en el proyecto de Presupuestos vascos de 2019 para que el Gobierno autonómico participe en La Naval', aunque -continuó- 'siempre con el condicionante de que no se supere la mitad del capital y que haya un inversor privado'.
Sin concretar la forma en la que se llevaría a cabo esa inversión, 'porque dependerá del posible inversor', Arantxa Tapia indicó 'que podría ser con una ampliación de capital o con un crédito participativo'. En este último caso se materializaría a través del Instituto Vasco de Finanzas, 'que tiene asignados 25 millones de euros en el proyecto presupuestario, y que si se adopta la decisión de entrar en el capital hay distintos fondos económicos para hacerlo', explicó la consejera vasca.
Ayudas públicas, excluidas
El informe realizado por la Asesoría Jurídica del departamento que dirige Arantxa Tapia aseguró que los criterios de la Comisión Europea hacen 'altamente improbable un nuevo apoyo público. No son factibles ayudas de salvamento y reestructuración y, además, cualquier tipo de ayuda debería ir autorizada por la CE'. Llegado el caso, debería de existir un plan de reestructuración que otorgara viabilidad.
Tampoco es posible conceder 'ayudas de apoyo regional en base a carácter de zona desfavorecida, porque se trata de una empresa en crisis', destacó el informe.