
Sorprende que sea la patronal vasca la que ofrezca las previsiones económicas más optimistas para el ejercicio 2018, incluso por encima de las estimaciones del Ejecutivo vasco. Sus estimaciones apuntan a que la economía vasca crecerá un 2,9 por ciento y se crearán 18.000 nuevos puestos de trabajo, lo que permitirá reducir la tasa de paro a final de año hasta el ocho por ciento, nivel inaudito desde la crisis económica. A pesar de esta positiva evolución el presidente de Confebask se muestra cauto, porque aún no se logra recuperar todo el empleo destruido por la crisis y al mismo tiempo Euskadi tiene ya problemas para encontrar el personal formado que necesita su Industria, su principal motor económico, para seguir creciendo. Más información en Revista Digital País Vasco elEconomista
Pregunta: Sus previsiones para 2018 están por encima incluso de las del Gobierno vasco ¿A qué se debe ese optimismo?
Respuesta:Las previsiones son el resultado del análisis del Departamento de Estudios de Confebask, de los datos que obtenemos de las territoriales y de las empresas. El crecimiento de debe en gran parte a la Industria que ha ganado en competitividad. Durante la crisis ha actuado con enorme responsabilidad innovando y buscando nuevos mercados. Ahora nuestro principal mercado de exportación Europa (Alemania, Francia, etc.) está creciendo lo cual entiendo que va a beneficiar aún más a la Industria vasca.
P: Sus previsiones también mencionan para este año una reducción de la tasa de paro hasta el ocho por ciento. Sorprende que se esté hablando un porcentaje similar al previo a la crisis, pero al mismo tiempo falta mucho para recuperar todo el empleo perdido ¿A que se debe esto?
R: En parte se debe a que hay una disminución de la población activa. Pero para mi lo importante es que este año se vayan a crear 18.000 nuevos puestos de trabajo en Euskadi, de afiliados a la Seguridad Social.
P: ¿Con qué tipo de contratos, empleos de calidad?
R: A medida que la recuperación se vaya consolidando y sobre todo las empresas industriales estén consolidando sus pedidos aumentará también la contratación de calidad. Es cierto que se firman muchos contratos temporales, pero muchos se concatenan y terminan en indefinidos. La prueba es que mantenemos los mismos ratios de contratación indefinida que antes de la crisis. Hablamos de que en Euskadi tres de cada cuatro trabajadores en activo tienen contrato indefinido.
P: Los servicios de estudios de BBVA o de Laboral Kutxa advierten del riesgo que supone la contratación temporal para la competitividad de las empresas. ¿Se percibe eso también desde el mundo empresarial?
R: Sin duda. Si tuviésemos otra herramienta a mano, como la 'flexibilidad', creo que se evitarían bastantes contratos temporales. Algunas empresas utilizan la temporalidad como flexibilidad, contratando sólo cuando crece la carga de trabajo. Si tuviésemos una herramienta pactada de flexibilidad en los convenios, quizás evitásemos parte de los contratos temporales.
P: ¿En qué consiste esa flexibilidad que ayudaría a aumentar la contratación indefinida?
P: Abogamos por una flexibilidad ante todo pactada con los trabajadores o sus representantes. Implica que exista una 'bolsa de horas de trabajo' que se pueda activar en los momentos de más producción y se compense en aquellos momentos de menos producción. Sería definir un marco general, de como se tendría que establecer la flexibilidad en un convenio colectivo y después creo que la aplicación debería ser de cada empresa.
P: Hablar de negociación colectiva cuando se cumple un año del Acuerdo Interprofesional -con ELA, LAB, UGT y CCOO- para la prevalencia de los convenios vascos frente a los de ámbito estatal, sin que haya habido nuevos avances ¿puede parecer voluntarista?
R: Para que se firmen acuerdos tiene que haber voluntad de dos partes. En Álava, donde la interlocución sindical es con UGT y CCOO, están prácticamente todos los convenios firmados. En Vizcaya, todos los convenios en los que esos sindicatos tienen mayorías, también están firmados. Por exclusión, ya sabemos quiénes no firman. Yo muestro mi disposición absoluta para sentarme negociar.
P: Ahora que ya está mejor la salud empresarial ¿no habría llegado el momento de subir los salarios, como se reclama desde diversos ámbitos, incluido el Gobierno vasco?
R: Incrementos de salarios está habiendo, no sé por qué se dice que no está habiendo. Los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) muestran como está habiendo incrementos del 1,6 por ciento en el sector privado y la inflación está en el 1,2 por ciento. Por poner un ejemplo que conozco directamente, en el convenio que hemos firmado en la Construcción hay una subida del 1,8 por ciento. Pero en líneas generales, como organización, nosotros creemos las empresas son responsables y aplicarán la subida de salario que puedan y que corresponda. Habrá algunas que no puedan subirlo porque su propio mercado no le deja. En Euskadi tenemos los salarios más altos de España. El 45 por ciento de los trabajadores cobran más de 2.100 euros, aunque hay otro 15 por ciento que cobra 1.000 euros o menos. Habría que analizar la situación de cada uno.
P: Ante este resurgir económico, especialmente del sector Industrial ¿Se está agudizando el problema de la falta de personal cualificado?
R: Si, la falta de personal formado es algo real. Nosotros llevamos años trabajando con el Gobierno y con las empresas, con programas de Formación Profesional Dual, para preparar a los jóvenes. Pero tenemos que pensar también en otros colectivos, no sólo en los jóvenes. Hay que pensar en la formación de los desocupados, hacer un análisis profundo para ver cuáles van a ser sus perfiles y ver qué formación complementaria necesitan para poder satisfacer la demanda de las empresas. Además, viendo las evolución demográfica sólo con los jóvenes va a ser insuficiente.
P: ¿Qué le parece la reforma fiscal pactada para el País Vasco?. Se ha incluido la petición de Confebask de reducir el tipo del Impuesto sobre Sociedades, que va a quedar en el 24 por ciento general y 20 por ciento para las pymes.
R: No es la reforma que nosotros hubiéramos deseado, aunque si hay que reconocer que contempla cosas que solicitamos. El tema del tipo es importante porque el 83 por ciento de nuestras empresas pagaba el impuesto según el tipo, con lo cual, al estar vigente un tipo más alto que en el entorno estaban perjudicadas. A efectos recaudatorios el Gobierno, las Haciendas, quedan bien porque el recorte de las deducciones que han fijado compensan la menor recaudación por esa bajada de tipos. Con la reducción del tipo estamos satisfechos, aunque sus efectos no van a ser inmediatos, será progresivo y no será efectivo hasta 2019.
P: ¿Les preocupa la reducción de las deducciones en I+D+i?
R: Ese es el tema que más nos preocupa de la reforma, porque evidentemente, nosotros consideramos que la I+D+i es esencial para la competitividad de las empresas y todo lo que la favorezca es bueno. Pero tampoco creo que las empresas que hacen I+D+i lo hagan por las subvenciones o ayudas, sino porque es necesario para su negocio. Otros elementos como la reinversión de los beneficios, yo personalmente creo que cuando el beneficio se reinvierte no debería tener fiscalidad
P: Tras anunciarse la reforma fiscal desde algunos partidos y comunidades autónomas vecinas advierten que igual denuncian ante la Justicia esta rebaja fiscal...
R: No entiendo esos posibles recursos. Lo primero, hoy seguimos teniendo el tipo de Sociedades más alto, estamos tres puntos por encima. La rebaja total no llegará hasta 2019, con lo cual no entiendo qué recurso. Cuando hemos estado tres puntos por encima, que no tiene ningún sentido.
P: También se habla de recursos contra el Concierto y contra la fórmula del cálculo del Cupo ¿cree que esto puede llegar a ser un problema?
R: Desde Confebask siempre hemos defendido el Concierto Económico y hemos sido muy activos en ello. No es un privilegio, es un derecho, está amparado por la Constitución y después el Cupo lo calculan expertos de Hacienda de ambos gobiernos. Pero no hay que olvidar que el Concierto tiene ventajas e inconvenientes, pero fundamentalmente se basa en la responsabilidad en la autogestión. Nosotros no podemos acudir a fondos como el de financiación autonómica de mas de 200.000 millones. Hay comunidades que nos critica a nosotros, pero después tienen deudas de más de 40.000 millones con ese fondo. Creo que las críticas vienen por desconocimiento o porque quieren presionar para conseguir otras cosas. Muchos hablan de que se quiere igualar el gasto per capita de Euskadi, pero también habrá que igualar el ingreso per capita de Euskadi, porque si no, no cuadra.
P: La propuesta del lehendakari Urkullu de extender el sistema del Concierto al resto de autonomías también fue muy criticado....
R: Igual no es tal privilegio entonces.
P: ¿Cómo ve el Fondo de Inversiones Estratégicas para potenciar el arraigo y el crecimiento de empresas que quiere poner en marcha el Ejecutivo vasco, como iniciativa publico-privada, o los fondos de la Diputación de Bizkaia en esa misma línea?
R: En la medida en que pueda haber fondos autóctonos que participen en determinadas empresas, creo que puede ser una buena idea para mantener ese arraigo.
P: Sin embargo, dichos fondos se están demorando mucho por las dificultades para atraer capitales privados....
R: Primero habría que perfilar bien cuál es el instrumento, para poder convencer a la iniciativa privada de la conveniencia de invertir en esa herramienta, cómo se desarrolla fiscalmente, etc., qué tipos de atractivos tiene. Creo que esto todavía no está en una fase decisoria o final.
P: Se habla de arraigo y parece haber quedado relegado el debate de la reducida dimensión empresarial vasca, situación que la hace también más vulnerable a efectos de arraigo. Nadie parece querer hablar de fusiones o alianzas ¿no le parece?
R: Es algo en lo que llevamos años trabajando y tenemos varios grupos de trabajo. Estamos avanzando más lento de lo deseado. Y lo cierto es que los mercados han cambiado mucho y, quizás, para poder competir fuera necesitaríamos un tamaño mayor, porque la entidad de los competidores es mayor. En los últimos tiempos hemos visto, por un lado, con satisfacción que tenemos empresas que son apetecibles para otros; pero por otro lado, si tuviésemos más potencial, quizás podríamos tener más arraigo o que los centros de decisión se quedasen más aquí. Eso es una asignatura que tenemos pendiente.
P: Finalmente plantearle ¿cómo ve la situación Catalana y si piensa que esa inestabilidad podría trasladarse al País Vasco?
Empiezo por el final, no creo que vaya a haber un problema en el País Vasco para nada. La política del gobierno vasco no está en esa línea, sino en otra. Por lo que se refiere a los efectos de Cataluña, económicamente aquí no hemos tenido mucha afección, pero efectivamente es un tema que estamos siguiendo. A mi si que me preocupa que se haya llegado a ese nivel de confrontación. Los problemas políticos los tienen que afrontar los políticos, pero afrontarlos con miras a buscar soluciones. Está claro que hay una sociedad fragmentada al 50 por ciento y hay que buscar soluciones. Esas soluciones requieren de 'políticos', que tomen el problema como tal y busquen soluciones.